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 Nos besamos y después nos vestimos, terminamos de subir los pisos que nos faltaban y finalmente llegamos a mi departamento, Victoria se quedó boquiabierta al ver el camino de pétalos de rosa, lo siguió y llegó hasta el jacuzzi de mi habitación, que estaba rodeado de velas que fui encendiendo poco a poco, cuando terminé abrí la llave del agua para que se llenara, me acerqué a ella y la abracé.

–Bruno, todo esto es tan hermoso – exclamó emocionada rodeándome por el cuello con sus manos.

– Quería que esta noche fuera muy especial, diferente.

– Contigo todas las noches son especiales y diferentes.

– Tendré que seguir esforzándome.

Le di un corto beso en los labios y después tomé el recipiente que tenía pétalos y los eché sobre el jacuzzi, luego vacié un poco de jabón y por último destapé el champagne y lo serví en dos copas, le ofrecí una y le di otro beso.

– Por nosotros, que nunca se nos termine el amor ni la pasión – dije chocando su copa.

– Que estemos juntos toda la vida y más allá de ella, te amo.

– Te amo corazón.

Nos bebimos el líquido y después nos besamos apasionadamente, me separé para cerrar la llave y al girarme Victoria ya estaba completamente desnuda, me maravillé mirándola y vi una vez más el parche anticonceptivo que empezó a usar después de aquella vez que pensó estar embarazada, mi niña aún no estaba lista para ser mamá, pensaba que aún era muy joven para eso, luego de contarme la historia de sus padres entendí que lo que en realidad tiene es miedo de serlo y de fallar, ya le demostraré yo con el tiempo que será una labor que no hará sola, yo la ayudaré y juntos seremos los mejores padres, como lo han sido los míos.

– ¿En qué piensas? – preguntó caminando sensualmente hacia mí.

– En todo lo que te amo... y lo que te amaré más cuando el fruto de nuestro amor empiece a crecer dentro de ti – respondí acariciándole su abdomen.

– ¿De verdad quieres un hijo?

– Sí – aseguré acariciándole la mejilla – en un futuro, cuando ambos estemos listos.

– ¿Qué te parece un par de años?

– ¿Es una promesa?

– Es un plan de vida, creo que es tiempo suficiente para consolidar nuestra relación, además quiero seguir preparándome en el ámbito profesional, pero ya hablaremos de eso más tarde – lamió mis labios – ahora disfrutemos el presente – agregó abriendo mi camisa con tal fuerza que los botones salieron volando.

Fue lamiendo mi abdomen y subió hasta llegar a mi cuello, me quitó la camisa por completo y me besó frenéticamente mientras desabrochaba el pantalón para luego reírse sobre mis labios y se metió al jacuzzi. Yo le sonreí, terminé de desnudarme y entré con ella, serví un poco más de champagne y lo bebimos cruzando nuestras copas, después nos besamos y el licor de sus labios me supo mucho más rico.Victoria acariciaba mi espalda en tanto yo hacía lo mismo con sus senos mientras nos mirábamos sin decir nada, volvimos a besarnos apasionadamente en tanto nuestras manos se deslizaban hacia nuestros sexos que cuando estuvieron listos volvimos a unir, esta vez no tratamos de ser silenciosos, al fin estábamos solos completamente, sin peligro a que alguien nos descubriera y nuestros gemidos eran bastante audibles debido a las magníficas sensaciones provocadas por la fusión de nuestros cuerpos hasta que llegamos al orgasmo una vez más.

Salimos del jacuzzi, nos secamos, nos colocamos una bata, apagamos las velas y después nos dirigimos al comedor, puse uno de mis cd's favoritos, Charlie Puth , Victoria se quedó sorprendida y me comentó que a ella también le gustaba. No me dejó servir la cena, me dijo que yo ya había hecho suficiente con prepararla, así que mínimo a ella le tocaba servirla y lavar los platos, acepté su propuesta y cenamos, nuestras miradas decían más que mil palabras y nos acariciábamos las manos.

Una vez que terminamos de cenar, caminamos a la recámara y volvimos a amarnos, recorrí el cuerpo de Victoria con las yemas de mis dedos, con mi lengua, con mis labios, incluso mis dientes se clavaron en algunas partes.Victoria estaba acostada boca abajo, yo estaba tan excitado que la hice hincarse y apoyarse con sus manos sobre la colcha, empecé a frotar en medio de sus nalgas y después introduje mi dedo,Victoria lanzó un pequeño grito, entonces saqué y metí mi dedo varias veces, hasta que ya no pude aguantar más y lo sustituí por mi miembro, ambos gritamos y fui moviéndome acompasadamente en tanto mi dedo acariciaba su clítoris, vi como se aferraba al edredón y gemía como nunca antes lo había hecho, yo seguí con mis movimientos en tanto vociferaba cuanto me fascinaba aquel exquisito roce en esa parte tan estrecha de su anatomía. Emití un grito casi inhumano cuando alcancé el orgasmo, luego salí de aquel paraíso que era la misma gloria y seguí frotándole su centro con mi dedo hasta que sentí que ella llegó también.

EXTASISWhere stories live. Discover now