Ella es Mía (LUCAH)

CAPÍTULO 4: El Recuerdo

*Nota del Autor*

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Luis Fernando era uno de mis mejores amigos cuando yo era niña, sabía que él no era de esta ciudad, pero en aquel entonces era demasiado pequeña que no le daba importancia, salíamos al parque y ahí nos encontrábamos para jugar, no sé cuando fue el momento en el que nos separamos, de repente el se mudó a otro lado y ya no supe de él mientras que yo me había cambiado de casa.

Esa cara de niño que tenía en el parque es la misma cara de niño, aunque ahora ya crecido que tiene en este momento, y puedo notar su impresión al verme también.

−¡Mía! −exclama.

Carlos solo observa la situación, más sacado de onda.

En este momento mis recuerdos llegaron como nunca antes, sin pensarlo me levanto, el viene rápidamente hacia mí y ambos nos abrazamos.

−¿Qué ha sido de ti?− me pregunta con emoción.

−Pues bien − que respuesta tan tonta y burda, pero fue lo primero que se me salió.

−No puedo creerlo Mía, aveces te recordaba pero jamás pensé que volvería a verte−

−Créeme estoy tan sorprendida como tú−

Carlos comienza toser, a toser a propósito.

−Ah− dice Luis −Veo que ya conociste a Carlitos−

−Si − le digo mientras volteo a verlo −Ya que alguien lo dejó abandonado y no pudo encontrar su clase, me llamaron a mí −

− ¿Es enserio?−

−Si−Carlos asiente mientras se toca el brazo contrario.

−Bueno− reafirma Luis −Yo venía por él de hecho, pero no esperaba encontrarte a ti, gracias por entretenerlo−.

Se ha llegado la hora del cambio de clase, no quiero, tengo mucho de que seguir hablando con Luis, pero tanto yo como ellos tenemos que ir porque ahora si sería una pinta.

−Oye ya tenemos que entrar, pero, hay que seguir hablando, no sé si quieras que te pase mi número o mi face−.

−Ah si, te pasó el número− Luis me pide el cel y lo escribe sobre él, de igual forma ambos intercambiamos nuestros teléfonos. No supero que Carlos solo viendo todo, a él no lo conozco tanto y me da pena pedírselo.

Me despido de ellos dos, le digo a Carlos que un gusto conocerlo, respondiéndome que mucho gusto igual, y de Luis diciendo que hablamos después. Partimos por diferentes direcciones, y aunque ya me dirijo a mi salón siento que sigo en el mismo lugar y con ellos, como si el momento no se me quitara en la cabeza.

El resto del día se pasa rapidísimo si lo comparamos con las primera horas, y como dijo mi papá, pura presentación, se llega la última clase, es academia deportiva, es decir, que nosotras escogemos el deporte al que queremos llevar, al fin una clase donde me dan a elegir, y elijo al igual que el año pasado la clase de Volley, al igual que Suseth, estamos otra vez juntas, aunque sea en esta clase.

−¿Qué has hecho sin mi?−me pregunta Suseth mientras estamos calentando.

−Lucah- respondo torpemente.

−¿Qué?−

−Perdón, estaba ida, digo, que, estuve buscando una peluca, ya sabes, para la clase de teatro−.

−Ah, pues te cuento, yo en artes plásticas hicimos todo el salón una enorme maqueta del instituto hecha de puro dulce, si, nos dieron bombones y teníamos que armarla en menos de treinta minutos, fue intenso, mira te enseño − Ella saca su celular y me enseña las fotos de la maqueta − ¿Verdad que nos quedó bien padre?−

−Apoco si la armaron, jaja, les quedó bien divertida!−

−Señoritas − irrumpe la maestra hacia nosotros −No pueden estar usando el celular en horas de clase, pueden pasar a guardarlas a sus mochilas−.

−Suseth guarda el mío también − le digo y se lo entrego mientras ella va a dejarlo a las mochilas que habíamos dejado en las gradas.

−Oye− me dice, mientras ve al celular seriamente, luego me voltea a ver a mí lentamente.

−Mande−

−Tienes un nuevo mensaje de Luis Fernando Huerta −.