50. Tengo que regresar.

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(Josué )

Le prometí a Natalia que saldríamos hoy, esto quizás me sirva para despejar mi mente. Algo me dice que las cosas se están poniendo muy tensas y tendré que pensar con claridad.

—Josué, trata de calmarte.—me dijo Natalia.

—Tranquila, ya me pasará.

Tomó mi hombro.

—Estas muy tenso. —Mencionó preocupada.

—Natalia, ya basta.— Le dije ya cansado de escucharla.

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Tomé las llaves y di paso a Natalia.

Escuché vibrar mi celular, pero no tomé importancia.

Luego será, tengo que relajarme cuanto antes.

— ¿A donde vamos dolor de cabeza? — dije cerrando la puerta y guardandome el celular.

— ¿Dolor de cabeza?— preguntó.

— Es que hablas tanto y me das dolor de cabeza.— Admití.

Rió escandalosamente.

La miré asustado , está chica está demente.

— ¿Y tu?— preguntó sonriente.— ¿Tu que eres?

— El chico más guapo que has visto en tu vida.

Hizo una mueca de desagrado.

— He visto mejores.

— ¿Entonces porque me acosas, maldita?

— Oye tranquilo — rió. — Don ego .

— No estoy viejo, dolor de cabeza.

Volvió a reír y empezó a caminar.

O más bien.

A caminar y a saltar.

¿Esta chica no tuvo infancia?

— Vamos Josué hazlo, es divertido.

— ¿Estas loca? — Frunci el seño.

— Eres un aburrido — se detuvo de inmediato.— Y amargado.

— Si hacerme reír es lo que quieres, no lo lograrás.

— ¿Me estas retando?

La miré molesto.

Aún así a ella no le sacaba la sonrisa de su rostro.

Natalia era idéntica a Keyla en su manera de ser, siempre sonrientes, locas al punto de parecer psicópatas y sin infancia.  Aunque Keyla, no lo es tanto al momento de estar en público. Ella suele ser bien tímida.

Natalia me sacó de mis pensamientos.

Seguía saltando como loca y me estaba dando vergüenza.

La tome del brazo para que empezaremos a caminar.

— Josué es un amargado,  Josué es un amargado — empezó a cantar.

— Ahora ya entiendo porque tu mamá no vive contigo.— musité.

Entonces fue cuando se pudo callar, gracias a Dios ya me estaba volviendo loco.

La mire y estaba triste.

¿Es en serio?

— ¿Ahora que dije?— Pregunté.

— Hablaste de mi mamá.— Respondió.

Protegida e Intocable. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora