CAPÍTULO 23: El Susurro

303 31 9
                                    

El celular suena y lo saco para ver quién me está llamando, es Carlos, contesto para oírlo a él diciéndome que ya va camino a mi casa.

Luis perdón pero tengo que irme 

 ¿A donde vas? 

A comprar las cosas para mi presentación en Jóvenes Talentos 

Ah, no hay problema oye, puedo acompañarte si quieres 

Me pongo a pensar, no me molestaría que me acompañara también, es el mejor amigo de Carlos, le diría a Suseth como mi mejor amiga pero a donde voy no venden nada referente a la cocina.

Esta bien, no hay problema — le digo —Carlos también me acompañará, de hecho era él que irá hasta mi casa 

¿Él? que raro que no me dijo nada 

Nos subimos a las bicicletas y regresamos a mi casa, llegamos a tiempo, pues su camioneta aún no había llegado, nos sentamos a esperarlo en el jardín cuando de pronto la veo blanca y pesada estacionarse enfrente de nosotros, Carlos baja, su cara no se ve tan alegre que digamos, más bien como pensativa.

Carlos, Luis nos va a acompañar 

No sabía que estaba contigo 

No sabía que tu venías para acá — le dice Luis

Oigan —digo —No les estaré quitando tiempo a ustedes dos? Digo, ustedes tocarán ahí y toda la cosa 

Para nada, son solo unos ensayos y ya  me dice Carlos

Nos subimos a la camioneta y nos dirigimos a la tienda de artes y artesanías, ahí es un paraíso, venden desde brochas de todas las medidas, pinturas de todos los colores, todos los tipos de cartones que pueden existir en el mundo, Luis y Carlos parecen turísticas porque comienzan a ver todos los alrededores en cuanto entramos, yo me voy directamente a las cosas que necesito.

Comienzo a agarrar, una por una, pido un poco de ayuda a los empleados para que me aconsejen, voy de un pasillo a otro, hasta llegar al los tapizados, no sé cuál voy a utilizar y me quedo viéndolos uno por uno, siento a alguien que se me acerca por atrás, por el olor sé que no es el del empleado, no soy adivina pero apuesto el mundo a que es Carlos. 

—¿Encontró lo que buscaba señorita?— me susurra al oído 

—Chistosito, es lo que ando viendo, no sé cuál de estos tres comprar— 

—Mi mamá diría algo como ¿Por qué no los tres?—

—Mi mamá diría algo como "no te di suficiente dinero"— 

—JAJAJA buena esa— 

—Jajaja, ya decidiré— 

—Oye ¿Puedo preguntarte por qué invitaste a Luis? No me molesta en absoluto, pero pensé que seríamos nomás tu y yo—

—Ah, bueno, es que salimos a pasear...—

—¿Salieron a pasear?—

—Aquí se usa mucho que le gente salga a pasear en bicicleta, Luis y yo lo hacíamos de pequeños el nada más quería recordar —

—Ah, ayer estaba de compras, entonces era eso lo que quería comprar, me hubiera ido con él—

—Perdón si querías ir, el nomás llegó a mi casa y me invitó —

—No, no te preocupes enserio, yo lo que quería es estar contigo, y pues, eso es lo que estoy haciendo en este momento—

—Jajaja ¿Y por qué quieres estar conmigo?—

—No sé...te recuerdo que no tenemos mucho de conocernos, tal vez tu y Luis si...pero yo no—

—Eso me sonó bastante lógico—

—Jajaja, ya sabes —

—Sabes, ya me decidí, llevaré este ¿Donde quedó Luis? Ya tengo todo según yo —

—Uh, no sé, lo dejé viendo algunas cosas por allá —

Llegamos a la caja Carlos y yo.

—Van a ser, doscientos noventa y dos porfavor — nos dice la cajera 

Saco en mis bolsillos mi cartera para pagarle 

—¿Lo vas a pagar tu? — me dice la cajera — ¿No lo va a pagar tu novio?—

Carlos y yo nos volteamos a ver 

—Ah, no es mi novio jaja — 

—Ah, perdón, esque como los vi ahorita, pensé que eran novios, se ven bien juntos — 

—Jajaja, no, somos buenos amigos nada más, aquí tiene el dine...—

Carlos pone una pila de billetes sobre la caja 

—Yo los pago—  

Ella es Mía (LUCAH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora