Capítulo 34: Hospital

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Capítulo 34

Hospital

—Amor, tranquilo, solo será una pequeña merienda—me dijo mi castaña tras la bocina, pues le había llamado por tercera vez—oye, ¿en tu casa no se quedó el hueso que Kai estaba mordiendo ayer?

—¿Y si no le gusta el regalo? —pregunté nuevamente tras pensar en lo que le habíamos comprado de regalo para el padre de mi castaña, pues era su cumpleaños y todos estábamos invitados a cenar—espera, ahora que lo recuerdo creo haber visto el hueso en la parte de atrás del carro, creo que lo dejó ahí.

—Menos mal—respondió tranquila—porque aquí no lo encuentro por ni un lugar y no quiere tomar ni uno de sus juguetes. ya que claro, no es su hueso.

—Se hizo selectivo—respondí al acomodar unos libros en su lugar—eso lo aprendió de Alex, te lo juro.

—Te creo—respondió entre risas—por cierto, me dice mamá que está bien que estén aquí para comenzar a las siete de la tarde, ¿te parece bien?

—Me parce perfecto, me da tiempo de terminar unas cosas de la escuela y unos pendientes en casa, hoy me tocó lavar ropa y limpiar todo el desastre de la parte trasera del patio.

—Por un momento olvidé que Kai rompió y destrozó ese costal con tierra—comentó avergonzada—pero es que no se mantiene tranquilo

—Y lo hubieras visto cuando apenas y se adaptaba a la casa—respondí—tiró y rompió todo lo que estaba a su paso.

—¿Qué nos espera para el futuro? —preguntó preocupada—crecerá a pasos agigantados, me encanta, pero temo que por mucho tiempo seguirá pensando que es un cachorro de dos meses

—Esperemos que no sea así, en todo caso tendremos que comprarle una cama más grande porque dudo que la que tiene le dure mucho tiempo.

—Ni lo menciones, que en la mañana bajó su cama y la dejó en la cocina, supongo que esperaba que eso le daría ventaja sobre los demás y mamá le daría tocino—dijo y comenzamos a reír al pensar en Kai, pues nos sorprendía con todo lo que hacía—

—¿Qué hizo tu mamá al verlo? —pregunté mientras encendía la lavadora para poner la primera carga y me imaginaba la escena—

—Lo mandó por un tubo—contestó al hacer una pausa después de reír—lo agarró con todo y su cama para estirarlo hasta la sala, en la cual no duró mucho, por supuesto, pero sabemos de antemano que así son, Kai no deja de molestar a Jason y mi padre asegura que lo entrenará para que vigile la casa y le lleve una lata de cerveza hasta su sillón.

—Ambos sabemos cómo terminará esto—le aseguré—Mike jamás pensó tener un perro hasta que vio a Kai y lo tuvimos casi toda la semana en casa, ahora piensa en la idea de ir a adoptar alguno.

—Pienso que no les vendría nada mal la compañía de un cachorro, además Kai tendría con quien jugar.

—Me parece una excelente idea, se lo recordaré, a ver que podemos lograr.

—Ya verás que cuando menos lo pienses estarán eligiéndolo—me aseguró— pero bueno, dejaré de ser una molestia y te dejo terminar tus deberes, yo terminaré con la decoración y veré que es lo que falta para ayudarle a mi madre, te veo en un par de horas, guapo.

—Jamás lo serás, pero entre más pronto terminemos, mejor; nos vemos pronto, hermosa, por cierto, no olvides tomar tu medicamento, me dijiste que te recordara tomar la dosis, descansa y no te agites tanto.

Ella (Segundo libro de Cartas a quien un día amé ♥)Where stories live. Discover now