Capítulo 26: Todo tuyo

741 57 19
                                    


Capítulo 26

Todo tuyo

Observo mi imagen frente al espejo una y otra vez, terminé de vestirme y el traje me quedó bastante bien. Me abrocho los puños con los gemelos que Mike me había prestado y sigo pensando en las cosas que había hablado con Bowell en la sesión anterior. Nuevamente me había recordado que tenía que mantenerme con la mente fría en todo momento y no meterme en problemas si los ánimos en el baile de la preparatoria de Elizabeth por alguna razón se ponían mal. Pues de antemano ambos sabíamos que tal vez algunas personas que forman parte del pasado no tan pasado en la vida de mi castaña se podían hacer presentes.

—¿Nervioso? —preguntó Mike al ponerme la mano en el hombro—todo saldrá bien—me aseguró al dar un ligero apretón—a menos que tropieces, te caigas y por desgracia te lleves contigo a Elizabeth—me aseguró al comenzar a reír—eso sí que sería toda una tragedia.

—Gracias por los ánimos—le dije al comenzar a reír—espero que tus palabras no se cumplan.

—Ya verás que no—dijo al ponerme frente a él—puños arriba—me indicó y me moví en el acto—

—Los gemelos—habló al comenzar a acomodarme los puños y accesorios— se deben de portar con elegancia y seguridad, utilizarlos es lo mismo a que una mujer utilice sus joyas más preciadas, así que ya sabrás cuanto valor sentimental tiene cada pieza, estos fueron un regalo de tu madre después de que le pedí que se casara conmigo; los gemelos siempre deben de ir acompañados por un reloj que sea del mismo color o material, un ejemplo claro es el que estás utilizando en este momento ya que ambos son iguales—agregó—también se debe de cuidar mucho el tipo de camisa que se utiliza.

—Eso sí lo sé, ya que ayer al estar eligiendo una me sugirieron el puño francés—agregué—fue la que elegí, junto con la corbata.

—Buena elección, entonces ¿estás listo? —preguntó al verme fijamente—hijo, estoy feliz por ti.

—Gracias Mike—me sinceré—Yo también estoy feliz por ti y por mamá, ayer me alegró mucho verlos juntos, riendo y bailando como si los problemas del divorcio no les hubieran afectado.

—Cuando amas verdaderamente a alguien y ya existe una unión de matrimonio, puedes lograr muchas cosas y hacer que tú y esa persona sean felices; puede que existan miles de problemas, pero si tienes paciencia y con un poco de esfuerzo harás que todo vaya bien, te lo aseguro—agregó antes de sonreír—la amo tanto como aquel primer día, y te aseguro que la amaré aún más; pero mírame, hablando como si estuvieras a punto de subir al altar y unir tu vida con la de ella—comenzamos a reír y lo abracé—

—Gracias por ser parte de mi todo.

—Que no se te haga tarde, un hombre siempre debe de ser puntual—comentó al separarnos—

—Iré por ella a su casa.

—Como todo un caballero, siempre debe de ser así.

—Estoy más que listo—dije al tomar la pequeña caja con la pulsera—no puedo esperar más, ya quiero verla.

—Imagina cuando estés a punto de casarte

—Ni me lo digas que no quiero estar más nervioso de lo que ya estoy.

—Verás a su familia, te presentarás frente a su padre—me dijo casi al oído—no se tú, pero yo estaría al punto del colapso o en el baño vomitando todo lo que traigo dentro.

—¿Si sabías que eres experto en arruinar los momentos familiares? —le pregunté al comenzar a reír junto a él al escucharme—

—Es para hacer más llevadera la situación.

Ella (Segundo libro de Cartas a quien un día amé ♥)Where stories live. Discover now