Protegida e Intocable. (Editando)

22.Deseaba.

(KEYLA)

Han pasado días y yo no lo volví a ver, estoy intentando olvidar pero siempre está en mis pensamientos.

Estaba a la par de la puerta, así tal cual la primera vez que lo ví esperando a que él apareciera.

Aunque una parte sabía que no había posibilidad alguna de que lo hiciera.

Escuché sonar mi celular.

Era Nayeli.

—Hola.

— ¿Quieres verlo —Me dijo de una vez.

—¿A quién? — pregunté confundida.

—Ya sabes —dijo riendo— Sal y vamos a dar una pequeña vuelta, ya sé donde está.

— Estas demente — respondí riendo y tomando las llaves de la casa.

—Todo sea por mi amiga —dijo riendo y yo sonreí.

—Ya llego.

Salí de casa y camine hacia la esquina donde me esperaba Nayeli.

—¿Que te picó hoy? —dije aún sorprendida.

—Estaba aburrida y salí...entonces lo vi y pensé que querías verlo también.

—Tan linda—le dije y ella rió.

—Lo sé —respondió con una enorme sonrisa.

Caminamos, seguí los pasos de ella.

Luego observe que habían unos chicos en un lugar un poco sólo. Realmente no sabía quienes era o que hacían y de inmediato aparecieron mis nervios.

—Que estoy haciendo— dije en susurro.

—Tranquila. — me miró Nayeli

Caminamos un poco más , estábamos cerca. De inmediato lo busque con la mirada, pero habían muchos y no lo encontraba.

—Pero mira que chica más hermosa— escuché a uno decir y de inmediato mire hacía otro lugar.

Esto se me hacía muy incomodo.

—Ahí esta— dijo Nayeli en mi oído.

Intenté mirar de nuevo y sólo pude observar que alguien me estaba viendo y estaba un poco lejos del resto. Se miraba muy serio y callado. No como los otros que estaban molestándome con palabras morbosas. Era él, sólo me miraba fijamente y sé que me intentaba decir algo, pero no sé que era.

Dimos la vuelta como había dicho Nayeli y llegue a casa de nuevo, pensando en él. En su mirada y en lo que me hacía sentir.

Busqué mi cuaderno, el que usaré para escribir cada vez que necesite hacerlo. El cuaderno que hablará de él.

Escribí

Deseaba un instante con él.

Deseaba sentirlo.

Deseaba abrazarlo.

Deseaba ver su rostro de cerca.

Deseaba tocar su cabello.

Deseaba sentir si aroma.

Deseaba saber el significado de cada uno de sus tatuajes.

Deseaba saber porque sólo con él sentía esas sensaciones.

En fin...

Lo deseaba a él.

Lo cerré, y me dejé caer en mi cama seguido de un suspiro.