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Una mañana espléndida es como la que se caracterizaba en el día de hoy, el sol resplandecía cada centímetro de la habitación emitiendo paz y alguna que otra molestia. Dos personitas se encontraban sumamente dormidos y uno de ellos roncando sin vergüenza alguna, la gran pierna marcada y como un típico de Jimin yacía enredadas en las de Yoongi.

Min tras sentir el malestar desde hace minutos atrás, despertó hastiado al ver a Park siendo el causante de su molestia, el sol iluminando y la abrasadora habitación a su vez. Lo tiró de la cama de un sólo impulso gritándole el porque su razón de haberlo hostigado, su entrecejo estaba levemente fruncido que, de no ser por su amigo y los jodidos rayos de sol chocando contra su rostro sería un magnífico día. Al menos para él.

¿Porqué demonios juntas tus piernas con las mías?

Jimin tenía su entrecejo fruncido al igual que él, sólo que más notorio dando a entender que estaba molesto, no era agradable despertarse siendo elevado y aterrizando en el frío duro suelo, estaba cruzando de brazos haciendo un puchero con sus lindos labios que se caracterizaban como los de un "pato", aquel dulce animalito tierno al cual Jimin tenía cierto parecido.

Hyung, sabes perfectamente que tengo esa costumbre, además, otras veces no se ha quejado.— Cuestionó Jimin evitando su directa mirada, Yoongi también se mantenía de brazos cruzados haciéndole gestos a su preciado amigo, más sin embargo esta vez le había molestado el tenerlo casi encima suya.

—Me estabas aplastando.

—¡¡No peso tanto!!—Se quejó Jimin al escuchar esas palabras, se había molestado un poco tras sentirlas ofensivas hacia su persona.

Jamás te dije que estabas gordo, Minie.— Y se sonrojó, Jimin estaba rojo tanto de vergüenza con una mínima pizca de ira ¿cómo es que su hyung lograba adivinar sus pensamientos? El negó con su cabeza y al analizar que le había gritado que no pesaba tanto le recordó a su pasado, tal vez Yoongi lo había recordado ya que se conocían desde muy infantes. La infancia de Jimin no fue perfecta como quién diría o al menos eso era lo que los demás creían, Park Jimin el famoso y sonriente chiquillo con tan sólo seis años de edad tenía una vida perfecta, claro, para los ojos de otras personas.

El pequeño había tenido una pésima infancia ya que tres de sus compañeros se burlaban de él y sus mofletes, cosas horribles eran lo que le decían a diario al acudir a la primaria, pues el pequeño estaba en primer año aguantando cada insulto por parte de sus abusadores, cosas hirientes y grotescas salían de sus bocas al igual que risas.

"Miren, ya viene el gordo de Park Jimin."

"Oye gordito ¿Donde está la comida de tu mami?"

"Deberías morir, gordos como tú no son aceptados JAJA."

Fue entonces cuando una sonrisa apareció en su rostro, el recordar ese tipo de cosas ya no le afectaban en lo absoluto y su razón de seguir viviendo sin tener que llegar al suicidio era un niño un grado más grande que él que lo auxilio, Min Yoongi era el nombre de ese niño quien había golpeado a los tres chicos sin problema alguno, él fue el único chico que lo aceptó como tal, fue el quien lo quiso proteger siempre y hasta la fecha lo sigue haciendo, él fue su salvador, él era como su ángel. Repentinamente Jimin despertó de su trance al escuchar los gritos de Yoongi llamándole e indicándole que bajase a comer ¿cuánto tiempo se había quedado recordando? Ni el mismo lo sabia ni inclusive le importaba, bajó a desayunar junto a su Hyung sin emitir palabra alguna ya que la mayoría del tiempo a ambos les gustaba comer en armonía y sin tener que escuchar sonido alguno por parte de ambos, sólo el de sus alimentos siendo cortados y siendo adquiridos en sus respectivas bocas.

Different ➳ Vkook [EDITANDO]Where stories live. Discover now