Capitulo 25

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En cinco minutos se cumplían 20 días.

Todo estaba oscuro en la habitación, un solo rayo de luz proveniente del pasillo penetraba en la habitación. El monótono y seco sonido del monitor cardiaco llenaba la habitación mientras Ana y Christian dormían o eso intentaba el.

Permanecia con los ojos cerrados al lado de Ana acariciando su mano, mientras las palabras de la Doctora calaban cada vez mas profundo en su mente y en su corazón llenándole de pavor.

Cada día que Ana permanecía en el mismo estado las probabilidades de una mejora disminuían cada vez más atormentando a la familia Grey que se encontraba en el mismo estado que Christian, solo que sufrían de manera diferente e intentaban mostrarse fuertes para ser un pilar apoyo para él; el dolor que Christian sentía en esos momentos no se comparaba con el de ellos.

Sentía como su corazón se desgarraba un milímetro más cada vez que el monitos cardiaco sonaba, cada vez que sentía más débil el latir del corazón de Ana sentía como su corazón dejaba de latir junto con ella.

—Recuerdo el dia —susurra aun con los ojos cerrados— que me llevaste a rastras al restaurante de comida rápida y me obligaste a comer una hamburguesa. —Una diminuta lagrima comienza a desender por sus mejilla—. Sinceramente jamás en mi sano juicio hubiera probado una, no me gustaba mucho la comida basura, ¿y por que comer una hamburguesa cuando podíamos ir a uno de los mejores restaurantes de Seattle?

»Me pregunte eso toda esa noche y todo el dia siguiente y no di con una respuesta, pero con el tiempo me fuiste respondiéndomelo con tus actos y ahora finalmente la tengo. —Una débil sonrisa tiembla en sus labios. No quería llorar—. No necesitabas grandes cosas para ser feliz, con una hamburguesa sonreías como si te hubiera regalado la luna, con comprarte un simple helado de agua en una de nuestras citas para ti ya era la cita perfecta y eso en un principio me desconcertaba. A las chicas les gusta que les regalen osos de peluches gigantes, cajas de chocolates... y todas esas cosas que a ti parecían no interesarte. Eras excepcional, extravante y brillabas por tu escencia.

»Ahora sé que no necesito grandes cosas o todo el dinero del mundo para ser feliz, como un dia dijiste: poco es mucho...

Un pequeño toque en la puerta llama la atención de Christian, un tanto exaltado abre los ojos y se incorpora en su silla sin soltar la mano de Anastasia para luego susurrar sin mucho entusiasmo un «Pase».

—Señor Grey —Ingresa la doctora a la habitación con una media sonrisa— ¿Cómo esta? —pregunta acercándose al monitor cardiado, pero Christian al ver la mueca que esta hace al revisar el monitor siente como un nudo se instala en su garganta dificultándole el hablar.

—¿Enserio me pregunta eso? —suelta en un tono tosco y seco.

—Señor Grey... —Hace el intento de hablar un tanto sorprendida, pero Christian la corta poniéndose de pie.

—Dígame, ¿hay mejora? —pregunta fulminandola con la mirada.

—Como le dije esta mañana, cumpliendo ya los veinte días...

—Me importa una mierda —vocifera sintiendo como todo el control que a mantenido durante estos días de va a la mierda—, ya son veinte días que usted no me a dado nada nuevo, nada que no sepa y ningún maldito informe medico que no sea diferente al inicial; así que si no comienza a hacer su trabajo como debe y a no responderme siempre con lo mismo me encargaré personalmente de que mañana a primera hora trasladen a Anastasia a otro hospital y me importa una mierda si tengo que mover cielo y tierra para traer a los mejores médicos del mundo y más eficientes que usted —espeta sus palabras frio y amenazante, helándole la sangre a cualquiera.

—No puede hacer eso —articula presionando sus labios en una fina línea—, lo único que provocara es empeorar la situación. Ana esta estable, pero en cualquier momento puede tener cualquier tipo de recaída como un ataque y si eso llega a ocurrir lo único que conseguirá es disminuir el tiempo que le queda... —diciendo eso y al ver que Christian no da indicio alguno de responderle, sale de la habitación cerrando la puerta y volviendo a sumir a Christian en una profunda oscuridad y desesperación.

Susurros de Amor... y del corazón Where stories live. Discover now