Roca

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Aun no se como dimitri se las arreglo para convencerme de darme clases de natación, la idea se le ocurrió cuando le dije, que no sabia nadar, a pesar de no ser la mejor estudiante, igual decidió que me enseñaría, no tengo mucha fe en esto, comencé a meter cosas en mi bolso, una toalla, protector solar, crema, libro, una vez que tenia todo lo que necesitaba, entré en la tarea de decidir que me pondría, los bikinis que mi madre me había echo traer, realmente me aterraban, eran de dos piezas y bastante reveladores, no tenia la suficiente confianza para usarlos, si no encontraba uno, simplemente tomaría la clase en shorts y camiseta, pero una parte de mi, quería verse femenina ante dimitri, ¿desde cuando me importaba verme linda? Seguí buscando y cuando ya me estaba dando por vencida, me sorprendí al encontrar lo que buscaba.

Allí entre mis manos estaba un traje de baño de una sola pieza, con diseño tribal, mostraba solo lo necesario, era perfecto, comencé a ponérmelo, una vez en mi cuerpo y frente al espejo, me quede asombrada, ante la chica que me devolvía la mirada, el traje de baño se ceñía en las partes adecuadas haciéndome creer que tenia curvas, cuando en realidad era completamente plana, mis piernas se veían bien, feliz con el resultado, solo faltaba tomar uno de los miles vestidos sueltos que había en mi maleta, unas sandalias de goma y estaba lista, aunque los nervios comenzaban a salir a flote.

suspire, tome mi bolso y comencé a ir en dirección al lago, sobreviviré estoy casi segura de eso y en el mejor de los casos aprenderé.

cuando llegue al lugar en donde habíamos quedado, me sorprendió ver a farid allí, deje mi mochila en el suelo y me.acerque a él, su rostro estaba un poco rojo.

-¿Que haces aquí?- le pregunté una vez que estuve frente a él.

Farid me abrazo, su fragancia a colonia, era agradable, y la forma familiar con que me trataba como si nos conociéramos desde hace tiempo me gustaba.

-No iba a dejarte sola, aunque me entristece que no me lo pidieras a mi- dijo mientras me soltaba, colocaba una mano en su corazón y fingía estar dolido.

Sonreí, no pensé que al decirle la noticia, vendría a apoyarme, los nervios que me atormentaban desde que salí de mi cabaña, se esfumaron por arte de magia, al saber que él estaba aquí.

-Solo espero no hundirme como piedra-.

-Eso no pasara-.

-¿Como estas tan seguro?-.

Estaba claro que él nunca me había visto en el agua antes.

-Por que yo...

En ese momento, sentí unas manos rodearme la cintura, mi cuerpo se tensó, al momento en que gire para ver quien era.

-Espero que estés lista, para tener una clase con el campeón- Murmuro una voz gruesa en mi oído, que reconocí al momento, dimitri, la piel se me erizo, no esperaba que hiciera eso, pero antes de que pudiera decir algo me soltó, para mirar a farid con el gesto fruncido.

-Lo siento es una clase privada- le soltó dimitri a farid mientras aun tenia una mano entorno a mi cintura.

La expresión de farid era de disgusto, su mandíbula estaba tensa, y sus puños estaban apretados a sus costados, incomoda me aparte de su lado, no recordaba haberle dado tanta confianza.

-El es farid, yo lo invite ¿tienes algún problema?-lo cuestione.

Dimitri me miro fijamente por un rato, antes de volver su mirada a farid, había cierto rastro de decepción y molestia en su expresión.

-Ninguno-.

Dicho esto comenzó a caminar hacia la orilla, llevando mi mochila al hombro.

Me acerque a farid, me sentía apenada por la actitud de dimitri, aveces podía ser un creído, pero era buena persona.

El campamentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora