Bonus capítulo 13☆

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Leo arrastró a la chica rubia hasta una de las salas vacías que habían visto él y Kikwang al llegar a aquella planta. La puerta de la sala era acristalada, por lo que se podía ver el interior desde fuera. Con una mirada fugaz para cerciorar lo que había pensado al pasar por allí anteriormente, confirmó que en aquella sala no había cámaras.

La chica seguía sin decir nada, simplemente parecía tener las pupilas más dilatadas de lo normal y un color rosa en sus mejillas que ningún colorete podía conseguir. Aquello le divertía a Leo. Ya había visto reacciones así en algunas de sus fans, pero ninguna era como ella.

Con aquella chica rubia de ojos azules era algo distinto. Sentía algo en su interior cuando estaba frente a ella. Algo que le hacía querer ser el centro de atención. De su atención.

Leo entró en la sala y metió rápidamente a la chica detrás de él antes de cerrar cuidadosamente la puerta, sin hacer ningún ruido. Todo ello sin soltar la muñeca de la chica.
A continuación, fue hasta el escritorio más alejado de la puerta y se puso de rodillas, inspeccionó si el suelo estaba lo suficientemente limpio y asintió con la cabeza.

- Siéntate aquí conmigo. -murmuró Leo, soltando a la chica y ocupando un lugar bajo el escritorio, abrazando sus rodillas.

La chica se sentó a su lado sin decir ni una palabra y adoptó la misma pose que Leo. El chico no pudo evitar sonreír. Veía cómo la chica intentaba no rozarle, apretando con fuerza sus rodillas y aguantando la respiración.

Las anteriores veces que la había visto también había reaccionado así. Parecía que no sabía cómo actuar delante de él. Leo había llegado a pensar que quizás la chica estuviera enamorada de él. Pero aquel día, cuando todos entraron en el edificio, no fue su nombre el que la chica gritó.

- ¿Eres fan de Exo? -no pudo evitar preguntar Leo, clavando su mirada directamente en los ojos de la chica. Esta abrió los ojos de par en par, visiblemente sorprendida por la pregunta.

- S-sí. -murmuró ella. La mandíbula de Leo se tensó.

- Supongo que tu bias es Sehun. -bufó Leo, recordando de nuevo el grito que había oído minutos atrás y lo mal que le había sentado.

Era consciente de que era una estupidez, pues no conocía a aquella chica. Pero no quería oírle decir nombres de otros chicos. Le gustaba ser el centro de su atención, ver cómo se ponía nerviosa cuando él estaba a su alrededor.

- Sí, pero tú me gustas más. -dijo la chica en tono de defensa.

Leo se sorprendió ante su sinceridad y por lo directa que había sido. Supo que se había ruborizado como la chica, pero agradeció que la sala estuviera a oscuras y ella no lo pudiera apreciar.

- ¿Cómo te llamas? -preguntó Leo. Tenía mucha curiosidad por saber todo sobre aquella chica.

- Lizzie. -susurró la chica antes de volver a centrar su mirada en el suelo.

- Es bonito. -murmuró Leo sonriendo. La chica hundió su cara entre sus rodillas.- ¿De verdad te gusto?

- ¡Sí! -exclamó Lizzie sin dudarlo, obligando a Leo a taparle rápidamente la boca mientras se controlaba una risa de júbilo.

Los ojos de Lizzie se abrieron como platos y empezó a respirar con dificultad. Leo puso su dedo índice frente a sus labios, haciéndole una señal de silencio a Lizzie. Esta asintió, y Leo se asomó por encima del escritorio para ver si había atraído a alguien. Tras unos segundos sin noticias, Leo se relajó y volvió a ocupar su sitio junto a Lizzie.

- Lo siento. -murmuró la chica.

- Me debes una copa. -reprochó Leo. Lizzie asintió repetidamente.- Quiero volver a verte pronto.

- ¿Qué? -dijo ella sorprendida.

- Tú puedes verme cuando quieras si buscas mi nombre en internet. -refunfuñó él. La boca de Lizzie se abrió medio sorprendida medio divertida.

- No te creas. Casi no existen selfies tuyas en el mundo. -afirmó ella muy seriamente.- Ni siquiera tienes instagram.

- ¿Si me hago instagram quedarás conmigo? -preguntó Leo repentinamente. Lizzie abrió los ojos de par en par.

- Sí. -contestó Lizzie tras inspirar hondo.

- ¿Es una promesa? -dijo Leo extendiéndole a la chica su meñique.

- Prometido. -contestó Lizzie entrelazando su meñique con el de Leo.

Una extraña electricidad recorrió el cuerpo de ambos al entrelazar sus dedos y sellar la promesa. Los corazones de ambos empezaron a latir con fuerza y rapidez, aunque Leo lo disimulara mejor que Lizzie, quien volvió a adoptar su posición fetal haciendo que Leo se tuviera que morder el labio para no reírse.

Leo, con ganas de ver más de las reacciones de la chica, se acercó a ella, salvando el espacio que había entre los dos. Lizzie se sobresaltó y miró a Leo, que tenía su cara realmente cerca de la suya. La chica se tapó rápidamente la boca para ahogar un pequeño grito.

- No te voy a comer. No todavía y sin previo consentimiento. -murmuró Leo, divertido.

Lizzie dio un pequeño salto en el sitio y se dio en la cabeza con el escritorio. Leo no pudo evitar dejar escapar una pequeña risa. Después, colocó la mano sobre la cabeza de la chica, en el lugar en el que se había golpeado. Le gustaba provocarla pero no quería que se hiciera daño.

- Lo siento. -volvió a susurrar Lizzie, preocupada por el ruido.

- Ya se que eres un poco torpe. -se burló Leo- Te perdono. -murmuró acercándose a ella, para inspeccionar si se había hecho alguna herida. Lizzie se tapó la cara.

Tras asegurarse de que estaba bien, Leo quitó la mano de la cabeza de Lizzie y la miró fijamente hasta que ella descubrió su rostro. El chico tragó saliva, estaba nervioso de verdad. Aquella chica era preciosa y le hacía sentir cosas muy extrañas, teniendo en cuenta que no la conocía. Pero eso le daba igual. Quería conquistarla. Hablaría con ella hasta que lograra romper su timidez.

- *El tiempo ha terminado. Cambio de equipos* -se oyó por megafonía, devolviendo a Leo a la realidad. Tendría que aplazar sus planes.

- Espero que un día hablemos sin que tires café al suelo o sin que te autolesiones.-murmuró antes de frotar con cuidado la cabeza de Lizzie y salir corriendo de la sala.



Lizzie estaba aún rememorando cada uno de los segundos vividos con Leo aquel día. Se había despedido de Andrea hacía más de media hora, pero no lograba conciliar el sueño. Su cabeza no paraba de pensar en Leo.

Entonces, la pantalla de su móvil se iluminó, distrayéndola de su mundo ideal. Había una notificación en el fandom de Vixx. Lizzie leyó la noticia diez veces antes de poder reaccionar.
Acto seguido, se metió a toda prisa en instagram y tecleó hasta encontrar lo que buscaba.

- No puede ser verdad. -murmuró Lizzie llevándose la mano a la boca y soltando un gritito de emoción mientras sus ojos se llenaban de lágrimas de júbilo.

 -murmuró Lizzie llevándose la mano a la boca y soltando un gritito de emoción mientras sus ojos se llenaban de lágrimas de júbilo

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