Capítulo 55. "Lily".

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“Ellos no saben cuán especial eres,
Ellos no saben lo que has hecho a mi corazón.
Ellos pueden decir lo que quieran,
Porque ellos no saben de nosotros.

-They don’t know about us – One Direction”.

Cerré la puerta de la habitación y me deslicé sobre la misma, sacando el teléfono del bolsillo de mi pantalón. Como siempre, tenía la vaga esperanza de que hubiese algún otro mensaje recibido además del de ayer en la noche, pero no había nada. Tragué saliva, y alargué la mano para coger el teléfono ubicado en una mesita de caoba al lado de la puerta, y comencé a marcar el número memorizado copiándolo de la pantalla de mi celular.
“Por favor, Timmy, no puedes abandonarme ahora…” era todo lo que pensaba desesperadamente, mientras el teléfono se daba el lujo de repiquetear lenta y tortuosamente. Finalmente, la voz masculina conocida me recibió, y le di gracias a Dios, al cielo, al destino, o a lo que hubiera hecho esto posible.
-Timmy –gemí, recostando mi cabeza contra la puerta.
-¡Harpey! ¡Has aparecido! ¿Cómo estás? ¡Tienes que contármelo todo! He escuchado de un pajarito que has estado moviéndote en Elle… -dijo, hablando tan rápidamente que apenas le entendí algunas cosas, y luego se detuvo abruptamente, quizá dándose cuenta de que mi tono de voz no había sido el mejor de todos. –Espera, ¿estás bien?
No vacilé para comenzar a soltar verdades que dolían de mis labios trémulos. -Lo he jodido todo, Timmy –mascullé. -Harry no quiere verme, le armé un berrinche donde le dije que lo odiaba y que no quería volver a verlo jamás, ignoré su llamada y luego me descubrió besándome con Chuck. Hoy iba a llamarlo y entonces lo he visto caminar por ahí con Michelle y él ni siquiera me ha visto.
Había hablado tan rápido que me había quedado sin aire, así que cerré los ojos y comencé a respirar entre sollozos. En qué mierda se estaba convirtiendo mi vida.
-¿Qué? –masculló.
-No voy a repetirlo.
-Ya, sólo estaba reorganizando mis pensamientos en voz alta –se disculpó. –Exactamente, ¿por qué han peleado?
Tragué saliva, sintiéndome enferma. –Pasó muchos días sin escribirme y sin contestar mis llamadas, así que yo sólo pensé… -me corté, titubeando. –Y, y entonces, cuando lo vi…
-Dijiste cosas que no querías decir, lo ignoraste y luego te descubrió en la cama con Chuck –me interrumpió, y abrí los ojos, restregándome las lágrimas que comenzaban a picar sobre la piel de mi rostro con la palma de mi mano.
Guardé silencio, sintiéndome avergonzada. -¿Cómo sabes que fue en la cama?
Él resopló.
-Harpey, ya sé que te gusta el tipo y todo ese lío, pero ¿qué más da con él? Es un niño pijo, de la Élite o lo que sea, da igual –me dijo, y abrí los ojos, restregándome la cara con la palma de la mano. –Creí que así solías pensar antes.
Tragué saliva y suspiré, cruzándome de piernas sobre la suave alfombra de la habitación del Hotel. Sentí como que los ojos se me humedecían, y suspiré. 
-Todo me salió mal, como siempre. Y, quiero decir, no es como si no esperase que pasara, pero yo sólo… sólo creí que no sería tan pronto. Y que para el momento en que lo hiciera él supiera entender que tengo un problema –dije con voz débil, mientras escuchaba la suave respiración de Tim al otro lado del teléfono. Cuánto lo extrañaba. Todo lo que quería era poder hundir mi rostro en su almohada mientras él me frotaba la espalda e intentaba subirme el ánimo soltando chistes idiotas. Era todo lo que quería. –Tengo un problema –repetí.
-Te echo de menos, Harpey –me dijo. –Extraño quien solías ser. Y aunque puede parecer que estás más cerca de mí ahora que tengo algo de contacto contigo, siento como si… como si se hubiesen llevado a mi mejor amiga. Sé que tienes un problema, y realmente voy a sacarte de donde estás metida.
Suspiré y me tragué las lágrimas con tal esfuerzo que apreté los párpados y sentí una horrenda sensación de presión en la garganta. –Tengo que irme –mascullé con voz espantosamente tranquila. –Te adoro, ¿vale? No me llames tú, que yo te llamo.

Y finalicé la llamada. 

***

Bajé las escaleras del Hotel desde el ascensor frotándome los ojos. No había dormido nada ni siquiera cuando pude la noche anterior. Quiero decir, pude hacerlo, y a la vez no. Tuve la oportunidad de haber cerrado los ojos por al menos ocho horas desde que regresé del restaurant, pero la verdad es que no había podido pegar el ojo después del incidente de anoche. 
Y tantas cosas habían pasado que me parecía mentira que había sido apenas anoche, y que él ya se estaba liando con otra chica. Suspiré y aparté esos pensamientos de mi mente, recogiéndome el cabello hacia arriba con una sola mano para frotarme el cogote, sentía el sudor cayéndome como si hubiese corrido una maratón.

-Veo que te has dignado a bajar –dijo una voz masculina en mi oído, y sentí un cosquilleo en el cuello. Me volteé abruptamente, retrocediendo torpemente hacia atrás. Tragué saliva y me froté las manos sudorosas en los pantalones. Había estado muchas veces más sucia que esto en otras oportunidades, pero ahora mismo me sentía asquerosa en todos los sentidos.
-No me siento bien ahora –musité, intentando no parecer débil, e intenté darme la vuelta, pero la mano férrea y áspera de Chuck se situó en mi muñeca y me obligó a darme la vuelta para mirarlo.
-No intentes irte así, necesitamos hablar.
-¿Necesitamos? –lo interrumpí, arqueando las cejas con ironía. –Yo no tengo nada que decir.
-¿Por qué siempre quieres escapar de mí y de las cosas que te digo? –entrecerró los ojos, frunciendo las cejas, como si de verdad quisiera saberlo y no sólo me lo dijera para hacerme parecer cobarde. Tragué saliva, mirándolo fijamente a los ojos sin decir una palabra. Chuck se humedeció los labios, cambiando su semblante a uno más paciente. –Te interesa.
Resoplé, cambiando mi peso sobre mis Converse, sin responderle aún. Quizá interpretando mi silencio, suspiró. –Elle ha organizado un Cóctel para la selección de modelos para su edición de Aniversario mañana por la noche.
Esbocé una sonrisita envenenada apenas visible con una de las comisuras de mis labios. –Espero que tengan un bonito recuerdo de ello –dije, antes de intentar alejarme de nuevo. Entonces me di cuenta de que Chuck estaba sosteniendo mi mano aún, y de que su tacto de repente se había convertido en algo sutil. Miré nuestras manos juntas y luego subí la mirada hacia su rostro. Probablemente fuera una persona repugnante, pero era bastante lindo, al menos.
-Por favor, necesito que vayas conmigo –me dijo en tono suave. –Tú eres la invitada. Yo seré una especie de anfitrión para ti. No creo que te desagrade que te abran la puerta del auto y te recojan la cola del vestido –sonrió dulcemente, quizá tratando de subirme el ánimo. Pero últimamente no sabía si lo que hacía era para hundirme o para elevarme. Sólo sabía que alguna de esas dos cosas era un efecto colateral de la otra. 

Vacilé, bajando la mirada, y desvié la mirada hacia mi alrededor. Entonces, sentí una especie de punzada en el estómago que me hizo querer vomitar la bilis. Tragué saliva y fruncí las cejas, encontrándome con unos ojos verdes esmeralda que parecían estar persiguiéndome en cualquier lugar a donde iba, y luego su mirada bajó hasta las manos de Chuck y las mías, y rápidamente se volvió hacia otra parte, donde lo esperaba una chica rubia y respingada que colocó sus manos en sus hombros y plantó un beso prolongado en sus labios. Labios que eran míos.

Miré a Chuck, segura de que iba a vomitar. Éste no había parado de sostener mi mano, y con la otra sostenía una pequeña invitación de color marrón con letras elegantes. Tragué saliva.

-Con respecto a lo del vestido, quiero que sea corto –sentencié con voz fría.


***


N
P
S.

¡HARRY Y MICHELLE SE ESTÁN QUEDANDO EN EL MISMO HOTEL QUE LILY! ¿Casualidad o a propósito?;D A veces los celos te llevan a hacer cosas feas, y quién sabe lo que hará Harry con tal de ver a Lily hundida. Adivinen a quién se lo debe. Empieza por Mi y termina por Chelle :DD

Wild.Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα