Kaled

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Sus movimientos eran precavidos, silenciosos, mientras caminaba en dirección a su cabaña, Alfredo lo estaría esperando en su oficina, pero simplemente no quería hablar con nadie..., no por ahora, la noche calurosa y húmeda se cernía a su alrededor mientras caminaba, sus pensamientos estaban centrados en una sola cosa ¿que tenia ella? A simple vista no era nada interesante, flaca, una tabla sin curvas, sin pechos grandes, nada femenina a pesar de su ropa, entonces, ¿por que no podía sacar de su mente esos grandes ojos? La había besado, para convencerse a si mismo que no era nada ,para molestarla y ver una vez mas ese gracioso ceño fruncido, pero al sentir sus labios fue como si una corriente eléctrica atravesara todo su cuerpo, haciendo que deseara más, molesto consigo mismo por sentir aquello no pudo dejar de comportarse como un imbécil cuando kevin le menciono que ella le llamaba la atención, no pudo refrenar sus impulsos y dijo que ella era suya, grave error, sus intentos por acercarse no daban resultado, es más, parecía empeorarlo todo, un sonido lo devolvió a la realidad, saco su móvil y observo frunciendo el ceño el numero iluminado en la pantalla.

-¿Que quieren ahora?-Soltó de forma brusca, estaba oficialmente molesto.

-Solo recordarte que la próxima junta sera en un mes- Contesto una voz femenina desagradable que él ya conocía a la perfección.

Corto la llamada, guardo su móvil  y siguió caminando deseando con todas sus fuerzas que alfredo no estuviera en su cabaña esperándolo, las luces de su cabaña estaban encendidas, gruño sabiendo que significaba eso,  saco sus llaves y abrió la puerta para encontrarse con la visión de alfredo sentado en la silla del escritorio leyendo uno de los infinitos libros de misterio que siempre llevaba consigo y que a pesar de todos sus esfuerzos a kaled nunca le interesaron.

-¿Se te perdió tu cabaña?-.

Alfredo frunció el ceño pero ni siquiera lo miro, seguía con la vista fija en su libro, kaled se dejo caer en la cama estaba cansado y no necesitaba que él le diera otro de sus innumerables discursos,  ademas había recordado la conversación que tuvo unos días con ese grupo de charlatanes y hipócritas caza fortunas en la reunión, la sangre le hervía cada vez que ellos mencionaban a su familia frente a él, con fingida adoración pero que en secreto los consideraban como algo desagradable y principalmente a él lo veían como un estorbo.

-¿como te fue?- dijo alfredo al momento en que cerraba su libro y lo colocaba sobre sus piernas.

-Quitando el hecho de que me trataron como a un pedazo de mierda... me fue bastante bien-dijo al momento en que cubría su rostro con la almohada.

-No se darán por vencidos y tu deberías dejar de molestarlos-.

kaled lanzo la almohada al suelo, mientras se sentaba de un salto sobre la cama.

-No los tratare mejor y no dejare que esos hijos de puta se salgan con la suya, sabes que si fuera por mí, los habría echado a todos hace tiempo-.

-Si pero eso no es algo que este en tu poder... por el momento al menos-.

-Dime a que rayos viniste-.

-Solo quería saber como había salido todo... ¿le entregaste el paquete? -.

En ese momento recordó la bolsa ¿se la había entregado? la verdad había olvidado que la llevaba luego de verla y además estaba el hecho de que se había quedado dormido en su habitación, sin querer el fantasma de una sonrisa paso por sus labios.

-No, lo incinere en cuanto tuve oportunidad-.

-Espero que estés bromeando -soltó Alfredo en forma de reprimenda.

-Cálmate, era broma en realidad los tire al lago-.

-Entonces no me queda mas que decirte una cosa-.

-¿que?-.

-al agua pato-. dijo Alfredo entre risas, sabia o al menos esperaba que kaled le hubiera entregado el paquete, aunque al principio no creyó que fuera la mejor de las ideas tomando en cuenta que ambos no se toleraban.

-Largo de mi cabaña, estoy cansado-dijo kaled con una sonrisa, la broma no le había hecho gracia pero le había subido algo el humor.

-Ya me voooy-.

Alfredo se levanto y tomo la almohada que minutos antes kaled había tirado al suelo y sin previo aviso la arrojo dándole de lleno al rostro del otro, y sin esperar la reacción del otro salió de la cabaña dejando a un sorprendido kaled sobre la cama.

"imbécil" pensó kaled , tomo la almohada y la coloco bajo su cabeza cerro los ojos y se propuso dormir, pero como siempre unos grandes ojos grisáceos se lo impedían, se levanto y se digirió al baño, necesitaba una ducha, debía averiguar como sacársela de la cabeza o terminaría loco ¿o ya lo estaba?

  

¿Quién me extrañooooo?  aquí les dejo un pequeño regalo, disfrútenlo :3







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