Capítulo X

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*Joe*

Su cabello rojo se movía delante de mí, meciéndose. Las caderas, graciosas y a juego con la pequeña cintura se meneaban al caminar, las piernas, torneadas y cubiertas por su pantalón púrpura me llamaban, hipnotizándome. Empujaba un carrito de supermercado, caminando por el pasillo, mirando las cristalinas botellas.

Comenzó a bajar botellas de vodka y whisky de las estanterías, casi llenando el pequeño carro, tomó una botella de tequila.

—Este ¿o prefieres blanco? — me preguntó, retándome

—La verdad prefiero el blanco— entrecerré los ojos

—Blanco será— tomó seis botellas y las colocó junto a los paquetes de vasos desechables, silbé con admiración— ¿miedo?

—Percibo en ti

—De ninguna manera

—Evans— saboreé su apellido entre los incisivos— ¿a qué hora harás todo esto? — la había observado textear casi toda la mañana, invitando a sus conocidos

—Oh, a eso de las 8 o 9, puedes llevar a Kevin y a Nick, si quieres— dijo distraídamente mientras leía la etiqueta de unas papas fritas

—Gracias— musité

Me encantaba la línea que se formaba en la frente de ___________ cuando se concentraba en algo, mientras leía y mientras suturaba.

Era una mujer preciosa, con la nariz y las mejillas llenas de pecas, el cabello más rojo que había visto y las ganas de aprender y vivir más grandes del mundo. No podía verla como alumna, la veía como mi amiga y, aunque no quisiera admitirlo, la quería ver como algo más. Me atraía con una fuerza endemoniadamente sobrehumana: tenía ganas de hundir los dedos entre su sedoso cabello, lamer las perforaciones de su oreja y de perderme en el verde de sus ojos, las mismas ganas que me dieron de tocar su piel la primera vez que la vi en ese lugar, hablando por teléfono con un tipo gruñendo del otro lado del auricular, las mismas ganas que no pude contener y me hicieron hablarle y seguirla por todo su recorrido, hasta que me llamaron de urgencia para ir al hospital.

Lo que _________ no sabía era que la primera vez que la vi la respiración se me cortó a causa suya, pues tenía un parecido enorme con Emily, tanto que creí que era ella.

El tiempo me había ayudado a disociarla con mi ex novia, pues no era para nada un mínimo porcentaje de lo que era Emily, ni de broma. Por el contrario, el tiempo no me había ayudado a alejarme de ella o a dejar sentirme atraído por ese cuerpo pequeño y grácil.

Había dejado de pelear con mi fuero interno meses atrás y me había dejado llevar, convirtiéndome en su amigo y confidente.

La había buscado los siguientes días en el mismo lugar, sin éxito, solo por el extraño placer de querer verla de nuevo, sabiendo lo asquerosamente acosador que se veía. Me había atraído al instante, no es que creyera en el amor a primera vista, pero su imagen de mujer pura me había causado tal impacto que quise sonreír locamente cuando la vi por primera vez en el hospital. No la había notado entre todos los nuevos residentes cuando Benson nos presentó, pero mi corazón se llenó de júbilo cuando se presentó, tímida y algo mareada, a mi primera llamada.

En la superficialidad se notaba su felicidad, pero en el interior, podía percibir la decepción y la molestia a causa de su pareja. El tipo era especialmente odioso y posesivo con ella, la verdad no podía culparlo mucho, de haber sido mía desde antes, yo tampoco podría soltarla sin antes pelearme con algunos cuantos.

Sentí un retortijón en el estómago cuando recordé a __________ desnuda y la reacción que había causado en mí. Había sido el día anterior, llevaba un pantalón ajustado color azul marino, tenis blancos y una sudadera gris a juego con una bufanda, con una ropa interior de encaje color crema... suspiré para mis adentros.

Todas las noches de mi vida [J.Jonas]Where stories live. Discover now