Capítulo XLIV

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—¿Lista? — pregunté poniendo mi mano sobre su pierna antes de bajar del auto

—Si... ¿Nick estará aquí?

—No lo sé, lo dudo

—Bien...— saboreó las palabras en la lengua

Estaba a punto de abrir la puerta del auto cuando ella me puso mano en el hombro y me miró con los ojos brillantes, llenos de emoción.

—Joe... debo confesarte algo

—¿Qué cosa?

—Emily cree que va a cenar contigo... así que no te espantes si te llama o te acosa por mensaje— me reí

—¿Por qué eres tan mala, mujer?

—Esa perra se lo merece— cruzó los brazos sobre el pecho— además, solo me estoy divirtiendo

—Sabes jugar sucio

—Oh, si, y lo haré— sonreí

—Bien... vamos

Bajamos del auto y abracé su espalda, pasando las manos a su vientre y apretando un poco.

—Te advierto que no puedes decir nada

—Lo sé, lo sé— la tomé de la mano y la acerqué a la casa

Y de pronto, como un golpe, mi infancia regreso: pude ver a Nick con sus rizos despeinados sobre el columpio de la entrada, molestándome con una varita, pude ver un par de botas para lluvia amarillas llenas de lodo en el porche, porque mamá no nos dejó entrar con ellas, recordé el viejo auto de papá estacionado frente a la casa, color azul...  Kevin regresando del colegio, con varios libros bajo el brazo y a mamá abriendo la puerta, yo detrás, lleno de ronchitas de varicela, molesto; la llegada de mamá con Frankie en brazos...

—Hey...

—Lo siento, por un momento... por un momento recordé lo que es ser niño...

—¿Lo extrañas?

—¿Esta casa?

—No, ser niño

—Ah... sí, la vida era más fácil— se río

—Contigo es fácil

—¿Lo crees?

—Absolutamente— me incliné a besarle la boca

...

*__________*

—Joe... — miré la barra de la cocina mientras me quitaba el abrigo— ¿has tomado mis manzanas?

—No, ¿por qué? — gritó desde la puerta del baño

—Solo preguntaba— las miré bien, me parecieron raras

Me deshice de la ropa y me acerqué a prender la chimenea, miré por la pared de vidrio, las luces de la ciudad daban contra el vidrio cromado de la sala y no pude más que mirarlas, sonreí.

—¿Así será su vida?

—¿Cómo? — Joe se acercó a mí

—¿Así será? ¿Vivirá en un edificio? — él se río y se sentó en el sillón

—No lo sé, quizá... donde sea que estemos, sé que será feliz

—Pienso lo mismo

—Moría de ganas de decírselo a Denise ¿sabes?

—¿Qué crees que dirán? — me senté junto a él y me recargué en su hombro

—No lo sé... solo sé que la amarán mucho

—¿La amarán? — lo miré con una ceja arqueada

—Sí

—¿Cómo sabes que es niña?

—Puedo predecirlo— me reí con ganas

...

*Joe*

—Gracias, Donna— murmuré cuando llegó la enfermera con el folder, lo tomé y miré al señor Jenkins

—Señor Jenkins, me alegra informarle que todo está saliendo según lo planeado... si se porta bien, en unos dos días podrá ir a casa

—¿Cree usted? — el viejecillo me sonrió desde su cama y yo me acerqué a ponerle una mano sobre el hombro

—Así es, ¿Está su mujer aquí?

—Ha ido por un café

—Bueno, en cuanto...

—Que poco comprometido eres, Jonas— me interrumpió una voz femenina que venía de la puerta, tanto mi paciente como yo volteamos

—Doctora Moore, buenas tardes— bufé

—Tengo que hablar contigo— dijo en tono grosero

—Estoy en medio de algo importante, si me disculpa un momento— me volteé a ver al señor Jenkins, que tenía cara de pocos amigos

—No...

Me volteé rápidamente y la tomé del brazo, estrujándola, la saqué del cuarto y la miré con el infierno en los ojos, fruncí la frente.

—Espera aquí— escupí, volviendo a entrar a la habitación— le pido disculpe la intromisión de mi compañera, últimamente está un poco alterada

—Mujeres... ¿cierto?

—Así es— mi beeper comenzó a sonar, lo miré— tengo que atender una urgencia, me están llamando, pero enseguida vendrá la señorita enfermera para explicarle como vamos a proceder, con permiso

Salí de la habitación y encontré a la rubia recargada del otro lado del pasillo, con los brazos cruzados y el gloss rojo manzana algo corrido, tenía una expresión de pocas pulgas y los ojos enrojecidos y algo hinchados.

—Demonios, Emily, tengo pacientes, no puedes llamarme para sacarme así— alcé el beeper ante sus ojos

—De lo contrario jamás saldrías

—Eso no es de tu incumbencia, es cuestión de ética profesional, cosa que a tú ni de bromas tienes

—¿Por qué no has llegado ayer?

—¿Disculpa? — alcé las cejas

—Anoche, cena, mi casa— ella alzó las manos

—Ah... si, lo siento, tuve un compromiso de emergencia y la verdad olvidé avisarte— creí que ___________ mentía cuando dijo que ella esperaba que cenara con ella

—Entonces... ¿qué tal hoy?

—¿Hoy?

—¿Cenamos? — de pronto su actitud cambio y me sonrió ampliamente

—No puedo...— ella bajó los ojos y mi corazón se ablando repentinamente en contra de mi voluntad— pero quizá... ¿el almuerzo? — pregunté estirando una mano

—Excelente... vamos— pasó un brazo por uno mío y comenzó a caminar

No paró sino hasta que llegamos a la cafetería y técnicamente me sentó en una mesa, miré alrededor y descubrí a ____________ sentada con Alex y David a tres mesas de distancia, comía un durazno y reía con ganas, Alex hacía señas con las manos y ella no paraba las carcajadas, me embobé; la pelirroja volteó en mi dirección y me descubrió viéndola, me sonrió y me saludó con la mano.

Devolví su seña y ella mi miró, preguntándome con la mirada "¿Qué haces ahí?" señalé hacia Emily, que estaba formada en la fila para la comida y ella se río, tapándose la boca, yo me encogí de hombros y alcé las manos un poco, ella negó con la cabeza y me mandó un beso con la mano, cuando estaba a punto de responder algo golpeó la mesa, volteé bruscamente y observé como Emily ponía una ensalada frente a mis ojos.

Todas las noches de mi vida [J.Jonas]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon