Capítulo XII

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Salimos a la fiesta nuevamente y, por suerte, todo había vuelto a la "normalidad".

No había llorado más, Joe me había abrazado durante tanto tiempo que no me sorprendió que ya hubiera menos gente en la casa.

—Anna... no sé qué decir— ella frotó sus manos contra mis brazos, como consuelo

—Está bien, pequeña... no tenemos que hablar de ellos ahorita ¿ok?

—Ok...

—Desayunemos el lunes, ¿mañana no tienes trabajo o sí?

—No...— suspiré

—¿Estás bien? — Nick me miró a un metro de distancia

—Si— me acerqué y el me abrazó, como si fuéramos amigos de años— gracias, por quitarme, por detenerlo, por todo— lo miré a los ojos y lo volví a abrazar, cuando lo solté él miró a Anna y a Joe, se acercó a su hermano mayor y le propinó un puñetazo muy fuerte en el pecho

—Eres un imbécil

—Lo sé— Joe le regresó el golpe, más despacio

Jessica y su hermana, Cinthya, se despidieron de mí en ese momento, cuando salieron vi el reloj: 3:56 de la mañana, vaya.

—Joe... Anna está cansada y quiere ir a su casa, pero mi cuenta de Uber no quiere abrir... ¿me prestas el carro? — Joe hizo una mueca— no me he tomado más que una cerveza y un vaso de vodka, estoy bien— Joe le revisó los reflejos rápidamente y sacó la llave de su bolsillo— volveré por ti, lo prometo

—Bien, diviértanse

Anna me miró tímidamente y yo le guiñé un ojo, ambos salieron por la puerta, Nick me saludo con un saludo militar y me regresó el guiño por mi amiga.

Baile con Joe un rato más, hasta que quedamos solos, sin ya nadie en la fiesta. Bajé el volumen de la música hasta uno razonablemente mejor, en el que podía hablar sin necesidad de gritar para que me entendieran. Joe estaba junto a la mesa de botellas. Le miré el trasero.

—¿Estás listo? — me acerqué y me recargué en la mesa, me saqué los tacones y me quedé descalza. Volvía a ser el Joe imponente.

—¿Listo?

—Sí, no creas que lo he olvidado— tomé la botella de tequila sin abrir y un montón de vasitos desechables

—Evans, estás loca, vete a dormir

—No, vamos Joe, quiero tequila— lo miré emocionada

El suspiró resignado.

*Joe*

Llené los vasitos hasta el borde y me senté frente a __________, cada quién tenía 20 delante suyo. Estábamos sentados en el piso, pues se había desecho de la mesa, ella descalza y yo todo despeinado.

—Uno, dos...—________ tomó un caballito y se lo llevó a los labios— ¡TRES! — terminó de contar mientras bebía el contenido

—Tramposa— el alcohol corrió por mi garganta, quemándome a su paso.

Uno

Dos

Tres

Cuatro

Cinco

Seis

Siete

Ocho

Todas las noches de mi vida [J.Jonas]Where stories live. Discover now