CAPÍTULO 33: El Estuvo Esperando

286 30 1
                                    

Nota del Autor:

No tienen idea de cuanto les agradezco a todo/as quienes han seguido esta historia desde el inicio y a quienes se han ido sumando, son lucah pero más ustedes quienes me motivaron a crear esta novela con todo aprecio e intención de brindarles un buen contenido, pero como todo lo que empieza tiene que terminar, todavía falta, pero les hago oficial que Ella es Mía terminará en el Capítulo 50, espero y sigan disfrutando de este gran relato, les deseo una buena lectura! ;) 



Esta es de esas veces en las que no se reaccionar ni con palabras, ni con movimientos corporales, ni con gestos, era esto lo que temía que le estuviera diciendo a mi mamá aquella vez que se quedó a cenar a la casa, esto era lo que no quería oír.

Solo me le quedo mirando y él sigue mirando hacia otro lado, esperando respuesta. Jamás en mi vida me había ganado tanto el silencio.

—Perdón— dice mientras me voltea a ver como por un segundo y camina directo hacia la puerta, abriéndola para salir de mi casa

—Espera— le digo, mientras lo agarro del brazo —Ya lo entiendo todo, pudiste habérmelo dicho desde un principio—

—¿Es enserio? Como si fuera tan fácil de digerirlo—

—Bueno pues por lo menos te hubieras ahorrado todo el problema que se hizo, pero no te culpo, es más, te entiendo—

—¿De veras?—

—Claro que si, no te juzgo por nada, ¿Cómo voy a hacerlo? Nunca lo hice cuando éramos pequeños nunca lo haré hoy—

—Gracias Mía, que bueno que entendiste—

—Oye— saco la bolsa de galletas que había guardado para llevárselas a Carlos y a Suseth —Toma, son para ti— se que no eran para él, pero era lo menos que podía ofrecerle después de esa valentía que tuvo.

—Jaja gracias, se ven ricas—

—Dentro de media hora masomenos tengo que salir, pero por mientras ¿Por qué no salimos juntos a caminar?—

—¿A donde irás?—

—A ayudar a Suseth a limpiar el cafezona, estará Carlos ahí—

—¿Es enserio? Yo pensé que estaba en nuestra residencia—

—Estaba, esta mañana hablé con él y dijo que está dispuesto a ayudar—

—Genial, yo también les ayudo, es más ,tengo la camioneta, nos vamos juntos que te parece—

—¿De verás?—

—Venden los mejores latte que he probado en toda mi vida, ese lugar tiene que abrir en cuanto antes—

—Jajaja, no puedo contradecir eso—

Tomo mi mochila y cierro la puerta de la casa con seguro mientras Luis y yo salimos a caminar, le marco a Suseth para decirle que ya no será necesario que me recoja, que Luis me llevará. Pasamos por el vecindario mientras intentamos cruzar una infinidad de charcos, vemos algunas cosas caídas pero nada que fuera una destrucción total como para que nos suspendieran las clases.

—Así que — Luis comienza a hablar — ¿No me verás diferente ni nada por lo que te dije?

—¿Me ves cara de que soy como las demás?— le respondo

—Bueno obvio no, pero pues, no sé uno no sabe—

—No Luis, no te veré diferente, tu siempre has sido bien valiente y lo has aplicado ahorita, te valoro por eso—

—Me alegra, de verdad, y pues por décima vez disculpa por todo lo que pasó en el Jóvenes Talentos, por hacerte que te bajaras así del escenario y por espiar tus conversaciones con Carlos, me sentí...un poco inseguro, temía que te estuvieras enamorando de él—

Trago saliva, si tan solo supiera, no es buen momento para decirle, siguen separados los dos esto no ayudará en nada, solo me río.

—Sabes, no has cambiado en nada, ¿Recuerdas aquella vez que escondiste mis muñecas porque querías que saliera de la casa a jugar contigo y no me quedara adentro a jugar con ellas?—

—Jajajaja neta, no me acordaba—

—¿Ves? eres el mismo de siempre, me das demasiada seguridad, imposible enfadarme contigo por eso—

Ambos nos reímos y nos miramos fijamente, ahora lo que no podía faltar, nos damos un ligero pero tierno abrazo para establecer que todo está bien entre nosotros, algo me dice que Luis está esperando que le diga "tu también me gustas" pero pues, la realidad es otra y trato de desviar eso, por hoy.

Después de un rato lleno de charlas y mucho caminado entre charcos, saco el celular para ver que ya casi es hora de ir al cafezona.

—Tenemos que irnos— le digo a Luis mientras nos levantamos de la banca y nos regresamos a mi casa, para subirnos a la camioneta.

En el camino, miramos por la ventana la ciudad, parezco presa diciendo esto pero como no había salido en todos estos días se me hizo bonito ver el panorama, y más porque estaba muy vacía debido a que muchos todavía se quedaron en sus casas por precaución.

—Mira— le digo a Luis —Aquel árbol se cayó y tiene forma de alguien jugando al limbo jajajaja—

Él suelta una pequeña carcajada mientras lo ve pero inmediatamente se calla, esque sigue esperando a que le diga "tu también me gustas", intento ser lo más simpática con él posible.

Llegamos al Cafezona, puedo ver todo el tiradero de ramas y basura a los alrededores, entramos por la parte trasera porque obvio el negocio está cerrado y ahí vemos a Suseth y a Carlos con unos rastrillos y bolsas.

—¡Hola!— nos saluda Suseth con mucha alegría al vernos entrar —Que bueno que llegaron y muchas gracias por ayudarme—

Volteo a ver a Carlos, está con un rostro totalmente fuera de la felicidad, me mira a mí, y luego mira a Luis, con una cara sorprendido y disgustado completamente.

—¿Qué haces con él?— me pregunta

Ella es Mía (LUCAH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora