Volví a con las chicas sin habla. No veía a Dina por ninguna parte, pero Britney y Keira estaban hablando en susurros, al menos hasta que me vieron.
—¿Callie sucede algo? —preguntó extrañada Keira. Estaba muy segura de que me iba a ser imposible ocultar lo que estaba sintiendo en este momento. —Estás pálida.
—Yo... —tragué saliva y traté de controlar mi respiración, pero me era inútil el enfocarme en otra cosa. ¿Qué demonios estaba haciendo Luke con ella?
—Callie me estás preocupando—frunció el ceño Britney.
—¿Dónde está Dina? —apenas me aseguré de que la persona que compartía mesa con Luke, definitivamente no era Michael, había vuelto al mostrador a pedirle al chico que pusiera las malteadas para llevar.
—Fue al baño a secarse la cara—contestó Keira—¿Qué te sucede?
—Tenemos que irnos—dije mis manos estaban sudando demasiado y las restregué en mis muslos mientras me sentaba.
—¿Por qué? Apenas llegaste. —Britney se veía muy confundida, y Britney siempre estaba confundida, pero supongo que era comprensible por el momento.
—Por favor, sólo vámonos de aquí cuando nos entreguen las malteadas. —sabía que estaba temblando y sabía que era porque estaba reteniendo todos mis sentimientos de nuevo, pero no podía evitarlo, me refiero a que no iba a soltarme a llorar en este lugar, tal vez Dina pudiera pero yo no, estaría demasiado avergonzada.
— Callie tienes que explicarte. — me presionó Keira, sabía que tenía razón, pero no dejaba de pensar que si hacía algo aquí iba a llamar la atención de Luke y Phoebe, y de verdad dudaba mucho poder lidiar bien con una situación así. Necesitaba salir del boliche.
—Se los explicaré afuera ¿de acuerdo? Sólo vámonos. —supliqué pasando una mano por mi cabello.
Mi cabeza estaba llena de pensamientos que no me llevaban a ningún lugar agradable, sabía que Luke no saldría con ella a mis espaldas, no era la clase de chico que engañaba, confiaba en eso. Pero no sabía qué demonios podría significar esto, no sabía de qué podían estar hablando tan tranquilamente y no tenía idea de cuánto llevaban ahí. Estaba desesperada por respuestas pero siempre he preferido evitar las confrontaciones, no sabría que debería decir, ni siquiera sabría como le hablaría a Luke después de esto.
Dina volvió del baño con la cara aún rojiza, me sentía mal de sobreponer mis problemas a los de ella pero de verdad necesitaba irme de ese lugar. Las chicas me ayudaron a explicarle que debíamos irnos, así que cuando el chico llamó nuestro número de orden nos apresuramos a pagar al mostrador y salimos lo más rápido posible con nuestras malteadas rosas en la mano.
El beatle amarillo de Keira estaba esperándonos en el estacionamiento y hasta que estuvo en marcha y nos alejábamos del boliche alguna de nosotras volvió a hablar. Mientras Keira manejaba, yo iba en el asiento del copiloto, Britney y Dina iban en el asiento trasero.
—California, habla ahora. —me ordenó Keira.
—No... es que no...—balbuceé, de verdad quería decirles, pero no quería que pensaran mal de Luke, por otro lado también era mis amigas y yo no debía guardarme todo o iba a sentirme mal en la mañana.
—Tienes que decirnos—dijo Britney.
—¿Estás bien Callie? — preguntó Dina, quien ya estaba más tranquila y parecía preocupada por mí.
—No—no lo estaba, tenía un nudo en el estómago, sentía como si fuera a vomitar en cualquier momento.
—Todo va a estar bien Callie. —suspiró Keira, viendo que obviamente no estaba en posición para responderle como ella quería, sin embargo estaba segura de que tenía que decirlo ahora.
