Estaba agotada mentalmente, pero por más que mantenía los ojos cerrados, el sueño no venía a mí. Levantarme de la cama por agua sonaba bien, excepto por la parte de levantarse. Pero todo era mejor de quedarme ahí con mis pensamientos. Sin embargo, al enderezarme, mi teléfono vibró, y cuando lo desbloqueé resultó que tenía tres mensajes de Luke que no había visto.
Me sentí mal, porque le había dicho que llamaría para decirle como fueron las cosas con mis padres, él sabía que hablaría hoy con ellos. Lamentablemente lo olvidé.
¿Cómo te fue? (9:32 pm)
No fue bien ¿verdad? ¿Cómo estás? (11:37 pm)
¿Estás despierta? (01:09 am)
Si, lo siento, olvidé llamarte. (01:12 am)
Está bien (01:12 am)
¿Tú estás bien? (01:12 am)
Las cosas no fueron bien. (01:13 am)
Lo supuse cuando no me llamaste (01:13 am)
Lo siento (01:14 am)
No te preocupes, estoy aquí para alegrarte. (01:14 am)
Por ahora creo que va a ser algo difícil (01:14 am)
Pero en serio estoy aquí ¿Puedes bajar? (01:14 am)
Me apresuré a la ventana sólo para verlo de pie en la acera, su cabello estaba aplastado y estaba usando la sudadera grande que me prestó el día que fuimos juntos por las pizzas. El nudo en mi garganta, que se había desvanecido, volvió a formarse de inmediato. Porque se veía precioso ahí, agitando su mano bajo la luz del alumbrado público, saludándome, lo único que necesitaba ahora era a él, así que me puse las sandalias.
Abrí la puerta de mi habitación y caminé de puntillas por el pasillo, me detuve un momento fuera de la puerta de mis padres y pude escuchar los ronquidos de ambos, lo que significaba que estaban profundamente dormidos y no escucharían si abría la entrada.
Fue hasta que cerré cuidadosamente la puerta del frente, y estaba guardando las llaves en mi bolsillo, que me puse a pensar en lo horriblemente roja que debía estar mi cara y en que mi cabello seguramente era un desastre, pero ya no había marcha atrás; por lo menos no estaba en pijama.
Giré sobre mis talones y cuando lo vi así de cerca comencé a correr hacia él, tampoco era un gran camino que recorrer, así que me impacté contra su pecho y de inmediato me rodeó con sus brazos. Su olor era reconfortante y su calor corporal me hizo de sentir mejor. Pero mis pensamientos me atacaron de nuevo y el recordar que tendría que alejarme de él en algún punto, me puso los ojos llorosos una vez más.
Luke me abrazó con más fuerza cuando se dio cuenta de que mi respiración era irregular, y besó mi cabeza.
—Está bien, cariño—murmuró contra mi cabello. Sus manos subían y bajaban por mi espalda, de manera tranquilizadora.
Las lágrimas estaban a punto de volver a salir pero las retuve todo lo posible, no quería llorar frente a él. No quería que viera el desastre que en realidad era. Subí mis brazos por su torso hasta que mis manos llegaron a su cuello y lo estreché contra mí, para que no pudiera ver mi rostro y porque me gustaba sentirlo tan cerca.
—Los detesto—dije dolida, mi voz sonaba ahogada por el llanto anterior y porque mi boca estaba pegada a su sudadera.
—Ellos te quieren, Callie—aseguró, sabía que estaba tratando de hacerme sentir mejor pero necesitaba odiarlos por un momento y externar, al menos con palabras mi enojo.
