Capítulo 14

94 5 0
                                    

El sábado por la mañana Lizzie y yo nos contamos mutuamente, con todo lujo de detalles, lo que nos había ocurrido el día anterior cuando nos separamos. La noche anterior ninguna de las dos había estado preparada para contar nada. Ninguna quería romper la magia de las primeras horas. Pero, obviamente, a Lizzie no le quedó más remedio que contármelo todo después del revuelo que se había armado con la creación de la cuenta de instagram de Leo.

No sabíamos decidir cual de nuestros momentos a solas había sido más irreal. Lizzie estaba de acuerdo conmigo en que su historia era de lo más irreal, no solo por el hecho de que Leo demostrara tener sangre en el cuerpo, si no porque Lizzie había hablado con él. La misma que había enmudecido la primera vez que lo vio y la segunda vez tiró un café al suelo.

Aún así, Lizzie defendía que era increíble que Kikwang hubiera cambiado tanto. Se alegraba de que estuviera más decidido a volver a tener algo conmigo. Pero todavía sostenía que había algo que no le gustaba en él, que lo tendría vigilado.

- Te hizo mucho daño. No voy a permitirle que lo vuelva a hacer. -afirmó cerrando su puño, haciéndome reír de nuevo.

- Pero ayer te hizo un favor. -recalqué- Otra cosa diferente es que no aprovecharas ir en coche con Leo.

- Eso fue super cute por parte de Kikwang. -contestó Lizzie soltando su típico gritito de emoción- Casi le doy un abrazo.

- Tranquilízate.

- No te pongas celosa, sabes que con mi Leo tengo más que de sobra. -dijo ruborizándose. Yo no pude evitar reírme mientras ponía los ojos en blanco.


Después de almorzar, por la tarde, Lizzie y yo fuimos a casa de Alissa, que nos había invitado a ambas junto con Yoseob a tomar café. Hacía mucho tiempo que no la veíamos y los tres habíamos aceptado sin dudarlo.

Nos encontramos con Yoseob en el portal y subimos hasta el piso de Alissa juntos. Cuando nuestra amiga abrió la puerta se nos tiró encima y nos dio un abrazo digno de teletubbies.

- ¡Cuánto amor! -exclamó Yoseob haciéndonos reír a todas.

Al pasar al pequeño y acogedor piso de Alissa recordé la última vez que había estado allí, antes de irme de Corea. Todo seguía igual que entonces. Parecía congelado en el tiempo, y eso era algo que me gustaba.

Tomamos asiento alrededor de la pequeña mesa redonda del salón, Lizzie y yo sentadas en el suelo y Yoseob y Alissa compartiendo el sofá.

Alissa hacía unos cafés deliciosos. De hecho estaba ya en un curso avanzado en el que se había apuntado con un compañero de trabajo y ya le daban muchos turnos como barman. A Lizzie y a mí nos preparó un capucchino, a Yoseob un latte y ella se preparó un borgia. Todos olían estupendamente.

- Te voy a contratar para que me hagas los cafés por la mañana. -dijo Yoseob relamiéndose los labios tras probar su taza de café. Todas nos reímos.

- Estaría encantada. Me gusta mucho. -dijo Alissa.

- Has mejorado muchísimo. -dije halagando a mi amiga. Lizzie asintió tras dar un sorbo de su capucchino, dándome la razón.

- Muchas gracias, chicos. -murmuró Alissa dedicándonos una sonrisa un tanto extraña.

- ¿Estás bien? -pregunté preocupada mientras Lizzie y Yoseob fruncían el entrecejo ante mi pregunta. Quizás habían sido alucinaciones mías y Alissa no había hecho ninguna sonrisa extraña.

- S-sí. Claro. ¿Por qué lo dices? -respondió Alissa volviendo a hacer la misma sonrisa de antes. Lizzie, que esta vez también la vio, intercambió una mirada cómplice conmigo. No eran cosas mías.

║ El Chico Selfie ║ ©Where stories live. Discover now