Capítulo 5

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Habían pasado ya tres meses desde mi viaje a Corea. Aquel sueño momentáneo que pude vivir durante unos días. Pero todo había vuelto a la normalidad, con esa rutina diaria que excluía por completo dramas con idols. Al menos en persona.

Alissa y yo habíamos logrado encontrar un horario clave para hablar, que era básicamente cuando yo terminaba de desayunar. Aún así, no hablábamos todos los días y las conversaciones que teníamos iban menguando en tiempo a medida que pasaban las semanas. Ella había entrado en un curso de cocina y tenía menos tiempo para hablar. El tiempo libre que tenía me informó de que lo pasaba siempre que podía con Dongwoon, que ya era declarado su novio oficial tras estar dos meses de coqueteo y citas indefinidas. Eran novios oficiales, pero desde el anonimato. Tal anonimato que todavía no conocía al líder de Beast.

Desde la última vez que vi a Yoseob no pude hablar mucho con él. Intentaba mandarle mensajes pero nunca respondía, y cuando le llamaba me salía el contestador. Solo me contestó un par de veces con mensajes breves diciendo que me echaba de menos pero que tenía que hacer muchas actividades con el grupo y, por consecuente, no podía hablar.

Kikwang no había vuelto a intentar contactar conmigo desde la última vez que nos vimos. Aún tenía pesadillas con la última mirada que recibí de él. Intentaba, día a día, borrarla de mi mente para dejar de despertarme llorando. Algunos días lo conseguía.

Aunque durante dos semanas después de ver su foto en instagram el día que regresé a España tuve miedo de hablarle decidí mandarle un mensaje por kakaotalk:

-"Espero que estés bien y hayas recuperado tu sonrisa característica, esa de la que me enamoré hace años. Sé que actué mal, no supe decirte que me iba y al final te hice sufrir. Espero que me perdones. Te quiero, LeeKi."

Obviamente, Kikwang no me respondió a ese mensaje ni a los otros tantos que le envié cada semana que permanecía separada de él. Intenté llamarlo dos veces, pero las dos me colgó. Era bastante directo su mensaje. Ni siquiera dejaba el teléfono sonar o ponía el contestador como hacía Yoseob, él me dejaba ver claramente que no quería saber nada de mí.

Pese a todo, yo seguía siendo una beauty, continuaba apoyando las actividades de Beast, seguía oyendo sus canciones todos los días y todavía veía sus cuentas de instagram a diario. Aunque la cuenta de Kikwang, por alguna razón, siempre la reservaba para el final. Supongo que esperando ver algún día un cambio importante.

Desde aquella terrible foto que me desgarró el corazón, todas las fotos que subía Kikwang eran fotos serias, lúgubres, vacías de sentimiento. Incluso la mayoría de las fans habían empezado a preocuparse, preguntándole qué le pasaba. Por supuesto ninguna obtenía respuesta, eran igual de desgraciadas que yo, solo que yo tenía la exclusividad de ser la causante de que su sonrisa hubiera desaparecido.

Tristemente, solo me consolaba, aunque fuera un poco, aquella selfie que nos sacamos todos juntos en casa de Dongwoon. Era la única foto que me recordaba que alguna vez yo pude presenciar en persona aquella sonrisa radiante, magnífica, que con el simple hecho de verla me hacía sonreír a mí también.

Alissa ya no podía ser mi apoyo, y de hecho no pudo serlo del todo en Corea debido a que a ella tampoco le conté todo lo sucedido en su momento. Aunque ya sabía la historia completa y me había animado mucho por videollamadas, sentía aún un vacío sin ella, sin su apoyo.

Ese vacío lo fue llenando poco a poco mi amiga Lizzie, que me arropó como una hermana de verdad y me permitió llorar en sus brazos el día que vino a verme tras regresar de Corea cuando le conté todo lo sucedido con Kikwang.

Lizzie tenía un don con la gente, especialmente con los niños. Una chica que se podría clasificar de 'internacional' ya que su lugar de nacimiento, su nacionalidad y su lugar ideal para vivir estaban en tres continentes distintos. Rubia, con ojos azules y de altura media, tenía una presencia que nadie podía negar. Dejando al margen su belleza natural, ya que era de las que aún sin nada de maquillaje podrían ser el 'después' de cualquier producto estético, su simple personalidad derrochaba elegancia. Era la única de mis amigas que podía estar igual de guapa con un vestido de noche que con una camiseta de publicidad para dormir. Además, su sonrisa era tan cálida y sincera como la de un niño en navidad.

║ El Chico Selfie ║ ©Where stories live. Discover now