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—¿Entonces el cumpleaños es de Michael pero la casa es de Calum? —pregunté mientras entrabamos a donde la fiesta se llevaba a cabo. La primera vez que usaron la palabra fiesta, había sido para describir una reunión de ocho personas en el sótano de una casa, así que no esperaba más de eso, pero al parecer cuando hablaban de una fiesta de cumpleaños, las cosas eran en grande.

—Si, la mamá de Michael lo ama, pero enloquecería si destruimos su casa de esta manera. —respondió Luke, tenía sentido.

La casa de Calum era casi igual de grande que la de Michael, pero no podía comparar mucho pues cuando entré a la del peli azul, no había nadie más que Calum arriba, ahora ni siquiera tenía idea de cuantas personas eran las que andaban por todo el lugar.

Música pop punk se escuchaba a todo volumen, y muchos chicos y chicas bailaban en pequeños grupos, estaban tomando mientras charlaban en el piso, incluso había unos pocos sentados jugando a la botella. Pero todo era, salvaje, no tenía otra manera de explicarlo, todo parecía moverse en cámara rápida, como si ellos temieran que el tiempo se les acabara.

—¿A los padres de Calum no les importa? —pregunté pegada al costado de Luke, íbamos tomados de la mano y estábamos esquivando a todos los ebrios con los que nos cruzábamos.

—Usualmente están de viaje, mientras todo esté limpio para el lunes que vuelvan, no habrá problema.

Iba a responderle cuando una chica a toda velocidad pasó entre nosotros, obligándonos a soltar nuestras manos abruptamente, se dirigía al cesto de basura que había en la entrada y vomitó agresivamente.

—Woah—fruncí el ceño. Era algo asqueroso pero a veces envidiaba a chicas como esas. Podían tomar sin medida y probablemente los efectos de eso los resentirían hasta que fueran mayores, yo no podía hacerlo, si el queso me afectaba el estómago, el alcohol lo destruiría. Era cierto que no me gustaba como olía y me resultaba bastante repulsivo, pero mareaba a las personas y las hacía olvidarse de todo por un momento. Supongo que se sentía bien cuando no estábamos vomitando o eras un adicto a eso..

—No te alejes de mí ¿de acuerdo? —me dijo suspirando.

—De acuerdo—asentí, no quería perderme o quedarme sola, quería estar con Luke toda la noche, por más empalagoso o cliché que sonara. Hoy tenía más tiempo, papá y mamá habían accedido a dejarme en la fiesta hasta las doce de la noche, Luke había pasado por mí a mi casa pero mamá lo recordó de la fiesta como mi amigo y dejé que pensara eso. Además les mentí ligeramente y les dije que Luke iba a pasar a la casa de todas, que Keira, Dina y Britney también venían. Luke sólo sonrió inocente.

Le agradecía que no me dijera nada, sabía que en algún momento tenía que decirles que estaba saliendo con él, o iban a descubrir de una manera u otra que les estaba mintiendo, pero aún no era tiempo.

Llegamos hasta la cocina, donde no había tanta gente como en el resto de la casa. Luke tomó una lata de cerveza y me ofreció una de refresco, negué con la cabeza, avergonzada.

—No tomo refresco. —me encogí de hombros.

—Oh, espera, seguro hay algo para ti aquí. —me aseguró con una sonrisa de lado. Acomodé mi cabello mientras Luke se dirigía al refrigerador, lo había tratado de arreglar un poco con crema para peinar pero seguía siendo un desastre, estaba segura.

Luke volvió con una botella de limonada y la sirvió en un vaso rojo que sacó de uno de los paquetes abiertos que había por toda la cocina.

—Así nadie te molestara para que bebas algo—me sonrió ofreciéndome el vaso.

pizza || hemmingsWhere stories live. Discover now