Capítulo 33.

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Grace's POV.

De normal comíamos cada uno en nuestra celda, pero de vez en cuando, salíamos al comedor. Hoy era uno de esos días y también mi oportunidad para intentar conseguir la llave.
Levanté mi colchón aprovechando que mi compañero ya se había ido y cogí la copia que el médico me había dado. La guardé en una costura del camisón, ni se veía ni podía caerse.

Había estado observando a Cooper y la llevaba en el bolsillo del pantalón así que iba a ser muy complicado quitársela. Estaba hablando con su compañero. Supongo que ese era el compañero del médico. Nuestras miradas se cruzaron y rápidamente bajé la vista al suelo, quería evitar todo tipo de contacto visual.
Mi compañero de celda siempre estaba apartado con aquel chico. Me di cuenta que eran los únicos que iban vestidos de forma diferente. Hace unos días que mi compañero llevaba puesto unos pantalones de chandal y una sudadera, negra.
Ambos tenían la capucha puesta. Nadie entendía el por qué les trataban diferente pero nadie decía nada.
Mi mirada chocó con la de mi compañero, desprendía frialdad y sobre todo, peligro. ¿Qué le habían hecho?
Es cierto que era más mayor que yo, pero no tendría más de ocho años y seguía siendo un niño. Aunque sí querías sobrevivir aquí, debías dejar la infancia a un lado y madurar antes de lo previsto.

No le había quitado la mirada a Cooper y sus movimientos eran cíclicos. Me levanté y cogí la bandeja. La única forma que tenía de llamar su atención era si se me caía la bandeja frente a él y puesto que estaba al lado de donde se dejaban las bandejas, aproveché.

Cooper metió las manos en sus bolsillos y tuve que retirarme del plan, pero alguien me golpeó y la bandeja cayó al suelo. Eso provocó una carcajada de Cooper.

Límpialo, mocosa. No quiero ver ni una sola mancha.Apagó el walkie por el que acababan de hablarle y se dirigió a su compañero.Quédate aquí. Ahora vengo.

Bajé la vista al suelo y vi que todo el yogur había caído al suelo.
Me agaché a limpiarlo con la servilleta, pero era imposible.

Toma.El compañero del médico me tendió más servilletas. Sin embargo, la mirada de mi compañero y aquel chico quemaban en mi nuca.

Lo limpié como pude y recogí la bandeja para poder volver a la celda.

Había quedado con Weller en una cafetería pues según él tenía que hablar conmigo.
Nos encontrábamos cara a cara.

—Café solo.—Le pidió al camarero.

—Yo un cortado.

El camarero asintió y se dio media vuelta.

—Bueno, Grace.—Comenzó diciendo Weller.—No estarías aquí si no fuera importante. El caso es que he hablado con Reade. Y sabes que es el mejor hombre del que disponemos y el que más misiones arriesgadas lleva en su espalda.

Asentí. Si esto iba por donde creía que iba, no me gustaba un pelo. ¿Qué era lo que Reade le había dicho?

Weller suspiró.—Voy a ponerlo al mando de esta misión. Ahora estás bajo sus órdenes. Si él dice que no vas a ninguna parte, no vas. Si dice que dispares, disparas. ¿Entendido?

Asentí sin decir una sola palabra. Esto no era bueno, nada bueno. Quería muchísimo a Reade pero me protegía demasiado. Tenía que hacer algo.

—Pero señor... ¿Eso implica que debe darme luz verde para la Golden Gate?

Weller asintió. No, no, no. Él nunca aceptaría. Debía volver a intentarlo.

—Señor... Todos estos meses he podido arreglármelas sola y he avanzado mucho.

—Lo sé. Es por eso que sigues activa en esta misión. En ningún momento hemos dudado de tu trabajo. Ahora todas las decisiones que quieras tomar, deben estar aprobadas por tu superior.

Esto no era bueno. Aquí todo el mundo guardaba secretos y yo no era la excepción. A parte de eso, todavía me quedaba un as bajo la manga.

—Una última cosa...—Weller me indicó que siguiera hablando. Era mi oportunidad.—Tengo algo que Reade no tiene: la confianza de Gabriel Fernández.—Weller casi escupió el café. Sabía lo que significaba aquello: no sólo la confianza de Allan sino también la del mismísimo Hugo Fernández.

Weller carraspeó.—La felicito. Reade debe tener constancia de eso y se acabó la discusión, no volverás a estar al mando de esta misión.—Su tono se volvió más frío y duro.

—No lo entiendo...—Negué con la cabeza.—No he hecho nada mal.

—Agente Morgan, ¿recuerda el día en que aceptó esta misión?

Asentí.

—Le dije que el amor no era un sentimiento muy común en esta profesión y con esa confesión, me lo ha servido en bandeja: el hijo de los Fernández.

—Espera... ¿Qué?—No podía creérmelo.

—No intentes jugar conmigo.—Sus formalidades desaparecieron.—Fuiste entrenada por mi, aunque seas capaz de pasar un polígrafo, no conseguirás mentirme, Grace.

Negué con la cabeza repetidas veces. ¿Por qué Reade?

—Y se acabó. Estás bajo las órdenes de Reade, no me obligues a suspenderte por una imprudencia. ¿Estamos?

—Sí, señor.

Y dicho aquello, se marchó dejándome sola en la cafetería. No entendía por qué Reade le había dicho algo que ni siquiera era cierto a Weller. Yo no tenía nada con Alix.
Reade nunca me dejaría correr la carrera y menos ahora que Cooper estaba suelto. Podía jugármela y actuar por mi cuenta pero si él lo descubría, me metía en un avión de vuelta a Nueva York.
Esto era una mierda, todo era una mierda. Ya podía tener la confianza del presidente, que Reade iba a seguir estando al mando.

Narrador externo.

Reade no sabía si había tomado la decisión correcta pero al menos ahora Grace estaba protegida. No soportaba la idea de tener a Cooper rondando por aquí así que tuvo que hacer algo para que Weller lo pusiera al frente.

—No me habías dicho que tenias la confianza de Gabriel Fernández.

—¿Para qué? ¿Para qué fueras corriendo a contárselo a Weller?—Grace estaba enfadada y Reade lo sabía.

—Lo he hecho para protegerte. Y también sé sobre la Golden Gate: no la correrás.

—¡Le has dicho algo que ni siquiera es verdad! Solamente me estaba ayudando. ¡No estamos juntos!-Movió las manos enfadada.—¡Eso debería ser decisión mía y no tuya!

Reade frunció el ceño. Conocía demasiado bien a Grace como para saber que escondía algo.-¿Por qué te cabrea tanto?

—Como si te importara.—Salió de la habitación dando un portazo. Bajó las escaleras a toda prisa y salió de casa dando otro portazo.

Reade sabía lo importante que era para ella esa misión, pues era su primera misión oficial y podía destacar como agente, no iba a arruinarlo.

Grace comenzó a correr. Su pasado comenzó a atormentarle. Escenas muy violentas aparecían y desaparecían en su mente. Reade era la persona que más quería y ahora era una de las que más daño le habían hecho.
Grace siguió corriendo, miles de lágrimas caían sobre sus mejillas, sabía que se estaba jugando la suspensión por este arrebato pero le dio igual, ella siguió corriendo hasta que chocó con un cuerpo musculoso.

Grace levantó la vista y las lágrimas agolparon con más fuerza aún. Grace terminó de derrumbarse por completo.

--

¿Qué pensáis de que Reade este ahora al frente? ¿Creéis que solo quiere protegerla o esconde algo mas?

¿Quién creéis que es?

Nos vemos pronto

Alix. Saga H2 ✔️Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon