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Así que esta era la hora de la verdad. Había estado tratando de retrasar esto lo más posible, pero había llegado el momento.

No era que alguien tuviera un cuchillo en mi cuello que me estaba obligando a hacerlo, pero sabía que si no decía la verdad ahora que podía, si mis padres lo descubrían por si mismos, el drama iba a ser mucho mayor, las consecuencias mucho peores. Dios sabe cómo lo tomarían. Esperaba que bien; a pesar de que les había estado mintiendo, si mis padres aceptaban mi relación con Luke, me harían extremadamente feliz y me quitarían un gran peso de encima.

—Tengo algo que debo decirles—comencé, moviendo el pura de papa de un lado a otro con mi tenedor. La cena era la mejor opción, porque los dos amaban comer y habían tenido un buen día. Era la única oportunidad.

—¿Eres gay? —preguntó mi padre levantando una ceja.

—Papá—le advertí, sonrió, metiéndose un trozo de carne a la boca. Mi madre estaba sonriendo también. Esperaba que conservaran el humor aún después de mi anuncio.

—De acuerdo, estoy bromeando—se excusó y comió otro pedazo de comida.

—¿Pasó algo en la escuela? —preguntó mamá.

—No—negué con la cabeza. Estaba segura que no se esperaban lo que les iba a decir, los tomaría de sorpresa y casi nunca disfrutaban las sorpresas.

—¿Peleaste con tus amigas? —adivinó mi madre.

—No, mamá. —volví a negar.

—¿Entonces qué pasa? —parecía genuinamente interesada, supuse que realmente lo estaba.

—Yo... —mordí mi labio. No sabía cómo decirlo, debí haber pensado con anticipación exactamente que decir, pero sabía que si no me obligaba a mí misma a hacerlo hoy mismo, estaba muy segura de que no iba a hacerlo después.

—¿Volviste a sentirte mal del estómago? —me cuestionó mamá de nuevo, ella estaba agotando todas las posibilidades.

—No—le aseguré, negando esta vez enfáticamente.

—Dios California—la paciencia de mi padre se estaba agotando—, suéltalo ya.

Suspiré, finalmente poniendo mi tenedor al lado. Ni siquiera había probado la comida, estaba demasiado nerviosa para hacerlo. Miré a mis padres alternadamente y me obligo a hablar.

—Tengo novio.

Me di cuenta como el ambiente comenzaba a ponerse incómodo, papá baja sus cubiertos y me mira levantando una ceja. Mis manos comenzaron a sudar de inmediato por lo que las restregué en mi pantalón, mientras mi madre limpiaba sus labios con la servilleta.

—¿Quién? —preguntó mirándome de manera sospechosa, rompiendo el silencio que se había formado.

—Luke—contesto un poco temerosa. Mamá me mira, ella ya sabe quién es y está indignada.

—Luke ¿quién? —mi padre nunca ha sido bueno con los nombres, pero por su tono de voz, detecto que sea quien sea, no va a agradarle.

—Luke ¿el que vino a la parrillada el año pasado? —mi madre trata de confirmar su teoría. Cuando Luke y Michael vinieron, y todos se fueron me interrogó de inmediato de dónde habían salido esos chicos. Le había dicho que eran unos amigos que hace mucho no veía y fingí demencia cada vez que trataba de interrogarme al respecto.

—¿El de cabello azul? —supongo que eso era lo único que papá había podido identificar realmente, aunque para ser sincera creo que todos habían notado a Michael ese día.

pizza || hemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora