Capitulo 20

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BROOKLYN'S POV

Volver a la rutina luego de un fin de semana tan especial se sintió como un baldazo de agua fría. Todo el rélax que habíamos obtenido en ese par de días de paz se esfumó para el miércoles a la tarde. Luego de un comienzo de semana en el bar relativamente tranquilo, la noche del miércoles tendríamos una fiesta. 

El cumpleañero había alquilado el local para toda la noche, por lo que nuestro trabajo de esa jornada, sería exclusivamente atenderlo a él y a sus invitados. Según la información que había podido recavar mi amiga Mary, se trataba del editor en jefe de uno de los diarios más importantes del país; por ende, el grupo de invitados variaría entre compañeros de trabajo del supuesto editor, a cantantes, políticos y demás celebrities.

Nuestra jefa nos pidió encarecidamente adecentarnos para esa ocasión. Si bien era muy open-mind y opinaba que los piercings, cabello de colores de fantasía y los uniformes informales daban una visión muy cool del restaurante, el cumpleañero no opinaba lo mismo. Había pedido como una de las condiciones para esa noche que todos los empleados del bar llevaran trajes o vestidos elegantes y que todos tuvieran un aspecto clásico.

Eso, sumado a mi reciente intención de volver a mi color de cabello natural, llevaron a que pasara toda la tarde del miércoles en una peluquería del centro, donde Mishka, la dueña del salón, intentaba por todos los medios devolverle el tono miel a mi cabello tras años de ser azul.

No sé si alguien intentó pasar alguna vez de un tono azul a un tono rubio; sólo puedo decir que es extremadamente complicado. Mishka decoloró mi cabello hasta dejarlo prácticamente blanco y luego procedió a volver a teñirlo del color elegido. También me colocó una nutrición para evitar que el polvo decolorante me deje calva.

Cuando pensé que la tortura ya había acabado, Mishka dijo con su marcado acento ruso:

-Tienes las puntas hechas un asco. No saldrás de mi salón así. Necesitas un corte con urgencia.

Así es cómo pasé una hora completa más adentro de aquel salón, y terminé con veinte centímetro de piel más a la vista: los que van desde mi cintura a mis hombros.

Cuando volví a casa tenía apenas el tiempo necesario para cambiarme y maquillarme un poco antes de tener que estar en el bar. Ni Matt ni Dom estaban en la casa; por lo que puse música de Zaz y, con "Sous le ciel de Paris" sonando a todo volumen, me desvestí y comencé a prepararme. 

Nuestra jefa nos había dicho que podíamos usar cualquier vestido siempre que fuera negro y hasta la rodilla. Rebuscando en mi armario, encontré el que usé para el funeral de mi abuela. Además de los recuerdos dolorosos que me producía, no había vuelto a usarlo porque me quedaba demasiado ceñido en la parte del busto. Valdría por hoy.

DOMINIC'S POV

Matt y yo aprovechamos la tarde libre para hacer la compra del mes. Cada vez que íbamos al supermercado juntos se nos iba la tarde entera, eligiendo verduras, carnes y demás artículos con una precisión casi de cirujano. Era la única pega de ser chefs, una vez que sabías la diferencia en el resultado final de usar un producto de calidad a uno que no lo era, debías elegir todo con cuidado.

Nos apresuramos a entrar en la casa. Casi no teníamos tiempo de prepararnos antes de entrar al bar.

-Te tengo una sorpresa- me dice Matt antes de entrar-. Está en mi habitación. Si hacemos tiempo, te la doy antes de irnos.

Nada más entrar, oímos la música que venía de las habitaciones. Pasamos frente al baño, y de cara al espejo, una rubia de cabello hasta los hombros, vestida con un sugerente conjunto de lencería negro, se pasaba crema por las piernas.

-La has cagado- le susurro a Matt-, a Brooklyn no va a gustarle nada que traigas mujeres...

-No es mía. Quiero decir, yo no la traje. Mi sorpresa es un nuevo delantal de cocina ¡por amor de Dios!

-Eh, rubia- le grito a la mujer del baño-. ¿Quién eres y que haces en nuestro baño?

La rubia se da la vuelta confundida. Alza su rostro a nosotros, y nos deja de piedra. Es Brooklyn. Ha cambiado radicalmente su cabello.

-Sorpresa- dice con una sonrisa tímida- ¿Les gusta?

-Brook, estás... woah- dice Matt maravillado.

-Estás hermosa pequeña. Mucho.

-Gracias. ¡Ahora a cambiarse que llegamos tarde!

MATT'S POV

Cuando todos estuvimos listos, nos apresuramos en llegar al bar. Brooklyn se fue con Mary y las demás chicas a arreglar las mesas, y nosotros fuimos a la cocina. Por pedido del señor Fournier, el cliente de esta noche, debíamos preparar seis variedades de sushi, copas con frutos de mar y diversas tostas para recibir a los invitados cuando lleguen; también dos variedades de plato principal: una con pescado y otra con pavo, además de diversos postres, algunos con frutos y otros con chocolate.

A eso de las nueve de la noche, André Fournier hizo su aparición. Brook estaba en la cocina, ayudándome a decorar los postres, cosa que habíamos notado que se le daba muy bien en nuestra última fiesta. Mary vino a buscarla en cuanto "Grey" apareció. Dijo que necesitaba ver "semejante despliegue de buen gusto y belleza hecha hombre". Por supuesto que eso llamó la atención de todos y Dom y yo también salimos a conocer al cumpleañero.

Vestía un traje hecho a medida, probablemente de diseñador, y se veía como el Christian Grey francés; eso es lo que dijeron las chicas apenas lo vieron. Todas excepto Brooklyn.

BROOKLYN'S POV

No podía ser cierto. Tantos años intentando olvidarme de él y venía a ser justo la persona a la que debíamos agradar. André Fournier fue mi pesadilla personal durante mis años en el colegio. Cualquier broma pesada y de mal gusto que se les ocurra, probablemente él la inventó. Hizo mi vida miserable durante años.

Pensé que probablemente no me reconocería. Después de todo habían pasado cinco años. Me acerqué al grupo de invitados dispuesta a hacer mi trabajo. Apenas estuve en su rango de visión, descubrí el reconocimiento en sus ojos y maldije por lo bajo.

-Brooklyn, ¿eres tú?

-Mmm, sí, sí soy yo- dije poco convencida.

-Ya me lo parecía- dijo abrazándome-. ¡Qué gusto verte! Estás muy cambiada; y muy hermosa.

-Ya, gracias- contesté secamente-. Debo seguir trabajando. Feliz cumpleaños André.

-Tonterías. Necesitamos ponernos al día. Tómate una copa conmigo... sólo una.

-De acuerdo.

Bajo la mirada atenta de Dominic y Matt, camino a su lado hacia la barra, rezando porque esta noche termine bien.

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Holis! Este capitulo no tiene demasiada acción, pero es una introducción necesaria para lo que viene. Conocemos a André, que va a tener su participación a partir de aquí. 

Se viene lo bueno... o eso espero! 

Tengan paciencia y en unos días subo la próxima parte.

Besos!

Sol

¿Quién dijo que el amor es de a dos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora