Capitulo 9 Cambios

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Dormí mejor que nunca debido a que no pude sacar por un segundo a esa chica de mi mente. Lo único que mantenía mi paz interior era saber que la castaña ya no solamente era parte de mi sueño, sino de mi realidad. Una realidad que desgraciadamente seguía siendo desconocida. Desperté bastante temprano que ni siquiera hice sonar la alarma de mi celular, a pesar de que era fin de semana.

Estuve peleando un par de veces con las sabanas cuando por fin el cansancio me venció y nuevamente me quedé dormido a las nueve a.m., siendo que tenía cosas pendientes por hacer en todo el día. ¿Pero que más daba? A pesar de todo, saber que mi castaña existe me tenía más que feliz que nunca.

Desperté alrededor de las tres de la tarde. De no haber sido por las mil llamadas que Alex dejó en mi celular, hubiera seguido en la cama, pero este había jurado que no me dejaría escapar tan fácil de la situación.

—¿Problemas con el sueño? —Dijo Mike mientras devoraba un trozo de carne—De no haber sido porque fui a verificar nuevamente que estuvieras bien y te hubiera despertado para que comieras algo, me hubiera preocupado.

—A mi reloj del sueño le dio por fallarme, dormí, pero sentí que no descansé el cuerpo... algo así—comenté al momento de darle un trago al café bien cargado que me preparé—siento que no he dormido en dos días.

—¿Y sabes a que se debe eso? —preguntó—

—Ni idea.

—A que pasas demasiado tiempo pegado a esos juegos. Terminarás quedando ciego y no digas que no te lo advertí.

—Tengo varios días que ni siquiera toco mi sesión en K&W(juego de guerras en linea), probablemente mi pueblo me necesita y yo no los he ayudado. Además, utilizo los lentes cuando estoy varias horas frente a la laptop, nada de qué preocuparse.

—¿Pueblo? —Preguntó Mike algo confundido—¿Qué pueblo?

—El pueblo de K&W, mis guerreros, obreros, campesinos y miles de familias que están a mis órdenes.

—¿Sabes realmente que acabo escuchar?

—¿Qué cosa?

—Soy un niño ñoño que juega con su consola y pelea con su mejor amigo por el mando número uno del juego. —dijo Mike mientras hacia una imitación barata de mi infancia— Parece que nuevamente tienes 8 años y es que esos juegos jamás harán que nadie madure.

—Déjalo Mike, realmente estos juegos son adictivos, además... te hacen estar alerta en todo momento.

—¿A sí? —preguntó—¿Entonces a quien tuve que llamarle al celular, gritarle e incluso tocar su puerta muchas veces porque estaba completamente metido en esos juegos?

Estaba a punto de dar un excelente argumento del porque no lo había escuchado esa ocasión, pero estaba claro que no entendería.

—Es un asunto totalmente diferente—dije en mi defensa—

—Es exactamente lo mismo aquí y en china.

—Nunca lo será y bien lo sabes. Probablemente terminando la preparatoria me dedique por completo a los juegos en línea, podría ser uno de esos chicos a los que contratan para que prueben los juegos antes de lanzarlos al público, imagina tener ese privilegio —me puse a pensar en todas las posibilidades y mi mente comenzó a volar—sería fantástico.

—Sí, claro. Sería fantástico que dejes de fantasear y comiences a hacer tus deberes.

—¿Cuáles? ¿Tengo deberes? —pregunté algo asombrado—

Ella (Segundo libro de Cartas a quien un día amé ♥)Where stories live. Discover now