En esa oportunidad había decidido recurrir a mi hermano por el simple hecho de que superaba ese tipo de cosas con facilidad.

Luego de mi escaso intento de remediar mi mala amistad con Yoongi, Namjoon pareció interesarse nuevamente en mis invitados.

– ¿A qué hora le dijiste a todo el mundo?

– Mhh, cuando terminen el horario del trabajo, así que llegaran después de las diez.

– Bueno, tenemos tiempo para no hacer nada. – se relajó Jin.

– Sí. –asentí y me levanté del sillón con un claro objetivo. –Iré a llamar a alguien, espérenme y ya saben, hagan lo que deseen.

El pitido de espera me ponía algo nervioso, y en realidad no sabía por qué.

– Hola Jiminie. – respondió un alegre Taehyung del otro lado del teléfono.

– Hola Tae. – suspiré. – ¿Estás cerca de Jungkook?

– Sí, te lo pasaré ahora.

– Hola cariño. –no sabía si el bombeo fuerte de mi corazón fue a causa de su voz o por la forma en que me llamó.

– Jungkook. –respondí sin saber qué decir. – ¿Debo saber a qué se debe este inusual apodo?

– Estoy almorzando con algunas chicas. –escuché risas por detrás.

– ¿Las amigas de Taehyung?

– No, unas chicas del arcade, cariño, nada especial. –de nuevo risas, pero la situación no me parecía graciosa.

– Ya entiendo, buena actuación. – suspiré.

– ¿Ocurre algo?

– Sí, es sobre mi fiesta de esta noche.

– La fiesta ¿Qué pasa con ella?

– ¿Podrás venir?

– No lo sé. –ahora escuchaba peticiones insistentes que trataban de convencer a mi novio falso de que asistiera.

– Estaba pensando que tengo el sofá libre, puedes quedarte a dormir si tienes problemas para volver.

– Suena bien. – Las chicas se despedían.

– Si quieres puedo decirle a tu abuela que te quedarás aquí y ya sabes,  hablar con ella.

– No es necesario Jimin, no soy un bebé, le diré que me quedo en lo de Taehyung.

– No quiero que mientas.

– Estudias para ser un mentiroso profesional, no seas hipócrita. – reí ante su comentario y negué.

– No es cierto, estudio para que la verdad se conozca y se haga justicia al respecto.

– Si quieres justicia por la verdad entonces puedes fácilmente evitar que vaya a tu casa, pero quieres que esté ahí.

Me puse nervioso por eso, quizás tenía razón. – Sí, quiero que vengas, eres mi amigo.

– Claro. Bueno nos vemos en la noche, adiós.

Corté la llamada y entré nuevamente, para encontrarme con mis amigos peleando por sobre qué programa ver. Si el reportaje sobre gastronomía asiática o el reality de idols femeninas. Ninguno de los dos ganó, ya que cambié la televisión a CSI.

– Eres estúpidamente aburrido, por esto no venimos a visitarte.

– Era mejor a que pelearan por sobre tetas o comida, en verdad son raros.

Amentiam [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora