Capítulo 30: Infierno *Parte 1*

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Capítulo 30

Infierno

El lunes por la mañana, después de haber salido del hospital para mi última revisión, evité responder los mensajes y llamadas de mis amigos para que fuese una sorpresa al menos verme llegar al Instituto. Le había enviado un mensaje a Elizabeth deseándole un buen día pero aún no había respondido. Después de que por fin me digné a hacer las paces con Mike y explicarle bien a detalle todo lo sucedido, su mal humor disminuyó y lo invité a cenar, sabía que le caería bastante bien una pizza de Russo's o un hot dog con bastante chili. Al llegar a la escuela y reanudar mis actividades después de exactamente una semana de no asistir, me hizo pensar que tal vez fue un error, pues mis costillas me seguían torturando y todos me veían como si hubiera cometido un crimen.

Busqué a mis amigos por todos lados y después de ver la hora en mi reloj, me di cuenta que estarían descansando en las bandas de la parte de atrás del Instituto.

—¡Pero miren quien decidió quitarse el vestido de princesa y dignarse a bajar de su torre! —gritó Derek al momento de verme a lo lejos—¡dichosos los ojos que te ven!

—¡Oh deja de joderme, Derek! —grité al momento de darle un sorbo al café que recién había comprado—

—Estaba pensando seriamente en que ya no volverías—dijo Alex al momento que me puse frente a ellos—o peor aún, que no éramos amigos.

—¿Es en serio? —pregunté sarcásticamente mientras dejaba la mochila de lado—esto me está matando.

—¿Qué te dijeron en el hospital? —preguntó Robert al escuchar mi queja—te ves realmente jodido

—Ya me dieron de alta—dije algo animado—pero aún tengo que cuidar de mis costillas y evitar hacer ejercicio.

—Ackerman se pasó de la raya—agregó Liam—

—No es solo eso—le dije—fue el hecho de que utilizó la manopla, por eso me dejó así.

—Me dijeron que la policía no encontró nada en sus bolsillos—dijo Alex—de seguro lanzó la manopla a algún lugar antes de que lo detuvieran.

—Eso un maldito bastardo—contesté enojado—eso es.

—Por cierto, antes de todo, déjame decirte que las chicas estuvieron preguntando cosas—comentó Derek—

—¿Sobre la pelea? —pregunté—

—No, en realidad fue sobre el hecho de que supuestamente te gusta alguien más.

—¿Y que les dijeron? ¿lo que acordamos?

—Nos hicimos los desatendidos—contestó Erick—como nos dijiste.

—Perfecto, les aseguro que pronto dejaremos de decir ese tipo de cosas.

—¿Qué? —preguntó Alex—¿acaso te le vas a declarar a la castaña?

—De que hablas—le dijo Liam al darle un golpe en el codo—recuerda que la ha estado evitando.

—Oh, cierto, la está evitando—contestó al momento de que comenzaron a verse unos a los otros—

—Si, ya se—dije recriminándome—fui un completo imbécil al actuar de esa manera, y les agradezco que le hayan dado mi dirección.

—¿De que hablas? Nosotros no fuimos—contestó Derek

—Déjate de estupideces, sé que fueron ustedes, ¿quién más le daría mi dirección?

—Tu amigo Ackerman—contestó Alex entre risas y todos comenzaron a reír—

Ella (Segundo libro de Cartas a quien un día amé ♥)Onde histórias criam vida. Descubra agora