Capítulo XXII: Revenge Bug + ¡Nos Vemos en la FIL del Palacio de Minería!

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—Lo sé... Pero ninguna es tan especial como Marinette.

Dejó atrás a su Kwami, dándole un momento a solas con su preciado queso, y avanzó hacia el ventanal. Suspiró con tristeza, intentando sacar de su mente los ojos tristes de Marinette. Intentó llamar de nuevo, sin obtener respuesta. Quiso enviar un mensaje, sin saber qué decir. Suspiró de nuevo. No quería hacerle daño a ninguna persona. Mucho menos a alguien tan importante para él. Pero no tenía idea de cómo reparar la situación.

Miró hacia el cielo nocturno en busca de paz, encontrando solamente algo que le hizo dejar a un lado su tortura mental. Una columna de humo se elevaba desde algún punto cercano. Al instante, se escuchó un estallido.

Su instinto de súper héroe se apoderó de él.

—Plagg, parece que hay problemas.

—No he terminado mi cena.

—La terminarás más tarde. ¡Plagg, transfórmame!

Chat Noir salió a través del ventanal, moviéndose con gran agilidad hasta ese punto donde pudo ver a su nuevo enemigo.

No se trataba de Plume Mortelle.

Tampoco era Coeur Brisé.

El aspecto de su contrincante hizo que Chat Noir dudara por un momento, dando un par de pasos hacia atrás al sentir que su respiración comenzaba a agitarse. El traje de Ladybug se había tornado de color negro, contando con interesantes modificaciones que le daban un aspecto salvaje y letal. Guantes y botas de altos tacones le diferenciaban de Antibug. Su yo-yo aún estaba presente, cubierto de cuchillas que lo transformaban en una sierra cuando ella lo hacía girar. Alas brotaban de su espalda, similares a las de un murciélago. No usaba antifaz. En lugar de eso, sus ojos se habían tornado totalmente de color blanco. Eso hacía resaltar sus marcadas ojeras, y hacía juego con su cabello suelto que ondeaba al compás de la destrucción. Esbozaba una sádica sonrisa que robaba de su rostro todo rastro de su inocencia habitual.

El corazón de Chat Noir dio un vuelco cuando aquellos ojos blancos se posaron sobre él.

Aquella aparición parecía un demonio sacado de las profundidades del infierno. Una bestia insaciable que necesitaba imperiosamente alimentarse de sangre y destrucción.

—L-Ladybug...

No hubo respuesta.

Chat Noir se dio la oportunidad de dar un paso hacia ella. Aferró su vara con fuerza.

—Mi lady...

La siniestra aparición negó con la cabeza.

El temor de Chat Noir creció.

—M-Marinette...

Ella rió de la misma forma en que lo habría hecho la mismísima Plume Mortelle.

—No me llames con ese nombre tan común, Chat Noir... ¡Mi nombre es Revenge Bug!

Dicho aquello, lanzó su yo-yo para enroscar la cuerda al rededor de los tobillos del muchacho, tirando de él y haciéndolo volar hasta estrellarse contra el tronco de un frondoso árbol. Se desplomó en el suelo y se incorporó trabajosamente, percatándose de que Revenge Bug avanzaba, dejando una estela de caos a su paso.

—Marinette...

No supo cómo reaccionar.

¿Cómo luchar contra alguien a quien no quería golpear?

— ¡Chat Noir!

Se sobresaltó al escuchar una voz a sus espaldas. Tuvo que ser veloz para cubrir a Alya, pues Revenge Bug atacó nuevamente. El gato negro tomó a Alya de la mano y la condujo hacia un oscuro callejón.

Miraculous: El Akuma IrreversibleWhere stories live. Discover now