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—Tu madre dice que has estado volviendo tarde estos últimos días, California, sabes que eso no me gusta nada— comentó mi padre, para después llevarse un bocado de carne a la boca.

Vaya, gracias mamá, pensé.

Papá estaba oficialmente de vuelta, y por supuesto que había extrañado su presencia en casa, pero lidiar con él era una de las cosas más estresantes en mi vida, y peor aun cuando había hecho algo mal.

—Le dije que lo sentía.

—No basta con que "lo sientas", tienes que dejar de hacerlo. Debes pensar en lo que nosotros sentimos también.

Así que mi padre quería que su hija adolescente de 17 años pasara la noche preocupándose por lo que sus padres estaban sintiendo en lugar de divertirse. Como si él entendiera algo de lo que pasaba, lo único que le importaba era ser egoísta. Si, traía dinero a la casa, lo suficiente para mantenernos a mamá y a mí, pero nunca pasaba tiempo con nosotras. Estaba o trabajando, o viendo televisión, o durmiendo.

No le respondí nada, sin importar cual fuera mi respuesta iba a deformar todo y a gritarme.

—Contéstame cuando te hablo. —gruñó levantando la voz. Nunca entendí cuál era la necesidad de gritarme si estaba literalmente a medio metro de él. Supongo que no importaba, igual ya había aprendido a hacerlo yo también.

— ¿Y qué se supone que te diga? Ya pedí disculpas. —me quejé.

—Que no vas a volver a hacerlo. — contestó él. Siempre decía eso, y después él respondía que no quería promesas, quería hechos. ¿Cuál era su maldito problema?

—Como si fueras a creerme, nunca confías en mí. — respondí enojada.

—Confío en ti, no confío en las demás personas. — argumentó, cómo se eso tuviera sentido. Lo que sucedía era que era un maniático del control y le gustaba tenerme controlada. Como si yo fuera un perrito al que educar y no un ser humano con ideas propias.

—Claro papá. —rodé los ojos y apuñalé con mi tenedor el pedazo de carne que tenía en mi plato.

—¡Contéstame bien, —Volvió a gritar. — no soy un chiste para que estés haciendo esa clase de comentarios sarcásticos!

—¡Y qué quieres que te conteste!¡Ninguna respuesta es correcta para ti! Quieres que sea perfecta y nunca me enoje, —grité más fuerte esta vez ¿debía expresar mis emociones, no?

—Te pido que trates de mejorar y seas tranquila. — papá estaba demasiado molesto, podía notarlo.

—Deberías poner el ejemplo. — y ahora quería llorar. Era algo que completamente odiaba de mí, subías un poco tu tono de voz y me decías algo hiriente y estaba lista para llorar. Lo peor de todo era que mis ojos se llenaban de lágrimas de inmediato, así que aunque hubiera perfeccionado con los años mi técnica de detener el llanto hasta que se esfumara, podías darte cuenta fácilmente de que estaba por llorar en cualquier momento.

—Mi carácter es así, yo soy así— vaya excusa.

—Pue yo también. — ¿por qué tenía yo que cambiar si él ni siquiera lo intentaba?

Odiaba esto de mi familia, odiaba con mi vida que mi padre fuera así de explosivo. Mi madre podía aguantarlo bien, pero era sólo que ella era igual. No me malinterpreten, mis padres eran buenas personas, y la mayoría del tiempo estaban bromeando y riéndo de tonterías, pero un paso en falso, y bum.

—Dejen de pelear— mamá se puso los dedos en las sienes y después puso su cara de tranquilidad. — Ryan, me pasas el puré de papas ¿por favor?

pizza || hemmingsWhere stories live. Discover now