—Esto no me gusta nada.

Dije mientras íbamos de noche al lugar que las coordenadas nos indicaban. Llegamos a al lugar, todas íbamos de negro, yo, llevaba unos jeans negros ajustados y entubados. Una blusa de cuello "v" negra de mangas largas. Todas llevábamos un chaleco antibalas. Cada quien tenía un chícharo en el oído, para que Levy nos orientará en cualquier cosa. Todas teníamos un mapa en el celular. Uno bien estudiado. En todo el cuerpo teníamos alguna tipo de arma. Navajas, armas de fuego, incluso, granadas y bombas de humo para despistar, en mi espalda llevaba dos guadañas compactas.

—Laxus, ¿qué  tal el lugar por donde andas? Aquí no hay mucho, no hay ningún movimiento extraño. ¿Cómo están niñas?— solté mientras me asomaba. Yo me encontraba arriba de una caja/bodega.

—Aquí apesta a pescado, solo eso,— dijo Laxus.

Juvia soltó una pequeña risa.

—Solo por qué ya eres mamá, no significa que eres mayor que nosotras para decirnos niñas. Señora de cuarentona.— reí por lo bajo. Estupidas. Mi edad, idiotas.

—Abuelita Lucy, ¿me darás galletas esta noche?,—dijo Levy con burla.

—¿Qué te parece si le digo a Gajeel que te de otra cosa esta noche?, pesadita—

Un gruñido se escuchó. Venga, el animal de Gajeel anda despierto.

—Deberías de presumirle que es lo que te doy, ¿No, Levy?— rei.

—No me interesa si se la metes o no, pero las galletas se las vas a dar tu, lo único que te puedo dar Levy, es leche, solo eso, ¿quieres?...

Un disparo se hizo presente.

—Mierda, Lucy, cúbreme, algo hizo ruido y salió una puta ra.— dijo Laxus.

—¿Tú? El hombre más pinche peligroso aparte de Natsu y nosotros, brinca por una rata, no me jodas. Quédate ahí, hay movimientos, atentas. Joder, acaban de salir cuatro personas, no se les ve la cara, mierda Laxus, van a por ti, no te muevas, te los quito de encima.

Mi trabajo era de francotiradora. Al menos por unos momentos.

Apunte, y cayó el primero. Un disparo en seco, directo a la cabeza. Los demás corrieron a esconderse y a buscarme también.

—Chicos, se los dejo, estos son niños, quieren jugar a las escondidas.

Todos asintieron, me moví del lugar, brincado hacia otras cajas, más personas salieron, me agaché y comencé a disparar, una bala pasó cerca de mi brazo, pues sentí como rozaba el chaleco.

Busque con la mirada de donde salían todos, en dos cajas de color verde olivo, salían al menos otras diez personas, con armas largas.

—Juvia ven a donde me encuentro, nos divertiremos nena.

En menos de dos minutos Juvia ya estaba a mi lado.

—¿bomba de humo o Granada?

Cuando menos lo pensamos, del otro lado comenzaron los disparos, el ejército junto con la Marina disparaban a diestro y siniestro contra todas esas personas, de uno a uno, caían.

—¡Mierda! ¿Laxus ya viste?

—Tenían que venir estos pendejos, joder, sí pueden salten dentro de los contenedores, debe de haber algo como para que todos lo protejan. Tal vez es Natsu.

Asentí. Bajamos lo más discreto posible y entramos, al fondo una mesa y una persona encapuchada. ¿Natsu?

Cuando vi sus piernas lo supe. Este no es hombre, es mujer.

¿Quién es?  saque la capucha y la vi, una chica de cabello castaño.

—¿Y tú quién mierda eres?

Levantó su mirada  y sus ojos cafés me vieron, una sonrisa arrogante apareció.

—¿Y a ti que chingados te importa?

—¿Cana? Mierda. ¿Qué haces aquí?— dijo Juvia. ¿Cana?

Enseguida la soltó y trató de levantarse, su pierna derecha estaba rota.

—Ese hijo de su putisima madre me atrapo, vi cómo se llevaban a tu novio y al puto de Natsu. Los seguí pero me vieron y aquí estoy.

Los disparos se fueron acercando.

—Juvia, tenemos que irnos.

—Pero no podemos irnos, Cana, no se puede mover, no podemos.

—Juvia, toma esto, estos imbeciles me quitaron mis cosas pero son idiotas, tomen la caja y llévenselo, no te preocupes por mí, adivina quien entró en el ejército.— dijo Cana riendo.

—¿Gildarts? ¿Cómo? Ese cabrón...— Juvia se rió y yo no entendí ni madres.

Tome la caja y me acerqué a la salida. Mire a Cana y me vio fijamente.

—¿Eres de Natsu?— pregunto Cana antes de salir.

—Si, ¿y a ti que?— retándola con la mirada.

—¿Tú eres la loca Dragneel? Cuando lo veas dile que es un pendejo por dejarse agarrar, junto con Gray. Siguen siendo un poco inútiles.— sonreí.

Salimos y dos chicos nos apuntaban.

—¡Está es la zorra de Dragneel!

Gritó uno de ellos. Mala elección. Dos balas fueron a quedar en el pecho y cabeza de este. El otro intento disparar y huir, pero chocó contra el bomboncito de Levy.

—Mátalo Gajeel.




N/A: No me gusto mucho este capítulo, pero es importante. Cana y Gildarts fue algo improvisado, pero mi mente ya maquino y ellos serán importantes en la historia.

:p

Mis ultimas palabras.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin