Capitulo 22

6.4K 537 14
                                    

DOMINIC'S POV

-Dom, estamos en el hospital- es lo primero que escucho cuando cojo la llamada de Matt. Lo primero que pasa por mi cabeza es que algo grave le ha pasado; aunque en ese caso no me llamaría el, sino Brooklyn. Mi segunda conjetura es que ésta ha sido herida. Pero nada de eso ha pasado.

El paciente, según me explica Matt, es André Fournier, a quien le ha dado una paliza, en eventos de los que aún no tengo conocimiento.

Cojo la moto y conduzco hasta el Hospital Bretonneau, donde me esperan B y Matt.

Al llegar pregunto en recepción y soy dirigido al ala Oeste, segundo piso: trauma. Esto no pinta bien...

-¿Qué carajo pasó?- vocifero en cuanto poso mi mirada en Matt. 

-Pensé que quería hacerle daño a Brooklyn- me explica nervioso-. Lo golpeé; lo golpeé duro...

-¿Dón...dónde está Brooklyn?- pregunto al ver que no está allí.

-Se ha descompuesto; no parecía grave, pero la están atendiendo- dice Matt, sentándose en uno de los bancos de la sala de espera-. Yo... no entiendo nada Dom; no sé quién es este tipo pero no es de fiar. Brooklyn se ha puesto muy mal, le ha dicho cosas horribles; cosas que no sé si son ciertas pero... no lo quiero cerca de ella, no quiero que la lastime más.

-¿Qué ha hecho ese desgraciado?- lo maldigo entre dientes.

Antes de que Matt pueda contestar, una enfermera se acerca a nosotros.

-¿Familiares de Brooklyn Evans?- corrobora.

-Somos nosotros- respondo.

-Ella está bien, un poco conmocionada. Ha sufrido una baja de tensión, pero nada grave. Usted puede pasar a verla- me dice a mí-, pero usted jovencito- señala a Matt- me esperará aquí porque debo revisar esa mano.

Matt protesta pero al final no puede hacer mucho. Yo sigo a la enfermera hasta la habitación donde se encuentra Brooklyn. 

Ella está acostada en la camilla; tiene algunos raspones en los brazos pero, por lo demás, parece encontrarse bien.

 -Nena- susurro acercándome a la cama-, me ha dado un susto de muerte no verte cuando llegué...

-Estoy bien- dice, pero lleva el maquillaje corrido, el cabello revuelto y parece haber llorado.

-¿Qué ha pasado?- cuestiono suavemente.

-Estábamos discutiendo- me explica consternada-, y cuando Matt nos vio se le echó encima. No dejaba de golpearlo... Creí que lo mataría.

-Eh, no llores- digo limpiando el borde de sus ojos-. Sólo ha sido un susto. Un malentendido. ¿Me contarás quién es André y de dónde lo conoces?

Brooklyn parece dudar, pero luego comienza a hablar.

-André era mi mejor amigo- dice-. Eramos vecinos; hacíamos todo juntos. Íbamos al mismo colegio y tomábamos clases de guitarra juntos. Lo conozco desde siempre...

-¿Por qué dejaron de ser amigos?- pregunto.

-Hubo... hubo un accidente; el accidente... el accidente donde mis padres perdieron la vida. Él conducía. Él los mató Dom...

BROOKLYN'S POV

-Estoy seguro de que no ha sido su intención nena- me responde Dominic pasando sus dedos por mi cabello.

Nada que diga puede hacerme olvidar el chirrido de las  ruedas contra el pavimento, el ramalazo de dolor cuando el camión nos golpeó. El destello dorado del cabello de mi padre cuando salió despedido por el parabrisas; el color brillante y profundo de la sangre de mi madre saliendo por su boca cada vez que intentaba respirar.

Tenía dieciséis años; necesitaba a mis padres más que nunca y él me los arrebató. Iba tan rápido; ni siquiera recuerdo a dónde nos dirigíamos cuando se saltó ese maldito alto. No recuerdo cómo llegué al hospital. Solo esos destellos de conciencia y el terrible dolor cuando los médicos confirmaron lo que ya sabía: que mi vida cambiaría para siempre. Que ya no volvería a oír la risa de mi padre, ni la voz de mi madre tarareando mientras cocinaba.

No le digo eso a Dominic. No necesita los detalles escabrosos; no necesita saber lo rota que estoy. No digo nada más. Me deshago en sus brazos, mis lágrimas abriendo nuevos surcos en mi rostro.

Ojalá André hubiera muerto con ellos. Ojalá lo hubiera perdido a él también en ese momento. 

Ojalá hubiera muerto yo. Así no tendría que aguantar este dolor aún hoy.

Dominic continúa susurrando palabras de consuelo pero no lo oigo; en mi mente se reproducen las escenas de esa fatídica mañana. El cielo tan azul que todavía ahora me parece irónico. Era una mañana perfecta para salir de picnic; nadie imaginaría las cosas que se esconden a plena luz.

-Quiero irme a casa- le digo a Dominic.

Él sólo asiente, coge mis cosas y me ayuda a ponerme en pie. 

Al salir al pasillo nos encontramos con Matt; le han vendado la mano derecha y la lleva en cabestrillo.

-André está bien- nos dice-. Golpeado, pero sobrevivirá... Quiere verte.

-No lo creo- responde Dominic por mí, cosa que agradezco-. Esta noche no. Vamos a casa.

Necesito paz. Necesito volver a ser yo. André sólo sabe hundirme más y más. No lo necesito en mi vida.

¿Quién dijo que el amor es de a dos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora