Lena pasó y cogió la silla, sentándose a mi lado.
-parece que estás traumatizada,- me dijo como si estuviera mirando a una loca.
Entonces me di cuenta de la expresión que estaba poniendo.
Me incorporé en la cama, ignorando el dolor.-lo siento,- dije sonriendo.
-Casi te ha besado, pensé.
-cállate,- me ordené.
-ya estamos como las locas,- me reprendí.Me reí para mí misma. Sacudí la cabeza.
-estoy cansada hasta para hablar,- me expliqué.
Ella me sonrió y asintió, comprendiéndolo.
Miró alrededor de la habitación con los ojos entornados.
-gracias por pararme,- la dije.
-bueno, no me darás las gracias cuando te de dolor de cabeza,- me dijo, apenada.
-la cabeza es lo que menos me duele,- me sinceré.
Ella asintió y una sombra cruzó su cara.
-que raro que no esté aquí Hugo,- dijo ella, cambiando de tema- me dijo que iba a venir. No suele hacer estas cosas pero contigo parece distinto,- me dijo, arrugando el entrecejo.
-¿hace cuánto le conoces?- la pregunté.
-pues hace...- entonces se rio,- hace bastante tiempo...
Yo la miré sin entender mucho.
-¿años?- pregunté.
-sí, pero no le conozco tanto,- me dijo, pensando,- le conozco de vista del insti... y... hace unos dos años que le conozco más.
Sonreí.
-¿no echas de menos el instituto?- la pregunté, suponiendo que ya no iba.
Me miró de arriba a abajo y se rio a carcajadas.
-esas cosas sólo le pasan a gente como tú,- me dijo, riéndose aún.
Yo sonreí. Era una risa graciosa.
Se levantó de la silla y comenzó a inspeccionar mi habitación.
Yo empecé a notar calor. Sería la fiebre real.
-¿podrías contarme algo?- le pregunté,- de lo que me va a pasar,- especifiqué.
-podría...- me dijo decidida.
-no,- dijo una voz detrás nuestra.
Hugo había entrado por la puerta. Parecía preocupado.
-va a comenzar,- la dijo a Lena.
Ella se asustó.
-es mejor que te vayas,- la dijo.
-pero quiero quedarme, además,- dijo mirándome, y lo siguiente lo dijo entre susurros,- necesitarás ayuda.
-ya la tengo,- la respondió, tranquilizándola.
Asintió con la cabeza y Lena se giró antes de salir.
-eres fuerte, podrás con ello,- me dijo.
El nudo que se me hizo en el pecho me produjo mareo.
-Lena...- dijo Hugo.
Y ella se fue.
Él se sentó a mi lado en la cama.
-¿quién corre peligro?- le pregunté.
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Mi amigo imaginario.
Mystery / ThrillerPoe lleva una vida normal, o casi, hasta que comienza a ver la muerte en los ojos de la gente. Empiezan a ocurrir cosas muy extrañas y a aparecer gente en su vida, entre ella, Hugo, un chico por el que siente una unión inexplicable, que parece saber...