El instituto

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Primer capitulo de la segunda parte :)

Me lanzo sobre mi cama disfrutando de estar otra vez en mi habitación, las cosas pudieron haber salido peor, lo sé, pero al menos mi alocada madre esta feliz y kaled... Bueno el también lo está, demasiado diría yo, esta mañana fue una auténtica locura.

Unas horas antes.

-kaled cielo, ya llegamos-le digo tratando de despertarlo moviendo su hombro con mi mano.

luego de varios minutos de vuelo él se había quedado dormido abrazado a mi como un niño pequeño, yo en cambio me quede estática sin atreverme a mover un músculo, aún no estaba acostumbrada a este tipo de situaciones, mi cara se tornaba roja cada vez que la azafata se acercaba a nosotros con una mirada divertida para ofrecerme alguna cosa.

-Kaled despiertaaaa-lo intento de nuevo pero tiene el sueño tan pesado, que sino fuera por que respira lo creería muerto.

Lo único que consigo es que su brazo me sujete mas fuerte contra él y además su cabeza se encuentra ahora en la parte baja de mi cuello, su respiración me hace cosquillas, debo parar esto a como de lugar.

Se me ocurre una gran idea, espero que no me odie cuando despierte.

Comienzo a moverme y a mover lo bruscamente mientras grito en su oído.

-¡Nos vamos a estrellar!

Es ese momento observo como abre los ojos como platos y de un salto se coloca en cunclillas sobre el asiento en estado de alerta máxima, puedo ver el terror en sus ojos, respira agitado y hasta puedo jurar que el corazón le late como loco, creo que me pase un poco, pero funciono.

-Al fiin despertaste, ya aterrizamos buenas tardes dormilón-le digo mientras comienzo a calmarlo acariciándole el cabello.

-Mel... ¡Estas loca, casi me orino encima!-Me suelta mientras se aleja de mi caricia dándose cuenta que realmente estamos a salvo, no en vía hacia una muerte segura.

-¡Es que no despertabas!-me defiendo-Fue lo único que se me ocurrió y dio resultado, lo siento.

Kaled cierra los ojos con fuerza y comienza a respirar pausadamente tratando de calmarse, siento un pinchazo de culpa ahora al verlo así, de manera que me acerco tomando su rostro entre mis manos y antes de que pueda decir nada lo beso.

Para mi agrado él no tarda en corresponderme el beso, profundizándolo colocando su mano en mi nuca, las chispas vuelvan, nos quedamos así varios minutos disfrutando del sabor del otro, hasta que la falta de aire nos obliga a separarnos.

Con nuestras frentes juntas, nos miramos fijamente a los ojos, el me observa con esa sonrisa traviesa que tanto me gusta y yo me pierdo en esos ojos amarillo verdoso que me encantan.

-No vuelvas a hacer algo así, casi me da un infarto y no quiero dejarte viuda-me dice mientras acaricia mi mejilla con el dorso de su mano.

No puedo evitar reír ante su comentario, pero me siento aliviada de que ya este calmado.

-Lo prometo, jamás volveré a hacer que te orines en público-digo divertida señalando su entrepierna.

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