║ El Chico Selfie ║ ©

Capítulo 20

Me desperté un poco más temprano de lo usual, probablemente por lo mismo por lo que me había costado conciliar el sueño la noche anterior. Park Jimin. Lee Kikwang. Dos nombres que estaban significando demasiado y, lo peor de todo, simultáneamente.

Estaba sentada en la mesa de la cocina, desayunando un cuenco de cereales y un vaso de zumo natural cuando un portazo me hizo dar un bote en la silla. Lizzie acababa de llegar a casa, estaba pálida como un fantasma y jadeaba con fuerza.

- ¿Qué te pasa? -pregunté dejando todo y yendo hacia Lizzie. Ella se echó a mis brazos sin darme tiempo a reaccionar.

- ¡Soy tonta! -exclamó empezando a llorar. Yo intenté calmarla en el abrazo.

- No eres tonta. Cuéntame qué ha pasado.

- Lo he fastidiado todo con Leo. -dijo entre sollozos. Dejé de que llorara un poco más en mi hombro hasta que su respiración se normalizo un poco.

- Siéntate en el sofá. Voy a preparar un té y me cuentas todo en detalle. Seguro que sea lo que sea tiene solución.

Dos tazas de té y varios sollozos por parte de Lizzie después, entendí por qué se sentía así al llegar a casa. Tenía que admitir que debería plantearme compartir con ella mi título de la mala suerte.

- Aún así, no ha pasado nada. Leo parece haberse ocupado del asunto. -dije tranquilizando a Lizzie, que pensó por un momento mis palabras y dejó escapar un gran suspiro.

- ¿De verdad lo piensas? -preguntó aún sin terminar de creer mis palabras.

- De no ser así ya estarías en las noticias y Yoseob se habría puesto en contacto con nosotras. -contesté logrando que Lizzie se riera.

- Supongo que tienes razón. -murmuró secándose definitivamente el rastro de lágrimas de sus mejillas.

- Y no puedes permitir que este momento tonto eclipse todos los buenos momentos que habéis pasado durante la noche.

- Tienes razón. -admitió sonriendo con un rubor en sus mejillas.- Intentaré hablar con él más tarde.

- Tampoco olvides que lo volverás a ver en un par de días en la "maravillosa" fiesta de disfraces. -añadí viendo cómo le empezaban a brillar los ojos.

- ¡Es verdad! -exclamó levantándose de un salto del sofá- Voy a ponerme ahora mismo la alarma para levantarme esta tarde y empezar a preparar nuestros disfraces.

- Puedes centrarte en el tuyo. No te esmeres con el mío.

- Ya claro. Y perder la oportunidad de ver cómo Jimin y Kikwang babean por ti. Já.

- Como cómica te mueres de hambre.

- Menos mal que hablaba en serio. -dijo soltando una pequeña risa antes de irse a su habitación.

Fin de año llegó demasiado rápido y lento a la vez. Rápido porque jamás iba a tener suficiente tiempo para mentalizarme de ir a una fiesta de fin de año, de disfraces, con Kikwang y Jimin incluidos. Lento porque los feels de Lizzie estaban a flor de piel en casa, pues según ella Leo se había vuelto distante con ella. Pero por fin, aquel día, podría ver cómo todo eran imaginaciones suyas y reencontrarse con su caballero *autista* de brillante armadura.

La SBS había reservado para aquella noche todas las zonas públicas del hotel más caro de Seoul. Habían decorado cada rincón del interior del hotel: el vestíbulo principal, los baños, las terrazas y, donde se vería el esperado momento de las 00.00, la planta superior.