Capítulo 8

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Tras todo lo acontecido, cuando empezamos el fin de semana, Lizzie me obligó a firmar un contrato de amistad en el que renovaba nuestra amistad hasta la eternidad con la condición de estar todo el fin de semana sin saber nada de Beast. Ni fotos, ni música, ni noticias, ni conversaciones con miembros en kakaotalk. Nada.

No me negué no porque me viniera bien pasar un par de días tranquila y desconectada, si no porque mi amistad con Lizzie era muy importante y debía firmar el contrato. Mi amistad era muy importante, así como el alquiler que tendría que pagar si viviera sola en Seoul.

Fuera de bromas, me alegraba de la propuesta de Lizzie. Aunque no sabía si sería capaz de cumplirla sabía que si flaqueaba delante de mi amiga, ella me lo impediría. Por lo que tenía fe en aquel contrato.

Tuvimos un fin de semana ajetreado que me hizo mucho más llevadero el trato. No tenía tiempo para incumplirlo.

Lizzie y yo conseguimos terminar de desempaquetar y de ordenar todas nuestras cosas. Debemos admitir que lo que más nos costó fue colocar la ropa. Nos dimos cuenta, un poco tarde, de que teníamos más ropa que perchas y acabamos yendo al mercado más cercano a comprar.

Cuando llenamos los armarios de perchas ocupadas y vimos que no cabían más terminamos de llenar la parte de abajo llenando las baldosas de ropa "doblada adecuadamente", como decía Lizzie.

Nuestro siguiente problema vino cuando quisimos guardar nuestro calzado. Inteligentes, nos dimos cuenta que no teníamos zapatera. No había dinero en aquel momento para comprar una decente que no desentonara con la casa y tuviera la capacidad necesaria para tantos pares de calzados. Por lo cual, finalmente, decidimos alinear de manera "adecuada y bonita" los que más solíamos usar al lado de cada armario. Y el resto los guardamos en el suelo del armario. Todo colocado adecuadamente.

Además, tuvimos que abrirnos cuentas en el banco, lo que nos llevó más de dos horas con todo el lío y el gentío que había allí. A la vuelta, compramos lo necesario para el domingo, todo con el fin de no pisar más la calle.

El domingo, al terminar de limpiar un poco por encima la casa, que se había quedado un poco desordenada tras la oficial mudanza completada, pasamos el día viendo kdramas históricos. Todos propuestos por Lizzie, por supuesto.


Cuando me desperté el lunes, salí corriendo de la cama para decirle a Lizzie que había completado el contrato de amistad, pero que ella llegaba tarde para firmar el suyo de verdad. En el colegio. Yo había quedado con ella la noche anterior en levantarla, teniéndole el desayuno preparado, para que fuera a arreglarlo todo al colegio.

El problema fue que quedé en despertarla a las 7.30 y yo me levanté a las 9.00. Creí que aquello me iba a invalidar todo el contrato de amistad que tanto me había costado cumplir.

Pero era Lizzie de quien estaba hablando, y cuando llegué hasta su puerta dispuesta a empezar a aporrearla, vi un pequeño post-it rosa pegado en ella.

"Gracias por despertarme, bella durmiente. Menos mal que me había puesto una alarma por si acaso. ME DEBES UN DESAYUNO. ♡ "

Supe que iba a tener reprimenda cuando Lizzie volviera a casa, pero me alegraba mucho de que hubiera salido todo bien y no hubiera llegado tarde. Siendo ella ya es mucha suerte. Aunque se planificara tres horas antes, siempre solía llegar tarde por culpa del transporte público. Ella afirmaba que los conductores la tenían fichada y hacían todo lo posible para hacerla quedar de impuntual. "Desalmados", los llamaba.

Era una nueva semana, la primera que empezaba en Seoul. No tenía nada que hacer ni con quien. Bueno...

- ¿Alissa?¿Trabajas hoy? -le pregunté a mi amiga cuando descolgó el teléfono.

║ El Chico Selfie ║ ©Where stories live. Discover now