Capítulo 5

6.2K 428 6
                                    

Casi no pude pegar ojo esta noche. Cada vez que cerraba los ojos la mirada enfurecida de Kurt aparecía en mi mente. Esa mirada provocó temor en mi, podía ver el odio en sus ojos, y sus palabras no dejaban de repetirse en mi mente. ¿A caso en algún momento hice algo que lo podía lastimar?

Recapitulé casi todos los momentos de mi vida, pero en ninguno de ellos aparecía Kurt, su imagen solo venía si pensaba en los últimos días, nada más.

Me levanto de la cama y bajo con el pelo recogido en un moño.

-LEEEEEEOOOOOON GRRRRR- mi hermano se tira hacia mis piernas y yo lo cojo en el colo para ir juntos hasta la cocina.

-Creo que este león no va a poder cargarte más, madre mía como creces- lo dejo en el suelo y hermano hace que tiene una pistola y comienza a dispararme.

Me hago la muerta y me tiro al suelo lo que hace que el comience a reírse.

-Charlie cariño, ya es suficiente, deja a tu hermana desayunar.

Charlie hace un puchero pero se acaba alejando hasta el salón.

Me siento en uno de los taburetes que se encuentran en la barra de la cocina y comienzo a echar la leche y los cereales en el cuenco.

-Hoy llamó Phillipe, ya ha vuelto de sus vacaciones, y quiere empezar el entrenamiento pronto.

-Sinceramente no tengo muchas ganas de volver a eso del bádmiton, tengo muchas cosas que hacer mamá...

-Vamos Lea, eres muy buena en eso, y es una pena que desperdicies ese potencial, así que no seas tonta y ve, te hará bien despejar un poco de la universidad y hacer algo de deporte.

-No tengo nada que despejar, hace apenas unos días que comenzamos.

-Vete y se acabó- dice mi madre saliendo apurada de la cocina.

Ruedo los ojos y suelto un largo suspiro. Quizás otro día estaría de mejor humor, pero la falta de sueño ha provocado que no quiera salir de casa.



Al final he terminado por seguir los consejos de mi madre, así que voy de camino al club a encontrarme con Phillipe, para recuperar todos esos entrenamientos que habíamos dejado de lado por sus vacaciones. Aparco mi audi en una de las plazas y salgo con mi bolsa de deportes.

En 20 minutos ya estoy cambiada y en la pista, esperando las indicaciones de mi guapo entrenador francés, pero no es Phillipe el que aparece por la puerta, sino el moreno de la universidad, trago con profundidad y miro a todos lados, observando las posibles salidas de escape y asegurándome de paso si hay testigos que presencien mi futura muerte prematura.

-¿Qué haces aquí?- pregunto.

-Digamos que tu entrenador no puede seguir trabajando contigo, y ahora seré yo el que me encargue de ti- dice con tono aburrido.

Va hacia una de las cajas y coge unas cuantas plumas.

-¿Perdona? ¿Estás de broma verdad?- pregunto en un hilo de voz. Esto no me puede estar pasando a mi, es casi imposible.

-Tengo cara de hacer bromas- me mira con desagrado y acabo bajando la vista mientras susurro un pequeño lo siento.



Definitivamente Kurt me odia. Me ha hecho correr antes de entrenar y luego realizamos un partido entre los dos, solo sabía mandarme plumas altas, al fondo de la pista, o tiraba demasiado fuerte haciendo así que si no le daba la pluma acabase tocando mi cuerpo y me hiciera soltar un pequeño gesto de dolor.

El lo disfrutaba, disfrutaba verme así porque cada dos por tres lo veía aguantarse la risa, pero todo tiene un límite y el mío ya había explotado en cuanto vuelve a mandarme la pluma al final de la pista.

-Suficiente- digo tirando la raqueta al suelo.

Ni si quiera la recojo, salgo de allí y me voy directa a los vestuarios, quiero irme de aquí y perderlo de vista.


Salgo duchada y cambiada. Camino mientras tarareo una pequeña canción, es porque voy totalmente distraída que no me doy cuenta que Kurt está sobre el capó de mi coche observándome con los brazos cruzados, y su como no cara de pocos amigos.

-Has sido una maleducada, estirada.

-Y tu un completo imbécil- sus ojos se abren de forma exagerada, y veo como una vena del cuello comienza a marcarse, pero no pienso callarme, me da igual que después de esto decida matarme o dios sabe que, quiero soltarlo todo- crees que no me he dado cuenta que lo único que has intentado ha sido joderme? No sé que narices te pasa conmigo, pero es evidente que te molesto, al igual que tu me molestas a mi, así que porque no nos olvidamos el uno del otro, te vas por ahí a hacer tu vida y dejas de joderme la mía?

El suelta una risa irónica y se acerca a mi.

-Es irónico que digas que yo te estoy jodiendo, cuando la primera en hacerlo fuiste tu.

-No sé de que coño hablas, pero ya estoy cansada de estos jueguecitos, así que pírate y déjame vivir.

Lo aparto de mi camino pero el agarra mi brazo y me aprisiona contra su cuerpo, mientras que con su otra mano agarra mi cintura para ejercer presión.

-Me pones de los putos nervios- dice entre dientes.

-Pues ya somos dos- el acerca su rostro aún más al mío.

-No sabes lo que detesto McHale.

-Ojalá saber porque narices lo haces, apenas nos conocemos y me tratas como la mierda, ¿qué te he hecho?

El me observa y me observa pero no responde, tan sólo coloca su mano en mi mejilla y hace una leve caricia que me estremece el cuerpo.

Cierro los ojos como acto reflejo y suspiro mientras acerco mi cuerpo al suyo, aunque es imposible acercarlo más porque están completamente pegados.

Su aliento choca contra mis labios y yo abro los ojos para ver lo que va a pasar. Su mirada ya no es fría, sino que sus ojos verdes están completamente oscuros, y me observan con un tono que nunca antes había utilizado.

No sé porque narices lo hago, pero acerco mi dedo índice a sus labios y los acaricio mientras muerdo mi labio inferior, lo que parece hacer que se despierte y vuelva a su pose habitual alejándose de golpe.

"Que labios tan suaves, ojalá tocarlos con los míos", pienso.

Me giro y veo a Kurt al final del aparcamiento, alejándose de mi, dejándome llena de dudas, y de unas ganas de hacer algo que hasta hace poco creía imposible desear, y menos con él.


Déjame Vivir #Wattys2017Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt