“Así que tus amigas me han dicho
Que has estado durmiendo con mi suéter,
Y que no puedes dejar de extrañarme.
Apuesto a que mi amigo ha estado diciéndote
Que no estoy mucho mejor,
Porque he perdido la mitad de mí.
Olvida todo lo que dijimos aquella noche,
No, ni siquiera importa
Porque los dos nos dividimos en dos.
-Half a Heart – One Direction”.
Me bajé la tela del vestido constantemente hasta que conseguí ubicarla apenas en los muslos, y me mordí el labio mientras intentaba bajarlo un pelín más.
-¿Todo bien allí dentro? –masculló Jason. Todos los cabellos se me vinieron a la cara, y los soplé fuera.
-Um, sí –respondí, jalando con fuerza la tela del vestido hacia abajo, pero el largo del mismo había llegado a su límite.
-Venga, déjame verte –me dijo. Vacilé, mirándome en el espejo del baño, y me eché los cabellos bruscamente hacia atrás. Entonces me bajé del váter y abrí la puerta, caminando nerviosamente hacia Jason, quien se encontraba leyendo una revista. Maldito gilipollas que nunca me prestaba atención.
Elevó sus ojos verdes hacia mí, y se quedó mirándome. No sabía bien si me observaba como “apestas” o como “te queda más o menos bien”.
-¿Así que? No puedo estar parada aquí todo el día –me burlé, poniéndome los puños sobre las caderas. Él se levantó de la silla y me evaluó. Chocó sus manos contra sus muslos, y luego se las frotó en el pantalón ajustado negro.
-Y yo que creía que seguías siendo la princesita de siete años que solías ser antes –arqueó las cejas, sonriendo.
Reí, acomodándome un mechón de cabello tras la oreja. –Bueno, tú ya no estás jugando a los carritos.
Me observó con ojos protectores. –Estás perfecta. Definitivamente vas a hacer estallar ese Cóctel, hermanita.
Sonreí apenas, mirándolo. Ya no era mi pequeño hermanito menor. –Es la primera vez en mucho tiempo que me llamas así –comenté. Él sonrió, y comenzó a deslizar sus dedos por mi cabello para peinarlo.
-Ha sido una locura que aprendieras a maquillarte por un tutorial en Internet –se rió, y le di un golpecito amistoso en el pecho, riéndome. –Venga, vámonos. Chuck me ha dicho que te estaría esperando abajo.
No le había contado a Jason sobre Chuck. Bueno, en realidad sí lo había hecho. Me la había pasado todo el rato que estuve en el baño contándole sobre que Harry estaba molesto conmigo porque Chuck me había estado seduciendo, pero todo lo que Jason había estado haciendo durante mi discurso había sido mascar chicle y textearse por el celular con su posible novia. Así que de pronto paré de hablar, y él no pareció notarlo.
Y luego todo empeoró, aunque no consideré realmente un presagio que pasara. Durante todo el camino en el auto Chuck no paró de beber desde una botella plateada, y luego todo el auto comenzó a oler a licor. Y me dieron ganas de pedirle un poquito de su Whisky. Pero sabía que no podía emborracharme ahora que sabía que Harry y Michelle estarían también en ese Cóctel, así que procuraría que me vieran lo mejor posible. Aunque bien sabía que me sería casi imposible; verlos a los dos ahí me darían ganas de vomitar, lo que, traducido en palabras más realistas, significa que no sé cómo soportaría verlos juntos.
