Protegida e Intocable. (Editando)

41.¿De que quiere tu malteada?.

(Keyla )

Desde ese sueño que tuve con Josué, hace unos días atrás.

Supe que ya no aguantaría más, que la situación se me estaba saliendo de las manos.

Y que lo había querido como nunca había querido a alguien.

Lo que no comprendo es como surgió todo muy rápido para mí.

Él llegó a mi vida el día que menos lo esperé, al verlo desordenó mi mundo y se apoderó de mi mente. Pero así como un día llegó en el momento menos esperado, también se fué.

Fué una estrella fugaz en mi vida.

Es la única palabra que puede describirlo.

Fugaz.

Pero me marco, me marcó de gran manera.

Lo he pensado mucho y lo mejor es que me olvide de él.

Me he propuesto dejar a un lado a Josué, me estoy lastimando.

Pero...

Últimamente me han pasado cosas muy extrañas.

Él se ha convertido como en un fantasma, que me ha estado atormentado.

Cada vez que estoy acostada, cada vez que estoy sentada. Escucho su voz, siento su tacto en mi piel ¿Será posible eso?

¿Porque se me hace tan difícil olvidarlo?

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Nayeli tiene un nuevo amigo, ella está queriendo presentármelo. Pero yo no estoy segura de eso.

  —¡Vamos al parque de diversiones!   —  Mencionó emocionada.

—No estoy segura Nayeli — La miré con inseguridad.

—¡Vamos! — Volvió a animarme.

—¿Por qué tan emocionada? — La mire sospechosa — ¿Ahí estará tu amigo? ¿no?

—No... —  Sonrió   —¿Por qué estaría ahí?

—Tu planeas cosas raras, eres impredecible   — Agregué —¿Por qué no lo pensaría?

—Tienes razón— Rió — Se que me conoces.

Asentí seriamente.

— Entonces... vamos por tus bebidas favoritas, las venden en el parque de diversiones.— Dijo una vez más.

—Nayeli... — Respondí ya frustrada
— Iré, no se por que insistes tanto.

—¡Bien! — Saltó de la emoción, me sorprendí—Ponte linda, no te arrepentirás.

Iba a decir algo, pero ella salió enseguida de mi habitación.

¿Qué planea?

Eran las 4:30 p.m

Tenía media hora para arreglarme.

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Escuché que Nayeli estaba en la sala hablando con mi padre, ella se lleva bien con casi toda mi familia. Es como mi hermana.

Ya estaba casi lista, sólo me faltaba peinarme. Me hice una coleta.

Salí de mi cuarto y me encontré con Nayeli viendo la tv.

—¿Ya? — Preguntó al verme.

—Al parecer— Le respondí tomando las llaves de mala gana.—¡Papá, luego regreso!— Grité ya que ya no lo miraba.

—¡Está bien hija!— Salió de la cocina— Ten cuidado Keyla, no vengas muy tarde.

Sonreí y asentí.

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—¿A cuál quieres subirte? — Preguntó Nayeli

—¿No te basta con las 4 que nos hemos subido? — Reí— Hasta ya me siento mariada mujer.

— Lo siento — Rió— Tú sabes que me encanta la adrenalina.

Miré el reloj eran las 7:00 p.m

—Creo que ya es hora de irnos.

—¡Vamos por la malteada!— Dijo y me tomo del brazo para seguirla.

—Yo no quiero. — Respondí un poco aburrida.

— ¡Keyla! —Me miró molesta —No seas tan aburrida.

—Está bien, vamos. — Respondí sin ganas.

Llegamos al lugar y tomé mi celular, estaba esperando un mensaje de Josué... pero nunca llegó ¿Por qué insistes tanto keyla? ¡Él ya te está olvidando, entiende!

—¡Keyla! — Escuché gritar a Nayeli
y enseguida me asusté.

—¿Por qué me gritas? — La miré molesta.

—Llevo horas hablandote—Me miró molesta —¿Quieres uno?

— Sí... — Respondí buscando el menú, pero en segundos mi vista dejó de buscarlo y se posó en el chico que estaba distraído buscando música. Él se dió cuenta que lo estaba mirando y enseguida me sonrió.

—Yo la atenderé — Le dijo al chico que nos estaba atendiendo — ¿De que quiere la malteada señorita?

Me quedé atónita.

—Aa...—No sabía que decir ¿Keyla que te está pasando? Él seguía sonriendo y puedo asegurar que se está burlando de la cara que estoy poniendo — Del mismo que ella.— Alcancé a decir.

Escuché la risita de Nayeli y la miré enseguida.

—Camilo, hazlo de melocotón.

El chico enseguida asintió.

—¿Lo conoces? —La miré confundida.

Sonrió apenada.

— Él es mi amigo —Miró al chico— Camilo, ella es Nayeli... de la chica que te hablé.

—Hola Nayeli— Sonrió de nuevo.

—Hola...—Dije sorprendida.—No me dejo de sorprender con tus planes — Le susurré a Nayeli.

Ella sólo rió.

—Aquí tienes— Dijo Camilo al entregarme la malteada.

—Gracias — Le sonreí.

—No hay de que. —Me miró.

—Keyla...— Dijo Nayeli—¿No que ya era muy tarde?

Caí de nuevo a la tierra.
Y ella rió debido a mi gesto.

— Ahora si puedo darle tu número — Dijo Nayeli y una vez que ya estábamos lejos de él.

—Que terrible eres — La empujé riendome.