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No pude moverme del pánico que me inundó, la escena del ping pong vino a mi mente y eso no sería nada a lo que sucedería si era Brandon el que estaba ahí. Bruno alcanzó a subirse y abrocharse el pantalón y se volteó para encarar a quien fuera, yo sólo pude enterrar mi cabeza en su hombro mientras él trataba de cubrir mi cuerpo desnudo.

– Haré de cuenta que no vi nada – dijo Julieta pasando al lado de la mesa, cubriendo sus ojos con una mano a la altura de las cejas.

– Julieta – exclamó Bruno, pero se cayó, supongo que buscando que decirle.

– Ahórrate las palabras, sabes que no es necesario.

– No quiero que pienses que soy de lo peor – dije muerta de la vergüenza por la incomodísima situación y además, aún no tenía clara la relación entre ellos.

– Tranquila Victoria, jamás pensaría eso de ti, yo no soy nadie para juzgarlos, además, es muy evidente la atracción que hay entre ustedes, me di cuenta desde el primer día.

– ¿Y eso no te molesta? – pregunté asombrada.

– ¿Por qué habría de molestarme?, espera, no me digas que piensas que entre Bruno y yo hay algo más, Bruno ¿no le has dicho que sólo somos amigos tú y yo? – exclamó de lo más divertida, riéndose.

– Sí, pero ya me doy cuenta que no me creyó.

– Es que por la forma en que se tratan cualquiera pensaría que son novios.

– Nos conocemos de toda la vida, Victoria, el "baby" es como un hermano más para mí, bueno, me voy a dormir, lamento haberlos interrumpido, pero mejor que haya sido yo, y no te preocupes Victoria, repito yo no vi nada, buenas noches – tomó el vaso de agua que se había servido y salió de la cocina sonriéndonos en complicidad.

– ¡Qué vergüenza!, no podré volver a mirarla a los ojos.

– Tranquila, Julieta es muy alivianada, además no es la primera vez que me pilla en una situación comprometedora – lo fulminé con la mirada – no me veas así, no te conocía.

– Será mejor que me vista y suba a mi habitación, no quiero ni imaginar que habría pasado si no hubiera sido ella la que nos vio.

– Quizá hubiera sido lo mejor para que de una vez por todas Brandon te deje en paz.

– No Bruno, así no, no quiero herirlo de esa manera, además como quedaría mi reputación, también nos conocemos de toda la vida y mi papá lo adora.

– Viéndolo así, tienes razón, pero no quiero que duermas con él, vamos a mi habitación, por favor.

– No Bruno, te dije que no era bueno tentar a la suerte y ve, Julieta nos pilló, así que mejor ya no nos la juguemos de nuevo.

– Está bien, pero, prométeme algo – me tomó de las manos – vas a terminar con él lo antes posible, cuando regrese de Europa ya no quiero que sea tu novio.

– Lo haré, te lo prometo, en cuanto regresemos buscaré la forma de terminar con la relación – me solté para acariciarle las mejillas y luego le di un pequeño beso.

Me levanté de la mesa y me vestí, él se puso su camisa y después me abrazó fuertemente.

– Te voy a extrañar mucho Victoria – susurró en mi oído.

– Yo también a ti, voy a estar contando los días para volver a verte.

– Y yo las horas – dijo y me besó nuevamente y luego volvió a abrazarme.

Al día siguiente, nos despedimos en el aeropuerto, ellos iban para Nueva York y sentí un gran hueco en el pecho, sólo pudimos darnos la mano, que Bruno me acarició suavemente y un beso en la mejilla, me sonrió cuando me soltó. Julieta me abrazó con fuerza y calidez, me dio otra sonrisa de complicidad y luego se despidió de Brandon.

Me dormí durante el vuelo ya que en la noche no había podido hacerlo, habían sido demasiadas las emociones de todo el fin de semana, sobre todo el descubrir que para Bruno yo no era una más en su cama, que al parecer sentía lo mismo que yo, no sé si con la misma intensidad, pero estaba segura que no era sólo sexo para él tampoco, que ambos habíamos roto por completo la tercera regla y eso llenaba de gozo mi corazón, aunque no sabía cómo sobreviviría este tiempo sin verlo.

Brandon me llevó a mi departamento y luego se fue en el mismo taxi, claro tenía que ir a ver a su hermana, la verdad me tenía muy sin cuidado adónde iba en realidad, estaba decidida a terminar con él, sólo tenía que buscar la oportunidad para tratar de lastimarlo lo menos posible y lo primero, que tuviera tiempo para verme.

A la mañana siguiente llegué a la oficina y Olivia de inmediato entró tras de mí.

– Hola amiga, luces radiante esta mañana, ya veo que el viaje a Las Vegas estuvo fenomenal.

– Sí, estuvo bien – dije extrañada, no recordaba haberle dicho que iba a Las Vegas.

– Me da mucho gusto, eso era justamente lo que les faltaba.

– Sí, justamente, ¿qué novedades hubo?

– Como siempre de responsable, yo no tendría ganas de trabajar después de unas maravillosas vacaciones como las que pasaste.

– La vida es un equilibrio – respondí sonriendo al acordarme de Bruno.

Era miércoles por la tarde y no había tenido noticias de él, lo cual me tenía muy nerviosa, ¿y si no estaba en un viaje de negocios?, ¿y si todo lo que me había dicho era mentira con tal de seguir acostándose conmigo?, ¿y si yo sólo era una diversión para él?, ¿la secta esa sólo existiría en Estados Unidos o también en Europa? Mi corazón se oprimió ante tal idea, no podía imaginármelo en los brazos de otra. Fui devuelta a la realidad cuando tocaron la puerta, levanté la vista y era un chico con un paquete, lo hice pasar, me lo entregó y firmé un par de hojas de recibido.

EXTASISWhere stories live. Discover now