Capítulo 24: Celos

Comenzar desde el principio
                                    

—¿Dijeron baile? —preguntó una voz bastante femenina a nuestras espaldas—

—Oh joder ¡no!, justo cuando pensaba que el día iba bastante bien.

—Cállate imbécil, lo único bueno de tu día seré yo—dijo Kelly al darle un empujón—

—Quisieras.

—Hare como que simplemente no vas caminando a nuestro lado y me dedicaré a ignorarte, Thi ¿irás al baile?

—Por supuesto que iremos—respondió Alex—

—¿Te pregunté a ti? ¿en algún momento escuchaste tu nombre?

—Ya basta, compórtense, joder, ni un segundo dejan de pelear—dije ya molesto, parecían niños de preescolar—

—El comenzó, ¿irás? —preguntó al voltear a verme—Aunque recuerdo bien que hace tiempo me dijiste que no te gusta nada de ese tipo de cosas.

—Sí, iré—respondí al verla— ¿y tú?

—¿Qué? —se detuvo en seco—no me digas, ¿la castaña? —preguntó en tono serio— ¿acaso ella te hizo cambiar de parecer? ¿yo? Por supuesto que sí. Pero tenía otros planes.

—¿Otros planes? Claro que es ella, ¿quién más si no?

—Podría ser yo—comentó al levantar los hombros— te acabas de enterar, no será necesario que le digas a ella, además no sabes si aceptará acompañarte—agregó al guiñarme y postrarse frente a mi—hagámoslo por los viejos tiempos.

—¿Los viejos tiempos? Es exactamente por los viejos tiempo que—me interrumpió antes de terminar la oración—

—No me digas nada, ¿vale? Piénsalo y ya me dirás qué opinas sobre ir juntos—me alcanzó para darme un rápido beso en la mejilla y despedirse— nos vemos.

Antes de poder responderle, y quedándome con una expresión de un completo idiota, Alex y yo volteamos a vernos, pues no sabíamos que carajos acababa de suceder.

—¿Qué demonios fue eso? —pregunté al seguirla con la mirada—¿acabas de escuchar lo mismo que yo?

—Me estoy preguntando exactamente lo mismo, hermano, esa tipa sí que está loca, es obvio que piensas ir con la castaña, ¿cierto?

—Así es, al menos que Elizabeth no acepte en acompañarme, no tengo pensado asistir.

—¿Ni por los viejos tiempos? —comentó haciendo su típica voz femenina intentando imitar a Kelly— Allison, te amo mi amor, dame un beso—se abalanzó contra mí para joderme la vida y lo tomé por el cuello para hacerle pagar su idiotez mientras ambos reíamos—

—No sé qué demonios—dije entre risas—Kell me va a volver loco.

—Que no te acompleje, acá la loca es ella.

Al transcurrir la mayoría del día y después de terminar un proyecto bastante pesado junto con los chicos, decidimos ir a despejarnos un poco a la cancha de futbol pues mi cabeza estaba a punto de estallar y si tocaba un maldito libro más, colapsaría, solo necesitaba descansar y ya era bastante tarde como para pararnos en la escuela de artes, estaba por dar las siete de la tarde y mi castaña estaba enterada que no asistiría. Mientras Alex y los demás se distraían en la cancha me recosté en una de las bancas intentando analizar las pocas o nulas maneras de contestar todas mis dudas; y como enviado del cielo, después de ver cada una de las nubes que estaban sobre mí pensé en la única persona que tal vez podría ayudarme de manera directa. Sentí mi celular en el bolsillo y llamé a Marcela para reunirme con ella y apaciguar un poco mis dudas, pues quería un poco de calma después de que había pasado casi la mitad de la semana sin ver a mi castaña y joder, eso me ponía aún peor.

Ella (Segundo libro de Cartas a quien un día amé ♥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora