Capítulo 9.

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Alix's POV.

Después de haber ido al gimnasio y haberme desahogado con el saco de boxeo decidí volver a casa. Tenía los nudillos llenos de sangre y con heridas, aquel saco había recibido todos los golpes que no le di a Mark.

Mi padre me enseñó que la violencia no te lleva a ninguna parte. Sé pelear si, y decidí no devolverle ningún golpe por la simple razón de que quería hacerle pensar que él estaba por delante de mí. No recibo golpes a menos que me deje.

Había hablado con Nick y habíamos vuelto a lo que siempre hacíamos: carreras y peleas ilegales y algún que otro delito mayor pero nada de trapicheos con los rusos.

Me puse la capucha y metí las manos en los bolsillos mientras pasaba por la larga calle de los bares.

—Repite eso.—Le dijo aquel hombre regordete al otro.

—Que ayer tu mujer...—Pero no pudo acabar la frase. El hombre regordete se había abalanzado sobre él. Me hubiera gustado quedarme a ver la pelea pero entonces la vi a ella, pálida y a punto de desmayarse.

—¿Te encuentras bien?

Tardó varios segundos en reaccionar. Me miró confusa.—Si.—No la conocía pero podía asegurar que ese si era un no.

Su cara seguía estando pálida y fue justo cuando las piernas le flaquearon y estuvo a punto de caer al suelo. La sujeté a tiempo.

—No me jodas, pecas.—Maldije. Había entrado en un estado de trance. No sabía cómo ni por qué pero todo apuntaba a aquel número, al 192.

—¿Grace?—La saqué de aquel trance.

Se abrazó a sí misma y por fin habló.—Quiero ir a casa.—Sus ojos estaban ocupados por el miedo. Un miedo que yo podía ver y que ella había expresado por primera vez.

—Vamos.—La agarré de la mano y la llevé hasta su apartamento.

Estuvo todo el camino con la cabeza gacha y con la mirada perdida. Al verla así, un dolor-que no sabía que existía-se apoderó de mi pecho. Algo debió pasarle para que entrara en ese estado. Si no llego a estar allí, no quiero ni imaginarme lo que le podría haber pasado.

Nos detuvimos en frente de su apartamento.

—Alix...—Pronunció mi nombre en un susurro.—Yo... Quería darte las gracias.

—No tienes que darlas, pecas.—Le reste importancia y ella elevó un poco la comisura de sus labios.

En ese momento, alguien abrió la puerta de su apartamento.

—Grace, ¿qué ha pasado? Me tenías preocupado.

—No ha sido nada, Reade. Una bajada de tensión.—Mintió y se giró hacia mí de nuevo pidiéndome con la mirada que no la delatara. No la iba a delatar, no era asunto mío pero ¿por qué mentir con una cosa así?

—Gracias por acompañarla.—Me dijo Reade para ayudar a Grace a entrar en casa.

Asentí y cuando cerró la puerta, seguí mi camino.

El 192 y Grace cayendo no paraban de repetirse en mi cabeza. ¿Qué le había pasado a esa chica?

Grace's POV.

Reade me ayudó a entrar en casa. Agradecí en silencio a Alix que no dijera nada pero si Reade se enteraba de que mi pasado seguía atormentándome me mandaría de vuelta a Nueva York.

—Ya puedo yo sola.—Le tranquilicé. Me dio un beso en la frente y salió de mi habitación.

Me odiaba a mí misma por haber dejado que mi pasado volviera a atormentarme. Hacía tiempo que no me venían flashbacks pero al aceptar esta misión, no hacía otra cosa que recordar...

Decidí irme a dormir ya que mañana iba a tener un día duro, debía seguir a Mark.

—¿El infierno?—Repetí incrédula.

El niño asintió.—Esta gente va a encargarse de que lo sea.—Me sorprendía la frialdad con la que aquel niño hablaba.

—¿Por qué lo dices?

El niño me miró sin expresión alguna.—Nunca vas a imaginar lo que pueden hacerte y cuando creas que ya no pueden torturarte más, te sorprenderás.

El pánico me invadió. ¿Torturarme? Iba a preguntarle de nuevo pero la puerta se abrió de golpe haciéndome saltar del susto. El niño ni se inmutó.

El mismo hombre que me había metido aquí apareció.

—Sígueme mocosa, Joe quiere verte.—Y tal y como entró, se fue.

Me quedé paralizada, ¿quién demonios era Joe?

—Será mejor que lo sigas. A Joe no le gusta que le hagan esperar.—El niño me echó un cable. Salí a toda prisa y seguí a aquel hombre por el largo pasillo que contenía esas horribles celdas.

Desperté aterrorizada. «Solo ha sido una pesadilla» intenté convencerme a mí misma.
Cogí el vaso de agua que había en la mesilla de noche y bebí. Debía apartar todos esos pensamientos de nuevo, debía volver a recuperar la seguridad en mí misma.

[...]

Narrador externo.

Los únicos rusos que habían aparecido por el colegio hoy habían sido Mark y Luka.

Grace sabía que habían quedado con alguien importante así que se esperó a la salida para seguirlos ya que tenía acceso a la ubicación de Mark.

Los siguió con el coche a una distancia prudencial y se detuvo antes de llegar al callejón.

Se ocultó tras dos coches y esperó a que Mark y Luka actuaran.

Los minutos pasaban y ninguno de los dos hacía nada hasta que un coche negro con los cristales blindados paró en frente de ellos. Un hombre, escoltado por dos matones, se acercó a ellos.

—¿Dónde está lo que me debes, Vólkov?—Habló con voz grave.

—Te lo daré cuando cumplas tu parte del trato.—Le dijo Mark sin ningún tipo de vacile.

El hombre rió.—A ver si te enteras que las normas las pongo yo.—Y sacó un arma.

—¿No sabes quiénes somos, verdad?—Habló con seguridad Luka.

El hombre esbozó una sonrisa irónica y cargó su arma.—No, no lo sé. Pero vosotros vais a saber quién soy yo.—Y disparó a Luka hasta matarlo.

—Dame lo que me debes o la siguiente será tu hermana.

El hombre se metió en el coche y el todoterreno desapareció a toda velocidad dejando a Mark sorprendido además de furioso y a una Grace que todavía tenía que asimilar lo que acababa de presenciar.

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¡Nuevo capítulo! ¿Qué os ha parecido?

Nos vemos pronto con el siguiente.

-Marta

Alix. Saga H2 ✔️Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang