Mi amigo imaginario.

¿Qué habéis hecho?

Hugo me mantenía tan apretada que apenas podía respirar.

Creo que la técnica, aún sin saber cómo, había funcionado.

-Me estás aplastando,- dije, mientras él aflojaba su agarre.

Me inquietaba el hecho de que a Hugo le diera miedo algo, no estaba muy acostumbrada a verle temer por nadie. Era el miedo lo que veía en las miradas de los demás cuando estaban enfocadas en él.

Lena llamó suavemente a la puerta.

-Viene tu madre ya,- nos dijo a Hugo y a mí-. Nos miró a ambos de forma intermitente.

Hugo asintió con la cabeza y Lena salió.

Me miró de forma penetrante.

-¿Te vas?- pregunté yo, desconcertada.

-Sí, pero me mantendré cerca, y Lena no se moverá de aquí, estará cerca,- me dijo.

-¿Y tú dónde vas?- pregunté.

-Tengo que solucionar unas cosas,- me dijo, indiferente.

Su cambio de actitud me desconcertó.

Lena volvió a entrar en la habitación, apresurada, esta vez sin llamar.

-Ha entrado,- le dijo a Hugo.

Puso cara de desconcierto cuando le vio ponerse la chaqueta negra.

-¿Dónde vas?- le preguntó Lena.

-Algo va mal,- le dijo Hugo, serio.

Ella palideció un poco.

Lena me miró con la esperanza de que la contara algo pero Hugo me miró de forma significativa. No debería contarle a Lena que había cruzado al otro lado por mí misma.

Yo también cuando sentí que mi madre entró por la puerta. Su sonrisa se borró un poco y me miró desconcertada.

Ahora tendría que explicarle por qué había un chico que no conocía de nada en mi habitación.

-No sabía que ibas a traer visita a casa,- dijo ella, mirándonos a Lena y a mí.

Vi como su mirada ni siquiera se posaba en Hugo. Claro, no le veía. A veces se me olvidaba los truquitos esos raros que podía hacer.

-Mamá esta es Lena,- dije yo,- es mi amiga.

Mamá se acercó corriendo y le dio un abrazo a Lena.

-Me alegro mucho de que hayas venido, ¿Quieres quedarte a comer?- le dijo mamá a Lena.

-Me encantaría,- dijo Lena para mi sorpresa.

-Esto es fantástico,- dijo mamá, dando pequeñas palmaditas.

Lena le miró de forma curiosa.

Hugo salió por detrás de mamá.

-Mamá piensa que ya no tendré amigos desde que pasó lo del hospital,- le dije yo, explicando su alegría.

Ella sonrió.

-A mí me tendrá siempre,- dijo ella.

Los ojos de mamá se humedecieron un poco.

-Muy bien,- dijo emocionada,- Haré una comida especial para todos, me tenéis que contar dónde os conocisteis y todo.

Yo suspiré y rodé los ojos.

-Le tendremos que contar dónde nos dimos nuestro primer beso,- me dijo Lena, dándome codazos y riéndose.