Lizzie también era fan de Beast. En realidad era fan del kpop en general, un poco multifandom como yo. Incluso había aprendido coreano conmigo. De hecho, nos conocimos en el colegio coreano. Aunque le molestó un poco el hecho de que yo hubiera podido conocer a algunos de los integrantes de Beast y la historia que tuvo Dongwoon (su bias) con Alissa, supo olvidarlo todo cuando vio que mi historia con Kikwang tomó un final distinto al clásico de los kdramas.



-Siento mucho que te pasara todo eso...-susurró Lizzie mientras me abrazaba- Pero creo que Kikwang es idiota si de verdad subió esa foto ayer. Debería entenderte a ti también.

- Yo fui la única idiota. Tuve la oportunidad de tener algo con el chico de mi vida, justo la primera vez que visitaba Corea y mira. Lo eché todo a perder por cobarde. Por no querer hablar. -contesté mientras lloraba a lágrima viva en los brazos de mi amiga.

- Deberías haber esperado a que yo pudiera ir contigo. Nuestro plan desde hace años era ir juntas, pero tú ya habías pagado todo cuando yo supe que no podía ir. Y en lugar de cambiarlo decidiste ir de valiente. -me reprochó con derecho- Aún así sabes que te quiero y que ese 'LeeKi' también lo hace. Obviamente no te quiere como yo. -bufó- Ese pobre chico que solo sabe mover su cintura... -se burló intentado imitar uno de los pasos de baile más famoso de Kikwang y haciéndome reír por primera vez desde que volví.- Si de verdad sintió algo por ti no creo que lo olvide de la noche a la mañana por una bobería como esta.-concluyó.



Todavía parecía ser que Lizzie se equivocaba en aquella afirmación. Yo seguía pensando en aquella noche en el karaoke, cuando Kikwang cantó y me declaró sus sentimientos y yo no le respondí. No supe responderle. Por eso se había olvidado de mí. Si después de aquella noche a Kikwang le quedó un ápice de sentimiento por mí, se tuvo que desvanecer en el aeropuerto.

- Tengo una gran noticia que darte -dijo Lizzie una vez nos encontramos en el parque de siempre, aquel donde hacía años reía observando a los niños y bromeando con secuestrar alguno.

- Ya tiene que ser buena para haberme hecho salir con prisas de mi casa -refunfuñé.

- Va a ser increíble. -aseguró sonriéndome con sus ojos azules.

- Sorpréndeme.

- ¡Me han ofrecido un empleo! -chilló emocionada alzando los brazos en el aire como una atleta que acababa de ganar los 100m lisos de los juegos olímpicos.

- ¡¿En serio?!¡Muchísimas felicidades! -grité uniéndome a su júbilo, alegrándome de que por fin Lizzie encontrara trabajo de profesora, pues hacía un año que había terminado su carrera y solo había sido contratada para una sustitución corta.

- Aún no he terminado. -añadió- Lo mejor está por venir. -dijo orgullosa alzando la barbilla.

- ¡Cuenta! -dije expectante.

- Es un puesto fijo -dijo logrando que mi boca se abriera de la sorpresa y emoción- y es en Seoul.

- ¡¿QUÉ ES DÓNDE?! -chillé más alto de lo esperado agarrando los hombros de mi amiga en busca de respuestas.

- Me has oído bien. Seoul. En un colegio de cierto nivel, están buscando una profesora para inglés, pero al ver mi currículum les encantó que además fuera española, y se plantearán dejarme dar español en unos años si decido ir. -dijo soltando una risita dulce.

- ¿Si decides ir?¿No les dijiste que incluso lo harías gratis por estar allí? -dije soltando una pequeña carcajada a la que se unió Lizzie.

- Tienes toda la razón, pero ellos no lo saben así que guarda el secreto.

║ El Chico Selfie ║ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora