Capítulo 17

140K 10.2K 1.7K
                                    

Había pasado una semana desde mi confesión frente a mi vecina, supongo que creerme luego de todo lo que había pasado era difícil; no la culpaba y tampoco quería asustarla en medio de una repuesta

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Había pasado una semana desde mi confesión frente a mi vecina, supongo que creerme luego de todo lo que había pasado era difícil; no la culpaba y tampoco quería asustarla en medio de una repuesta. En esta semana las cosas cambiaron un poco, comenzando por el hecho de que las audiciones para los equipos deportivos y gimnásticos habían pasado y ahora las personas se empujaban unas contra otras para ver los resultados.

En medio de esa multitud, algunos emocionados y otros lamentándose el no haber dado lo mejor de ellas, se encontraba Katherine James.

Katherine era una de esas chicas que no podían dejar de moverse un solo instante al escuchar su canción favorita porque se emocionaba aunque la escuchara desde lejos. Una de las cosas que más me gustaban de ella, era su fascinación por esas curiosidades que nadie notaba, pero tenían un gran valor. En esos meses juntos como pareja había aprendido que era distraída, tanto que lo mejor era sostenerla del brazo antes de que un carro le pasara encima, pero a la vez observadora. También había aprendido se reía de cualquier tontería, de esas que no se ríen los demás o miran patéticas. Era inocente pero a la vez fuerte, valiente e impulsiva como la noche en la que gritó que juraba enamorarme. De esas que prefiere escuchar antes de hablar porque creen que las personas siempre deben ser escuchadas, de esas que nunca podes olvidar.

Sus ojos azules como el mar se estaban volviendo una obsesión para mí. Deseaba que me mirará solo a mí, me sonreirá solo a mí e hiciera todo solo conmigo, pero había un problema; Hilary Colt.

Mi problema con la rubia más intensa y sofocante de toda la secundaria era sencillo de explicar, pero difícil de solucionar. El padre de Hilary, Francisco Colt, era, es y siempre será el decano del área deportiva en la universidad de Columbia. Alguien muy importante e influyente en la toma de decisión para seleccionar los becados en el área deportiva. Así que, mantener una relación aparentemente estable con su hija, que me conociera y agradarle, era el plan perfecto que me dejaría con un final feliz. Ahora, la parte más fea del asunto es que tenía que besar y hacer feliz a su pequeña hija. Digamos que el plan era fácil y no tan complicado de cumplir, excepto cuando su labial rosa se regaba por mi rostro y luego pasaba muchas horas intentando quitarlo para no dormir como un payaso.

¿Qué pasaría si termino con ella y le dice a su padre lo malo que fui al hacerla llorar? Adiós beca, adiós universidad, adiós futuro, adiós todo.

Katherine no era la chica más famosa, tampoco la más inteligente, pero sabía que era una buena persona, me gustaba verla y molestarla para escuchar su voz al menos una vez en todo el día; eso era lo bonito de venir a clases. Desde hace muchos años tenía la costumbre de reírme por sus gafas y golpear a cualquiera que lo hiciera. Era algo bipolar, yo sé, pero sabía que también era la única manera de mantenerla casi a salvo. A pesar de todo mi esfuerzo de mantener a dos mundo un tanto controlados, el destino malabareo sus cartas y me llevó a vivir cerca de ella. Bastó un solo día para querer acercarme un poco más y querer darle felicidad eterna.

Juro enamorarte |BORRADOR|Where stories live. Discover now