Capítulo 25: Hopelessly devoted to you *Parte 2*

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El miércoles por la tarde después de salir de la escuela de artes y la ausencia de Elizabeth en la clase de diseño dándome vueltas en la cabeza me estaba dejando bastante extrañado, tal vez tenía algo que hacer o algo por lo parecido. Estaba despidiéndome de los chicos y a punto de entrar a casa cuando mi celular comenzó a sonar en mi bolsillo; dudaba mucho que fuese Mike pues cuando llegamos vi el Tesla estaba estacionado y no tenía sesión con Bowell hasta el día siguiente. Saqué el celular y pude ver en la pantalla el nombre de Elizabeth marcado en ella y rápidamente contesté.

—Creo que, de alguna manera, te llamé con el pensamiento—le dije al contestar y hacer girar la perilla de la puerta—

—Me alegra saber que tu llamado funcionó—contestó y escuché un tono diferente en su voz—

—¿Te encuentras bien? —le pregunté mientras dejaba mi mochila en la entrada y comenzaba a caminar hasta la cocina—

—Algo por lo parecido, supongo que ahora estoy mejor.

—¿Pasó algo? ¿Dónde estás? Iré a verte—contesté al comenzar a buscar las llaves del auto por todos lados—

—Tranquilo, estoy bien—escuché decirme mientras suspiraba profundamente—no tienes de que preocuparte.

—¿Segura? —insistí—noto tu voz bastante diferente—todo lo que te involucre me preocupa.

—Segura, y... gracias, es solo que tuve una tarde algo agitada.

—¿Agitada? —pregunté confundido al dejar de buscar las llaves y retomar mi camino hacia la cocina—Noto tu respiración algo diferente

—Sí—suspiró nuevamente— es solo que tuve una ligera discusión con mi madre

—Ya veo... y, ¿cómo están las cosas ahora? ¿estás bien?

—Ya estoy mucho mejor, todo está bien, las cosas se han solucionado.

—¿Hay algo que pueda hacer por ti? —pregunté mientras encendía la cafetera—lo que sea, solo dímelo.

—Con escuchar tu voz es más que suficiente—dijo y todo dentro de mí se paralizó—tu voz me trae tranquilidad y más en este momento.

—Yo, yo no sé—comencé a tartamudear, su declaración me dejó helado mientras ella reía levemente—

—Gracias.

—¿Gracias? —le pregunté confundido mientras veía hacia el patio perdido en la nada—¿por qué?

—Por responder a la llamada.

—No tienes nada que agradecer—me sinceré—yo agradezco que hayas pensado en mí.

—Más de lo que te imaginas—dijo rápidamente y antes de poder decir algo, siguió hablando—me llama mi papá, nos vemos pronto—y colgó—

—Me hubieras llamado para pasar por ti—escuché decir a una voz tras de mí y casi me da un infarto, había olvidado que no estaba solo—Tranquilo vaquero—comentó Mike al darse cuenta que me asusté y volteé a verlo—cuidado con esa conciencia, está algo sucia.

—Que gracioso, Mike—comenté al caminar hacia la cafetera pues el café ya estaba casi listo—es solo que olvidé que no estaba solo.

—Gracias por prepararlo—agregó al sacar un par de tazas en la alacena y tomar la jarra y servir—necesito estar bastante despierto.

—¿Trabajo extra?

—Lo mismo de siempre—respondió al sacar la leche del refrigerador—¿con leche? —pregunto al momento que tomé la taza—

Ella (Segundo libro de Cartas a quien un día amé ♥)Where stories live. Discover now