«Simplemente eres mejor, eres famosa, eres la mejor boxeadora, ganaste miles de títulos y trofeos... ganaste al chico. Me di cuenta tarde que también llevaba una obsesión con Nathan. Si de verdad lo amo debo hacerlo feliz no destruirle cada vez más. Pero ya es tarde, ya no puedo salir de esto. La traición es la muerte aquí. Quise hacer algo bien por una vez en mi vida... Hace dos meses dije todo lo que sabía a la policía, todo sin dar mis datos. Dije lo de tu secuestro, pensé que saldría de esta pero la maldita policía trabaja para Levin. No podía hacer nada sino me matarían.  Cuando Levin supo que alguien le delato pensó en un nuevo plan. Él me cuenta todo y es imposible dudar de mi. Fue donde fingió tu muerte. Ahí todo se fue a la basura»

—¿Por qué me dices todo esto? —Pregunté tratando de asimilar todo lo que acababa de decir.

—Porque quiero cambiar, quiero ayudarte.

—¿Ayúdarme? ¿ahora?—Me importa una mierda todo lo que dijo ¿pero como creerle a la persona que ha estado involucrada en todo lo que se llama mi infierno?

—Sé que no me creés.

—No. —Cerró sus ojos dejando caer un sinnúmero de lágrimas más.

—Quiero demostrarte que cambié. Quizás tarde pero lo hice. Hayle, he hecho cosas en mi vida de las que me arrepiento.

—¿Qué te llevo a pensar diferente? —Dije moviéndome incómoda en mi lugar. Estaba empezando hacer frío y eso no ayuda con mis heridas.

—Ya te lo dije. Asimile todo, tú no mereces estar aquí... Y... lo vi.

—¿Viste qué?

—A él, a Nathan. —En cuanto dijo aquello mis ojos la miraron con atención. Con sólo mencionar su nombre todo mi cuerpo reacciona como la primera vez que estuve junto a él. —Le vi hace dos meses, cuando en las noticias informaron tu supuesta muerte. Él se volvió loco, perdió el control golpeando a todos y todo. Golpeó a Zet y otro chico más. No quería hablar ni ver a nadie. Cuando "enterraron tu cuerpo" él no quiso que nadie se le acercarse. Se volvió loco allí y mandó a todos a irse, habían miles de personas lamentado tu "muerte" Él empezó a desalojar el lugar y cuando estaba solo se derrumbó en tu lápida a llorar... Yo nunca lo había visto así, lo vi llorar solo en la muerte de su padre y ahora con la tuya. Estaba destrozado, sus ojos no tenían una pizca de brillo... Él simplemente no es el mismo Nathan que conocí durante años. —Bajó la mirada dejando gotear las lágrimas en sus piernas. —Él te ama. —Susurró sincera.

No hacia falta y siga dicendo cosas, por alguna extraña razón le creía.

Uno de mis ojos dejo caer una lágrima, solo imaginarme como la pasó me hace querer nunca haber nacido. Cada palabra que Fiona decía me hacia imaginarlo allí fuera, destrozado. Nunca me puse a pensar cómo sería con la noticia de mi supuesta muerte. Solo pensé en el daño que siento yo pero su daño quizás es mayor. Sé que el vive pero él no sabia donde estaba yo y ahora con esto debe ser mucho peor.

Por otro lado saber que me sigue amando me da esa pequeña felicidad. Puede que suene estúpido viendo la condición en la que estoy pero es inevitable no pensar igual cuando amas de verdad.

Y yo amo a Natanael más que mi vida. Me había dado por vencida, había abandonado la batalla, me resigné a que nunca saldría de aquí sin pensar en cómo deben estar las personas que amo allí fuera.

—Yo lo intenté, te juro por Dios que intenté decirle algo sobre ti, estaba dispuesta a decirle toda la verdad pero el comenzó a odiar al mundo entero, no quiere ver a nadie. Desde entonces solo lo ves en los lugares de mala muerte.

—¿Por qué lo haces? —Mi voz salió en un hilo. Sentía mi alma poco a poco salir de mi cuerpo.

—Porque sé lo que se siente perder un amor. Yo estuve enamorada por años, y ese amor... sencillamente no me correspondía.

Lifes CrossedWhere stories live. Discover now