Capítulo 21.

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Narrador externo.

Hache sabía que su hijo estaba metido en este asunto pero lo que no sabía es que era más peligroso de lo que todos se imaginaban.

—Dame la dirección de ese cargamento si no quieres que les pase nada a tus tíos.

—¿De que estás hablando?

—Alix, no estamos para bromas.—Su tono de voz se volvió más grave.

—Vale, vale.—Cogió un papel y apuntó una dirección.—Pero voy contigo.

—No.—Le quitó el papel de las manos.—Tu te quedas aquí.

—Con una condición.—Alix le cortó el paso a su padre.

—Alix, no hay tiempo ahora.

—Tienes una hora.—Hache rodó los ojos, pues sabía que no tenía nada que hacer. Ese carácter lo había heredado de él.—Quiero que me cuentes en que están metidos Allan y el abuelo.

—No lo sé ni yo. ¿Cómo quieres que te lo cuente?

Hache no sabía nada, pero estaba comenzando a sospechar por donde iban los tiros. Los únicos que estaban metidos dentro de este lío eran Allan, Gabriel, Tyler y Carol.

—Esta bien.—Alix sabía que decía la verdad y lo dejó pasar. Mientras su padre iba a resolver este asunto, él tenía otras cosas de las que ocuparse.

[...]

—¿Grace?—Hache reconoció la figura de la pelirroja y escondió su arma.

—Yo...—Grace no sabía qué decir pues sabía que Hache estaba comenzando a sospechar de ella.

—Da igual.—Hache la agarró del brazo.—Tenemos que irnos ya.

Hache la llevó por callejuelas internas-que ella nunca llegaría a imaginarse que existieran- y salieron de allí. La llevó hasta su coche, y Hache arrancó.

—Mi coche está aparcado en frente del callejón.

—No te preocupes, tendrás tu coche mañana por la mañana.—Hache cambió de marcha y aceleró aún más.

Grace notaba algo extraño en todo aquello, ¿cómo es que Hache no le había preguntado nada?

—¿No vas a preguntarme qué es lo que hacía ahí?—Aprovechó para hablar Grace ya que estaban parados en un semáforo.

—Tengo curiosidad si, pero eso no es asunto mío.

Grace se sorprendió ante su respuesta.

—No estás acostumbrada a este tipo de respuestas, ¿verdad?

Grace negó lentamente con la cabeza y no volvieron a intercambiar palabra alguna durante el trayecto hasta que llegaron a casa de los Fernández y ambos bajaron del coche. Antes de abrir la puerta, Hache se dirigió a ella.

—Sea lo que sea, si necesitas ayuda no dudes en pedírmela. ¿Está claro?

Grace asintió y sonrió para sus adentros. Nunca nadie la había tratado tan bien sin conocerla.

Hache abrió la puerta.

—¿Estás loco?—Dijo una voz ronca conocida.—Llega a estar Vólkov y su jefe y no lo cuentas, papá.

A Grace le chocaron sus palabras. ¿Vólkov trabajaba para alguien?

—¿Qué?—Al parecer, Grace no fue la única a la que le sorprendieron sus palabras.—¿Para quién trabaja?

Alix. Saga H2 ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora