Capítulo 3. "Harry".

251 16 0
                                    

“Hace mucho frío afuera para que los ángeles puedan volar.

-The A Team – Ed Sheeran.”

Me acerqué a ella sonriendo de medio lado e intentando no juguetear con el cordón de la cámara. A diferencia de lo que me imaginé, ella no apartó la mirada para juguetear con su cabello nerviosamente, sino que continuó mirándome fijamente, impasible, impávida, como si nadie pudiera moverla de ahí aunque quisiera. Supongo que era una buena señal. No había salido corriendo.

Me detuve frente a ella, y ella dio una calada a su cigarrillo, exhalando el humo suavemente hacia la izquierda sin dejar de mirarme. Ladeó la cabeza, y jugueteó con el cigarrillo entre sus dedos. Me aclaré la garganta.

-Bueno, hola –le dije. Sus ojos enmarcados en largas pestañas y maquillaje negro corrido continuaron mirándome, y ella se mantuvo en silencio. -¿Cómo vas?

Se llevó el cigarrillo a la boca y lo atrapó entre sus dos labios rosados, soltándolo por una milésima de segundo, antes de inhalar de nuevo el humo y luego soltarlo, sin decir palabra. Volví a aclararme la garganta. Esto era bastante… extraño. ¿Qué tenía que hacer ahora? ¿Irme? 

-Um, ¿puedo quedarme aquí? –insistí. Ella cambió su peso sobre sus botas negras hasta la rodilla y ladeó la cabeza hacia el otro lado.

-Puedes –dijo, dando otra calada a su cigarrillo. Me inhibí de toser. Con tanto cigarrillo, de seguro que escupía un pulmón.

-Bien –sonreí, y me paré a su lado. –Bueno, estaba pensando. Eh, sabes que hago fotografías, ¿no? Bueno, eso. No sé si tienes que saberlo o no, pero… Bueno, ejem, en fin. Necesito una modelo para fotografiar, evidentemente, y, me pareció que, que tú… Bueno, me preguntaba si tú quisieras ser mi modelo.

-¿Y qué te hace pensar que yo quiero ser tu modelo? –preguntó tan suavemente, que me costó distinguir entre si estaba siendo amable, o si quería aplastarme el cigarrillo en la cara. Tragué saliva.

-Es que, bueno, tú estabas mirándome, y…

-Yo miro a muchas personas –dijo, interrumpiéndome. –Y eso no quiere decir que quiera conocerlas.

Fruncí el ceño. Vaya respuesta.

-Uh, vale…

Seguidamente, tiró su cigarrillo al suelo y me dedicó una última mirada antes de irse por ahí. Intercambié una mirada extrañada con Zayn, quien la observó alejarse con el ceño fruncido. Suspiré, y me encaminé hacia el moreno, quien ahogaba una risa bastante mal. Intenté no darme cuenta de que estaba muerto de la risa, pero, hombre, era insoportable.

-De acuerdo –suspiré. –Ríete.

-¡Hombre! –estalló en risas, apoyándose las manos en las rodillas. Lo miré con desdén, con ganas de estamparle la cámara en la cabeza. Se levantó, agarrándose la panza. “Como si se te fuera a salir, gilipollas”, pensé con amargura. -¡Creí que de verdad no parecías gay!

-¡Eh, cuidado con lo que dices! –lo golpeé en el hombro, arrugando la frente, iracundo. Sí, había sido bastante patético aquello. 

-Creo que tendrás que pensar en otra cosa, porque las chicas… -continuó riéndose, y yo me di la vuelta sobre mis talones, con amargura, dirigiéndome directo hacia mi auto. Primero, me decía que mis fotografías son una mierda, y ahora se ríe de mi miserable suerte. Que le den por el culo.

-¡Eh! ¿A dónde vas? –gritó detrás de mí, pero yo ya había tirado la cámara en el asiento del copiloto, y no pensaba regresar de nuevo.

*** 

Wild.Where stories live. Discover now