45.No te gusta hablar de él ¿cierto?.

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(Keyla)

Desde el día que Nayeli habló con él, no supe más de él.

Y creo... que así es mejor.

Aunque me cueste admitirlo creo que yo me siento mejor hoy que no sé nada de él , pues ya no hay nada que me cause dolor y decepción.

Solo espero que él se encuentre bien, jamás querría que algo malo le pase. Aún  sigo queriéndolo  pero tengo que seguir con mi vida.

Y no seguir viviendo en recuerdos.

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Salí de casa en busca de una buena distracción, para poder relajarme.

Y que mejor si es en mi parque favorito, muchos arboles adornan el lugar y eso es lo que más me encanta. La naturaleza... es relajante ver como se mueven las hojas mediante la brisa que las golpea con suavidad, ese olor tan puro e inexplicable. 

Me recosté en el árbol que suelo sentarme siempre, desde que Josué se fue me siento ahí. 

¿Por qué?

ÉL puso nuestras iniciales en el, y lo adopté como nuestro...

Es estúpido, lo se.

Pero por una extraña razón este lugar me tranquiliza. Y el sentarme acá me hace sentirlo cerca.

Tomé mi libreta y tomé mi lapicero.

Escribí.

"Es horrible necesitar a alguien por medio de los recuerdos; ya que al mirar la realidad, te das cuenta que esa persona se ha ido lejos, y sin embargo, te obligas aceptar; que lo mejor es decir adiós.

Entonces, es hoy cuando te digo: Adios Josué, necesito seguir adelante."

Cerré la libreta.

Me apoyé más en el árbol y cerré mis ojos...suspiré.

Es mejor dejarlo ir, pensé.

Muchos recuerdos me invadieron... nuestras miradas, la manera en como me hacía temblar al solo verlo, su seriedad, la manera en como ocultaba sus sentimientos.

Aún me sigo preguntando ¿Por qué él...? ¿Por qué me tuve que enamorar de él? ¿Por qué de esa manera?

Pero... esas preguntas jamás podré responderlas, quedarán en el olvido... así como él.

Oh... Quizás no en el olvido, quedarán guardados en mi. Pero eso ya no tendrá que impedir mi felicidad, ya no esperaré a que él vuelva porque se que no lo hará.

Una lagrima corrió por mi mejilla, abrí mis ojos y agaché mi mirada.

—Keyla...—  Escuché una voz masculina acercarse.

—Camilo.—susurre limpiando mi mejilla.

—¿Por qué estas tan sola?— Se sentó a mi lado.

—No lo sé, quería despejar mi mente.— Respondí con sinceridad.

—¿Qué te tiene mal?—Preguntó al ver mi rostro.

 —¿Ah? no, no nada— Sonreí — Solo estaba pensando algunas cosas.

 —Bien...— Dijo no muy convencido —¿y eso?— Señaló la libreta.

—Algunos escritos míos...

—¿Escribes?— Preguntó asombrado.

—No mucho, aveces me vienen algunos párrafos a la mente y escribo.

—¿Puedo verlo? — Lo miré dudosa, nunca nadie había visto mis escritos. —Prometo no reírme— Sonrió.

—Esta bien. —  Se lo entregué y él lo tomó.

Lo empezó a leer y lo miré detenidamente, esperando su reacción.

Esto me hacía sentir incómoda. 

 —Vaya...— Dijo luego de unos minutos — Mucho sentimiento plasmado, no cabe duda que se relaciona al mismo chico.

Me incomodé.

—Puede ser... — Respondí.

 —No te preocupes, no preguntaré más.—Sonrió.

Sonreí y asentí.

—Eso te incomoda ¿Cierto?  —  Mencionó mirándome.

—Un poco.— Le respondí con sinceridad.

Hubo mucho silencio, él se limito a observarme.

—No me observes mucho— Le dije luego de unos minutos incómodos. 

—¿Por qué? —  Sonrió— Eres muy linda Keyla.

 —Gracias... —  Respondí apenada — Pero no me gusta sentirme observada.

—Te incomoda — Dijo él y yo solo asentí. —Vaya...—  Suspiró  — Eres insegura.

Me sorprendí.

—¿Por qué lo dices?— Pregunté

—Las personas que no les gustan que las observen tienden a ser inseguras, porque al mirarlas por mucho tiempo siente que están encontrándole un defecto o algo.—Pensó  —  O algo así fue lo que escuché un día — Rió

—Yo no soy insegura — Mencioné —Tímida  si, pero insegura no.

—Ah bueno, quizás hablaba de la timidez—    Rió una vez más y está vez me le uní.

—Seguramente.

Él agachó la mirada y podía asegurar que estaba pensando en algo.

—¿En que piensas?  —  Pregunté al ver su seriedad.

—No, no nada.—Sonrió.

—Dime.— Insistí.

—Te dije que ya no preguntaría más del tema.

Sonreí.

—No te preocupes, puedes preguntar.

—Esta bien — Me miró inseguro. —¿Te sigue gustando ese chico?.

Me sorprendí, no pensé que saldría con esa pregunta.

—¿De que chico me hablas? —Sonreí incómoda.

—El chico de tus escritos.— Respondió.

—Bueno él... no lo se —  Dije con sinceridad.

—¿Por qué no lo sabes?

 —Es que... —pensé —   No debo quererlo.

—Pero lo sigues queriendo.—  Me miró un poco triste.

—Quizás.

 —Pero...¿Qué pasó con él? ¿Donde está?

Lo mire y no respondí.

—¿No te gusta hablar sobre él?— Preguntó.

—Prefiero  no hacerlo — Dije y sonreí.

El sonrió,  su sonrisa era muy linda.

Pero... no podía ilusionarse, no lo quiero lastimar, no a él.

Protegida e Intocable. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora